Artículos varios en español

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Fabian Maero

Abrazando tus demonios: Un panorama de la Terapia de Aceptación y Compromiso

Abrazando tus demonios: Un panorama de la Terapia de Aceptación y Compromiso

Paula José Quintero

(publicado inicialmente en http://psyciencia.com/2012/10/24/abrazando-tus-demonios-un-panorama-de-la-terapia-de-aceptacion-y-compromiso/)

 

Imagina una terapia que no hace intentos deliberados de reducción sintomática, pero obtiene la reducción sintomática como un subproducto. Imagina una terapia basada firmemente en la tradición de la ciencia empírica y aún así que mantiene un importante énfasis en valores, aceptación, compasión, contacto con el momento presente y con el sentido trascendente del ser. Una terapia tan difícil de clasificar que ha sido descripta como una “terapia cognitivo-conductual existencial humanística”. La Terapia de Aceptación y Compromiso, conocida como ACT (pronunciada como la palabra “act” y no como una sigla) es una terapia conductual basada en mindfulness que desafía las reglas básicas de la psicología occidental. Utiliza una mezcla ecléctica de metáforas, paradojas y habilidades de mindfulness (en general traducido como “atención o conciencia plena”) junto con una gran variedad de ejercicios experienciales e intervenciones conductales guiadas por valores. ACT ha demostrado su efectividad para una amplia gama de condiciones clínicas.

La meta de ACT

El objetivo central de ACT es el de crear una vida rica y significativa, aceptando el dolor que inevitablemente viene con ella. ACT (que significa “actuar” en inglés) es una buena abreviación porque esta terapia se orienta a tomar acciones efectivas guiadas por nuestros valores más profundos, en las que estamos totalmente presentes y comprometidos. Es sólo a través de la acción en la que estamos presentes y conectados, que podemos crear una vida significativa. Por supuesto que al intentar crear esa vida nos vamos a encontrar con toda clase de barreras bajo la forma de indeseadas y displacenteras “experiencias privadas” (pensamientos, imágenes, emociones, sensaciones, impulsos y recuerdos).

El objetivo central de ACT es el de crear una vida rica
y significativa, aceptando el dolor que
inevitablemente viene con ella

ACT es una de las llamadas “Terapias Conductuales de Tercera Ola” por su énfasis en el desarrollo de habilidades de mindfulness. A la vez una diferencia sobresaliente es que ACT considera a la práctica formal de meditación como sólo uno de los muchos caminos en la transmisión de las habilidades de mindfulness .

Otra característica distintiva que hace a ACT única es que no descansa en el supuesto de la “normalidad saludable”.

Normalidad saludable y Normalidad destructiva

La psicología occidental se basa en el supuesto de la “normalidad saludable”, esto es: que por naturaleza los humanos son psicológicamente sanos y que dado un ambiente saludable, estilo de vida y contexto social que brinde oportunidades de desarrollo del máximo potencial, los humanos están naturalmente contentos y conformes. Desde esta perspectiva, el sufrimiento psicológico es visto como anormal; como una enfermedad o un síndrome impulsado por procesos patológicos inusuales. ACT sospecha que este supuesto es falso. Claramente, aún cuando el estándar de vida es más alto que nunca, el sufrimiento psicológico nos rodea de cerca.

La raíz de este sufrimiento está en
el lenguaje humano en sí mismo

ACT asume que los procesos psicológicos de la mente humana “normal” pueden ser destructivos y que tarde o temprano nos generan sufrimiento psicológico a todos nosotros. Más aun, ACT postula que la raíz de este sufrimiento está en el lenguaje humano en sí mismo. Desafortunadamente, el lenguaje humano es una espada de doble filo. Nos ayuda a crear mapas y modelos del mundo, predecir y planificar a futuro, compartir conocimiento, aprender del pasado, imaginar cosas que nunca existieron y crearlas, desarrollar reglas que guían nuestro comportamiento efectivo, entre otras ventajas. Pero el lenguaje tiene también su lado oscuro: lo usamos para hacer incapié y “revivir” eventos dolorosos del pasado, para asustarnos al imaginar eventos futuros displacenteros, para comparar, juzgar, criticar y condenarnos a nosotros mismos y a los demás y para crear reglas que pueden resultar restrictivas o destructivas.

