March, 13, 2006
ENGLISH VERSION (sorry for my awful English)
When I started my studies in Psychology, I was a "freudian": the unconsciousness, the superego... all that seemed a fascinating world to me. But I ended my studies as a behaviorist and I didn´t want to know anything more about psychoanalisis.
Then, I started my consultation and I felt dissapointed with the cold behaviorist tools, so, I began moving towards Humanism. I "discovered" Carl Rogers and Carkhuff and I became a "fan" of their works.
Then, I met Albert Ellis in his books and in a course he did in Madrid; so, I turned up an rational-emotif therapist and, of course, an explorer of the mental world: its contents and processes.
And that curiosity about mental contents took me to learn about General Semantics and from that theory by Alfred Korzybski I understood better some subjets on constructivism as "personal constructs" theory, by G. Kelly and the basis of narrative therapy.
And so, I arrived to Palo Alto, where I met Paul Watzlawick and Richard Fish and so on, and the reason for their motto: "let´s be brief" and the fundamentals on the strategic therapy. I was glad with a so fascinating perspective.
Finally, I declared myself as an "eclectic-integrationist"
But something inside me was out of order. I had the impression that Psychology had moved towards a medical point of view instead of a psychological one and I was very unconfortable with that feeling.
Finally, through a quite easy book ("La mente o la vida" by J. Barraca; ed. DDB, Bilbao, Spain) I met ACT theory and I got very pleased with the "discovery". So, I devoured the whole bibliography avoidable in Spanish: Carmen Luciano Soriano and, then, the books by Hayes (I am learning English in order to read all of them).
Now, I don´t mind what kind of psychologist I am: I am a humanist-behaviorist one, interested on the plot of life and in being in the way along with anybody who comes to me...
VERSIÓN ESPAÑOLA
Cuando me asomé a los estudios de psicología, yo era un freudiano convencido: el subconsciente, el superyó, el dinamismo de los impulsos; todo eso me parecía un mundo fascinante. Pero terminé los estudios convertido en un conductista acérrimo; no quería ni oir hablar de psicoanálisis o cosa semejante.
Cuando comencé mi práctica profesional, desencantado con el "mecanicismo" de las técnicas conductista, fui derivando hacia planteamientos humanistas. Descubrí a Rogers y a Carkhuff y me apasioné con sus planteamientos.
Albert Ellis entró en mi vida a través de sus libros y de un curso que impartió en Madrid; me volví un cognitivista converso. La curiosidad por los procesos mentales me llevó a explorar los planteamientos de la Semántica General y, a partir de la teoría de Korzybski, entendí mejor las propuestas constructivistas de Kelly y los fundamentos de la terapia narrativa.
Después, por diversas circunstancias, llegó mi época de Palo Alto; allí conocí a Watzlawick, Richard Fish, y los fundamentos de su lema: "let´s be brief".
Finalmente, me declaré "ecléctico integracionista".
Pero algo, dentro de mí, me impulsaba a replantearme una y otra vez los fundamentos de mi trabajo psicoterapéutico: algo no encajaba. Tenía la impresión de que la Psicología había derivado peligrosamente hacia un "medicalismo" que me costaba aceptar.
Finalmente, a través de un libro de divulgación bien sencillo ("la mente o la vida" de J. Barraca, DDB Bilbao) me asomé a la teoría de la terapia de aceptación y compromiso y, entonces, comprendí que ese era el camino que yo andaba buscando. Devoré toda la bibliografía de Carmen Luciano Soriano y, a continuación, con mi poco inglés, fui desmenuzando los planteamientos de Hayes.
Ahora, ya no me preocupa averiguar en qué nicho psicológico debo incluirme: soy un humanista-conductual, interesado en la el examen del guión vital que cada cual aplica a su vida, implicado en la clarificación de los valores que deben sustentar ese guión y comprometido en examinar su propio guión y en acompañar en su camino a quienes a mí acuden...