APA Citation:
Páez, M., Luciano, M. C., & Valdivia, S. (2014). Aportaciones de la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) en los Cuidados al Final de la Vida [ACT in end of life]. En Oblitas. Manual de Psicooncología. Editorial PSICOM.
Type of Publication:
ACT: Conceptual
Abstract:
El diagnóstico de una enfermedad como el cáncer, la información sobre la ineficacia de los tratamientos quimioterápicos, la diseminación de la enfermedad, o el paso desde los tratamientos activos hacia los cuidados paliativos, etc., enfrentan directamente a la persona enferma, a su sistema familiar y social de referencia y al equipo sanitario que le está atendiendo, con la presencia de una parte de la vida: la muerte. La enfermedad oncológica avanzada/terminal expone al paciente y a su familia a una situación difícil, intensa y cambiante que amenaza a todas las esferas de la vida: física, social, familiar, emocional, cognitiva, espiritual. En la fase paliativa la enfermedad avanza sin posibilidades de curación, y el estado psicológico del paciente y su familia gira en torno a las señales cada vez más visibles de deterioro y de la percepción de la muerte cercana. Se trata de una situación extremadamente delicada y compleja a la que el enfermo y a menudo su familia se enfrentan por primera vez. Esta circunstancia requerirá la puesta en marcha de toda una serie de recursos o habilidades de afrontamiento, que dependiendo del caso, serán más o menos limitados. Los cuidados y las intervenciones del equipo sanitario tendrán, necesariamente, que contemplar los esfuerzos de adaptación prácticamente continuos que enfermo y familiares realizan, y ser lo suficientemente flexibles para ir ajustándose a las necesidades que vayan apareciendo, sin correr el riesgo de psicologizar, o patologizar una situación tan universal como es el hecho de la muerte. Así, los cuidados paliativos, definidos desde de la OMS (Who, 2004) como el cuidado activo y total de pacientes cuya enfermedad no responde a tratamientos curativos, tienen como objetivos prioritarios el control del dolor y otros síntomas así como la asistencia y cuidado de los aspectos psicológico, social y espiritual, procurando conseguir la mejor calidad de vida para el paciente y sus familiares durante este proceso. En este sentido, el rol del psicólogo en el equipo de cuidados paliativos y el abordaje interdisciplinar de dichos cuidados es imperativo (Bayés, 2001). Su rol será promover el empleo de recursos personales, familiares y sociales movilizando los resortes naturales del individuo y su contexto, y procurando desarrollar nuevas habilidades en caso de ser requeridas para afrontar situaciones específicas. Ahora bien, la estructura de dichas intervenciones, los componentes claves de las mismas y los procesos psicológicos implicados están aún por clarificar y se discutirán a continuación, procurando sentar las bases que permitan vislumbrar por qué la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT; Hayes y Strosahl, 2004; Hayes, Strosahl, y Wilson, 1999; Wilson y Luciano, 2002) puede ser una aportación novedosa y eficaz en este campo y hasta qué punto puede completar y enriquecer las intervenciones psicológicas ya existentes.