Evitación Experiencial

ACT descansa entonces en la suposición de que el lenguaje humano naturalmente crea sufrimiento psicológico en todos nosotros. Una de las maneras en que lo hace es preparándonos para la lucha contra nuestros propios pensamientos y emociones, a través de un proceso llamado evitación experiencial. Dado que el abordaje desde la resolución de problemas funciona bien para el mundo exterior, es natural que intentemos aplicarlo a nuestro mundo interno: el mundo psicológico de pensamientos, emociones, recuerdos, sensaciones e impulsos. Pero con demasiada frecuencia, desarfortunadamente, cuando tratamos de evitar o deshacernos de nuestras experiencias privadas no deseadas, lo que hacemos es crearnos sufrimiento extra. Por supuesto, no todas las formas de evitación experiencial son poco saludables. ACT se focaliza en las estrategias de evitación experiencial sólo cuando los clientes las usan en un grado tal que se convierten en altamente costosas y dañinas para la vida que es significativa para ellos (en el corto plazo, cancelar un evento social puede dar lugar a cierta clase de alivio, pero en el largo plazo, el incremento del aislamiento social puede aumentar la experiencia de la depresión, por citar un ejemplo). ACT ofrece a los clientes una alternativa a la evitación experiencial a través de una variedad de intervenciones terapéuticas.

Intervenciones Terapéuticas

Los clientes aprenden a dejar de luchar contra sus experiencias privadas –abrirse a ellas, hacerles espacio y permitirles ir y venir sin resistirse. La energía y el tiempo que gastaron previamente tratando de controlar cómo se sienten, es ahora invertida en realizar acciones efectivas (guiadas por sus valores) para cambiar su vida para mejor. De ahí que las intervenciones de ACT se focalizan en dos procesos principales: 1) desarrollar aceptación de experiencias privadas indeseables que están fuera del control personal y 2) desarrollar compromiso y acción orientada a vivir una vida valiosa.

El control es el problema, no la solución

Se trata de incrementar la toma de conciencia por parte del cliente de que las estrategias de control emocional son en realidad las responsables de sus problemas y de que mientras continúen obsesionados con tratar de controlar cómo se sienten, están atrapados en un círculo vicioso que incrementa el sufrimiento. El control es el problema, no la solución. Una vez que la “agenda de control emocional”, con la que llegan los clientes, es gentil y respetuosamente desestimada, introducimos los seis principios centrales de ACT.

Los Seis Principios de ACT

ACT utiliza estos principios para ayudar a los clientes a desarrollar Flexibilidad Psicológica. Cada principio tiene su propia metodología, ejercicios, metáforas y tareas.

1-Defusión Cognitiva: aprender a observar los pensamientos, imágenes, recuerdos y otras cogniciones como lo que son –nada más que piezas de lenguaje, palabras e imágenes- en oposición a lo que dicen ser –eventos amenazantes, reglas que tienen que ser obedecidas, verdades objetivas y hechos.

2-Aceptación: hacer espacio a emociones indeseadas, sensaciones, impulsos y demás experiencias privadas; permitirles “ir y venir” sin luchar contra ellas, huir de ellas o prestarles una indebida atención.

3-Contacto con el momento presente: brindar total atención a la experiencia en el aquí y ahora, con apertura, interés y receptividad, focalizándose y comprometiéndose totalmente (participando de lleno) en lo que se está haciendo en ese momento.

4-El Yo-observador: acceder al sentido trascendente del ser, la continuidad de conciencia que es imperturbable, siempre presente e impermeable al daño. Desde esta perspectiva, es posible experimentar en directo el hecho de que no somos nuestros pensamientos, emociones, recuerdos, impulsos o sensaciones. Estos fenómenos cambian constantemente y son aspectos periféricos de nosotros, pero no son la esencia de quienes somos.

