Material extraído de "Things Might Go Terribly, Horribly Wrong", de Kelly Wilson
Traducción: Fabián Maero
Juego: Buscando la veta de plata.
Materiales: ninguno
Dificultad: fácil
Los ciclistas saben que ir cuesta arriba es doloroso -literalmente. Golpeas los pedales, te esfuerzas, y duele. Y la cuesta se prolonga. Incluso, a veces, ni siquiera puedes ver la cima, o peor aún, sí podés verla. Pero en todas, salvo en las más perversas, hay una zanahoria que nos atrae desde la cima: el rápido descenso cuesta abajo que es una de las experiencias más cercanas a volar que podemos tener.
En este juego vas a pensar sobre una situación en la cual te hayas abierto o te podrías haber abierto a algún tipo de experiencia dolorosa. Tu objetivo es sólo sentarte con ese recuerdo y dejar que tu percepción gire en torno a sus bordes. Tu objetivo es hacer contacto con algo precioso que podrías haber perdido, o efectivamente perdiste al evitar el dolor -una pequeña veta de plata brillando entre un fondo de grises. Permítete unos diez minutos para desarrollar la experiencia en tu mente. Hay puntos extras en el juego si la veta de plata que encuentras te lleva a apreciar a alguien o algo más que antes. Otra cosa que sirve para obtener puntos extra es encontrar algo preciado para ti que haya surgido como consecuencia de un auténtico desastre. De hecho, es bastante fácil encontrar momentos preciosos en situaciones donde estabas ansiosa acerca de algo que nunca llegó a ocurrir. Pero, ¿qué pasa si te preocupaste acerca de algo que realmente resultó terrible, horriblemente mal? A veces hay pequeños tesoros que se pueden encontrar incluso en esas cenizas, si estás dispuesta a tamizarlas.
Por ejemplo:
“estaba increíblemente nerviosa acerca de ir a esa cena, y me emborraché y me puse en ridículo. Pero si no hubiese ido nunca hubiese conocido a Alan”
“Pronunciar mal “mitocondria” en la clase de biología y que todos se me rieran fue vergonzoso, pero cuando mi hija llegó del colegio, llorando porque le pasó algo similar, yo sabía exactamente cómo se sentía. Ese día realmente nos conectamos”
“Me preocupé durante meses por un contrato en el trabajo que podía salir mal e iba a recaer la culpa sobre mí. Efectivamente eso fue lo que pasó, y me echaron. Dolió muchísimo, pero me llevó a volver a estudiar Veterinaria, y ahora siento que soy puedo hacer algo que es significativo para mí”