Material extraído de "Things Might Go Terribly, Horribly Wrong", de Kelly Wilson
Traducción: Fabián Maero
Juego: Ser o no ser
Herramientas: un libro
Dificultad: fácil
Antes de que comiences a jugar este juego, hazte esta promesa a vos mismo: comprométete a jugarlo durante dos minutos una vez que leas y comprendas las reglas.
El objetivo de este juego es determinar sin lugar a dudas si la palabra “ser” aparece dos veces –y sólo dos veces- en la primera línea de texto en la página 54 del libro que elegiste. No hay límite de tiempo para el juego, y hay sólo tres reglas: en primer lugar, para jugarlo, en este momento tienes que ignorar si hay dos “ser” en la primera línea de la página 54. Decimos esto porque ¿quién sabe?, quizá seas la clase de lector que lee de manera salteada y le presta mucha atención a los detalles. En segundo lugar, no puedes, de ninguna manera en absoluto, mirar, escanear, examinar, hojear ni investigar de cualquier manera lo que está impreso en la página 54. Tampoco puedes pedirle a nadie que lo haga por ti ni que te cuente lo que sabe acerca de esa página, ni puedes usar ningún aparato para grabar o buscar la información y revisarla después. Y no, tampoco puedes sostener la página 53 y verla a trasluz. En tercer lugar, no puedes simplemente adivinar sólo para dar por terminado el juego.
Sugerimos un límite de tiempo de dos minutos, pero puedes jugar durante más tiempo si así lo deseas.
Oh, y una cosa más: durante el juego, intenta prestar atención a los pensamientos que aparecen en tu mente y las sensaciones que percibes en tu cuerpo. Hablaremos sobre todo eso más adelante.
¿Y bien? ¿Cómo te ha ido? Te advertimos que este era un juego estúpido –estúpido en el sentido de que, al menos, de que no es un juego en absoluto. El juego te desafía a encontrar una respuesta concluyente a una pregunta por sí o por no, bajo condiciones en las cuales simplemente es imposible encontrar una respuesta. En otras palabras, el juego te arroja a un situación ambigua básica. Dicho de otro modo más, el juego replica de manera extremadamente simple muchas de las situaciones que encuentras en tu vida –y todas las situaciones acerca de las cuales te sentirás ansioso.
Realmente querías mirar, ¿no es así? Al principio quizá te hayas sentido estoico con todo el asunto. “No puedo ganar el juego. Me voy a sentar aquí por dos minutos y luego seguiré con mis cosas”. Pero a los cerebros humanos no les gusta la ambigüedad –y los cerebros de aquellos de nosotros que somos propensos a sufrir de ansiedad realmente la detestan. Y resulta ser que hay buenas razones para que no nos guste –o al menos, las hubo en un tiempo pasado.