5-Valores: clarificar lo que es más importante, desde el fondo del corazón, qué clases de personas queremos ser, qué es lo significativo y valioso en nuestra vida y qué queremos representar en esta vida.

6-Acción Comprometida: establecer metas guiadas por valores e involucrarse en acciones efectivas para alcanzarlas.

La Relación Terapéutica ACT

El entrenamiento en ACT ayuda a los terapeutas a desarrollar las cualidades esenciales de compasión, aceptación, empatía, respeto y la habilidad de estar psicológicamente presente aún en presencia de emociones fuertes. Más aun, ACT enseña a los terapeutas que, gracias al lenguaje humano, están en el mismo barco que sus clientes –de modo que no tienen que ser “seres iluminados” o tener “todo resuelto”. De hecho, podríamos escucharlos decir a sus clientes algo como ésto:

“No quiero que pienses que tengo toda mi vida en orden. Es más como si se tratara de ti escalando tu montaña allí y yo escalando la mía aquí. No es como si yo ya hubiera alcanzado la cumbre y estoy descansando. Es sólo que desde donde yo estoy en mi montaña, puedo ver los obstáculos en tu montaña que tú no puedes ver. De modo que puedo señalártelos y tal vez mostrarte algún camino alternativo para sortearlos”.

Fragmentos traducidos del texto: Embracing Your Demons: an Overview of Acceptance and Commitment Therapy

Fabian Maero

Aceptación y compromiso: un nuevo enfoque terapéutico

Aceptación y compromiso: un nuevo enfoque terapéutico

Cuando una persona sufre compara su interior con lo que cree que le pasa a los otros y en consecuencia su imagen de la condición humana queda distorsionada. Esa diferencia es lo que nos hace creer que tenemos derecho de nacimiento a estar psicológicamente saludables, felices y despreocupados –y que "sentirse bien" es la medida de una vida “bien vivida”. Intereses comerciales están también encantados de contribuir a esta visión, asegurándonos que estaremos más cerca de ese objetivo a través del autoadecuado, la vivienda o las vacaciones ideales. Aparentemente, sólo las personas “anormales” sufren. Sin embargo, el exterior de los otros proporciona sólo una evidencia superficial sobre la validez de este punto de vista. Pero ¿y si cada uno tuviera su secreto? ¿Y si en el fuero interno todos sintiésemos lo mismo?

Lo cierto es que toda la gente sufre en algún momento de su vida, esto es parte de ser humano. Encontrar métodos fáciles para sentirse bien poco tiene que ver con llevar una vida significativa, valiosa y vital. Si miramos las estadísticas de desordenes psiquiátricos y de otros problemas, tenemos que considerar la posibilidad de que el dolor humano es casi universal. Lo que es anormal entonces es pretender sentirse todo el tiempo bien, es alcanzar la felicidad permanente. Bajo este mandato de sentirse bien todo el tiempo una persona que padece intenta todo el tiempo ver como “sacarse esos problemas de encima”. Todos tenemos problemas, los que nos diferencia es que hacemos cada uno con ellos, es decir, la solución singular que cada uno de nosotros puede inventar.

Un modo posible de afrontar eso que nos pasa es en vez de intentar evitarlo, explorar cómo sería aproximarse a aquello contra lo que luchamos tan intensamente. Así vale la pena preguntarse entonces si los enemigos son los elementos emocionales o cognitivos o la propia lucha en sí. Sabemos por investigaciones que una de las cosas más patológicas que puede hacer un ser humano es tratar de evitar sus propios pensamientos y sentimientos y asociar sus conductas a este intento de evitación. La inflexibilidad psicológica que esto genera, ya que empezamos a responder en automático, debilita la posibilidad de aprender cosas nuevas quedando así encerrados en las soluciones disfuncionales ya conocidas. De esta manera nos enredamos en una lucha innecesaria con nuestros propios pensamientos y sentimientos. Aparecen entonces las frases: “más de lo mismo”, “otra vez tropiezo en el mismo lugar”, “no le encuentro la salida”.

Si no queremos tener un recuerdo doloroso y tratamos de no pensar en él, lo estaremos situando más en el foco de nuestra atención, con mayor frecuencia y con mayor impacto. Si a lo que tememos es al sufrimiento producido por un futuro ataque depánico y tratamos de evitarlo, estaremos trayendo a nuestro presente ese sufrimiento imaginado y amplificando su papel en nuestra vida.

La propuesta entonces de este enfoque promover en las personas alternativas más saludables y flexibles: aceptar los sentimientos y ser conscientes de nuestros pensamientos sin discutir con ellos, centrándonos, en cambio, en el presente de una manera más plena comprometidos con nosotros mismos.

El enfoque de aceptación y compromiso (ACT) está teniendo un profundo impacto en lapráctica clínica. Investigaciones controladas muestras que estos métodos son útiles en áreas tan diversas como la ansiedad, ‘burnout’, estrés, abuso de sustancias, problemas de alimentación, dolor y depresiones entre otras. ACT se basa en la idea de que el sufrimiento psicológico es usualmente causado por la evitación y por los enredos de pensamientos con el resultado de realizar acciones o conductas no acordes con los valores propios. En este tipo de enfoque se enseña a los pacientes como modificar elmodo en que las experiencias privadas problemáticas de nuestro fuero interno funcionan más que eliminarlas. Aprender a con-vivir con ellas. Al combinarlas con valores propios y en consecuencia con acciones comprometidas, pueden movilizar incluso a aquellos pacientes muy resistentes al tratamiento. No se trata entonces tanto de modificar los contenidos de los pensamientos y corregir las distorsiones sino de cambiar nuestra relación con nuestros pensamientos, emociones, recuerdos y otros eventos de nuestro fuero interno. Esto quiere decir que dentro de este enfoque de ACT, no se trata tanto de hacer que la ansiedad o la depresión desaparezcan sino más de desenredarse de los pensamientos y las emociones que nos atrapan para poder movernos en la dirección que es importante para nosotros mismos.

Dado que a veces al enredarnos en nuestros propios pensamientos nos enredamos en el lenguaje, este tipo de enfoque no solo trabaja mediante la palabra sino también a través de vivencias, experiencias, metáforas, paradojas y otros métodos que permitan que el paciente no quede atrapado en sus palabras e ideas y pueda actuar más flexiblemente. Esta flexibilidad psicológica significa poder contactar con el tiempo presente con atención plena y acorde con la situación que corresponda afrontar, modificando o perseverando en las acciones de manera tal que estén al servicio de los valores propios. Así los pacientes en contacto consigo mismos pueden desarrollar recursos para re contextualizar y aceptar los que les sucede y comprometerse consigo mismos. La tarea consiste entonces en aprender cómo llevar nuestros problemas sin amplificarlos innecesariamente en forma de sufrimiento y utilizando recursos flexibles mientras creamos una vida significativa basada en un compromiso pleno con nosotros mismos.


Lic. Manuela O´Connell

En base a un articulo de Steve Hayes sobre ACT

(publicado inicialmente en www.grupoact.com.ar)

Fabian Maero

Autoentrevista a un terapeuta de terapia de aceptación y compromiso.

Autoentrevista a un terapeuta de terapia de aceptación y compromiso.

Fabián Maero

 

-Disculpe ¿qué es ACT?

- Ante todo, buenas tardes. Por favor, pase, haga de cuenta que está en su casa. ACT designa a “terapia de aceptación y compromiso”(Acceptance and Commitment Therapy, en inglés). Eso sí, no lo pronunciamos como un acrónimo (A-C-T), sino como una sola palabra: act.

 -Pero no me está respondiendo, ¿qué demonios es ACT?

-A eso iba, tenga paciencia. ACT es un modelo de psicoterapia basado en el análisis conductual clínico, es decir, una forma de conceptualizar el sufrimiento humano y lo que comúnmente se denominan trastornos psicológicos, tales como la ansiedad, el pánico, la depresión, etc. Implica pensar las causas del sufrimiento humano, y consecuentemente, ciertas maneras de ayudar a las personas a vivir una vida más valiosa.

 -¿Dijo usted “conductual”? ¿Eso no es conductismo, los que dicen que somos como el perro de Pavlov, fríos y sin alma?

-Mmm, sí, y no del todo. Las tendencias conductuales han sido casi completamente condenadas en este país, pero esto no es así en todo el mundo. El conductismo se basa en una rica tradición filosófica y de investigación. En breve, digamos que conceptualizamos la conducta como todas las acciones de una persona (y esto tambien incluye los pensamientos y emociones), pero no le asignamos estatus causal: las causas están el contexto, en el ambiente: un pensamiento es sólo un pensamiento, una emoción es sólo una emoción. Sencillo como parece, esto lleva a un enfoque fuertemente humanista y compasivo, que pone énfasis en los valores, la empatía y la aceptación.

 -Entonces, ¿qué ocasiona el sufrimiento humano según ACT?

-De acuerdo al modelo, la mayor parte del sufrimiento es fruto del lenguaje y el pensamiento. Esto no quiere decir que el lenguaje o el pensamiento sean algo indeseable: nos permiten planificar nuestra siguiente acción, encontrar soluciones a problemas prácticos, transmitir experiencias y aprendizajes. Pero también nos permite imaginarnos nuestra propia muerte o la de seres queridos, sufrir por eventos desagradables que aún no se han producido, considerarnos “defectuosos”, y la lista sigue… Y como consecuencia de esto, podemos intentar no sentir o no pensar en esos contenidos dolorosos, y comenzar a realizar las actividades más diversas para mantenernos alejados de nuestras experiencias internas(emociones, pensamientos, sensaciones físicas): consumir drogas (legales o las otras), ver televisión para distraernos, evitar ir a ciertos lugares. Nuestra vida se vuelve cada vez más acotada y rígida, y lo que es importante para nosotros es puesto en espera, mientras luchamos con nuestras emociones o pensamientos.

 -Ya veo..¿y qué hacemos con eso?

-Supongo que usted se refiere al tratamiento. ACT es acerca de dejar ir la lucha con las experiencias internas. Es la parte de “Aceptación” del modelo. Y con esto no quiero decir resignación, que se parece más a bajar los brazos y darse por vencido, sino a abrirse y estar dispuesto a experimentar lo que sea que surja como consecuencia de ponerse en movimiento. La otra parte del modelo es la parte del “Compromiso”, es decir, actuar de acuerdo a lo que es importante para nosotros, a lo que elegimos y sostenemos como importante para nuestra vida. A esto último lo denominamos “Valores”.

 -Suena un tanto místico…

-Sí, puede sonar así. Sin embargo, ACT es un modelo psicoterapéutico que proviene del conductismo radical, con una fuerte tradición en investigación. ACT se ha desarrollado en base a la investigación en psicología básica, y su eficacia ha sido investigada en una gran cantidad de contextos y síntomas psicológicos: el primer ensayo controlado aleatorio fue en 1986, sobre depresión, y desde entonces se ha investigado y aplicado en ansiedad, problemas de alimentación, conductas de riesgo, tabaquismo, adicciones, manejo de diabetes, manejo de síntomas epilépticos, obsesiones, fobias… y un larguísimo etc. Sin embargo, la evidencia aún es preliminar, y quedan muchas preguntas por responder. En la sección de Links puede encontrar referencias a sitios web con más información concreta sobre el modelo.

 -Pero en concreto, ¿qué pasa en una sesión de ACT?

-Me resulta curioso, usted parece hacer siempre las preguntas que ando queriendo responder… en fin…Concretamente, en una sesión de ACT un terapeuta utiliza ejercicios experienciales, ejercicios de meditación (lo llamamos “mindfulness” o “atención plena”, pero eso se lo explico otro día), metáforas e historias. No habla todo el tiempo, pero sí suele hablar más que otros tipos de terapeutas. Incluso puede llegar a utilizar dibujos, tareas escritas, gráficos, etc. Casi cualquier cosa que usted pueda imaginar… y un par de cosas que usted no se imaginaría. El objetivo principal, como le dije antes, es que uno deje de luchar con las experiencias internas y se ponga en marcha hacia lo que elige como importante para su vida. Y le aseguro, cuando uno deja de luchar, cosas interesantes comienzan a suceder.

 -¿Y cómo se forma un terapeuta ACT?

-Bueno, más o menos de la misma manera en que trabaja con un paciente, realizando talleres experienciales en los que se utilizan ejercicios experienciales, metáforas e historias- sólo que además se lee una tirada de libros como de acá hasta la mesa. Los terapeutas cargan los mismos sufrimientos que los pacientes, por eso suelen decir que un terapeuta ACT se parece más a un compañero de viaje que a un guía experto. Sólo que este compañero de viaje se ha robado un mapa en la última estación de servicio, y conoce algo del camino.

 -¿Y ustedes forman terapeutas y atienden pacientes?

-Así es, y también hacemos unas pastafrolas estupendas. Los terapeutas del grupo ACT pertenecemos a otros equipos, desde otros modelos de psicoterapia, tales como DBT, Activación Conductual, Terapia Cognitivo Conductual, entre otros. Si quiere saber un poco más de todo esto, visitenos en www.grupoact.com.ar o déjenos un comentario en la web de la ACBS, le aseguro que nos encanta recibir consultas, pedidos e intentos de extorsión.

 -Gracias, quizá lo haga

Ejem… la parte de la extorsión fue una broma… Pero vaya, que tenga un buen día, deje la puerta abierta al salir, por favor.

 

Publicado originalmente en www.grupoact.com.ar

Fabian Maero

Defusión: una propuesta diferente para relacionarnos con nuestros pensamientos indeseado

Defusión: una propuesta diferente para relacionarnos con nuestros pensamientos indeseado

Steven Hayes (traducción por Paula S. José Quintero)

 

Steven Hayes, uno de los creadores de la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), reflexiona sobre los efectos del lenguaje y propone, a través de la presentación de ejercicios, una nueva manera de relacionarnos con aquellos eventos mentales que nos resultan difíciles y dolorosos de experimentar. Cuando llega el momento de actuar comprometiéndonos con nuestros valores, es necesario poner al lenguaje en su lugar. Compartimos con ustedes el artículo.

La araña mental que afirma ser nosotros (de S. Hayes)

No hace mucho tiempo, tal vez 200.000 años atrás, una oscura clase de primates llamados “humanos” aprendieron una nueva artimaña. Aprendieron a relacionar eventos arbitrariamente; aprendieron a tener una cosa representando a otra; adquirieron pensamiento simbólico.
Hemos estado dominados desde aquella época.

El comediante Emo Philips tiene un dicho que captura la situación en la que nos encontramos: “Solía pensar que mi mente era mi órgano más importante. Luego me di cuenta qué órgano estaba diciéndome eso”.
La mente humana es increíblemente arrogante. Porque nuestras mentes pueden hablar acerca de cualquier cosa, y este órgano entre nuestras orejas piensa que lo sabe todo. Nuestra mente lógica, analítica, predictiva, solucionadora de problemas, sabe cómo vivir, sabe cómo amar, sabe cómo estar en paz.

No.

El lenguaje y la cognición descansan en la cima de una vasta cantidad de conocimiento experiencial, social, evolutivo y espiritual. Lo reclaman todo para sí, simplemente porque los símbolos pueden referirse a ese conocimiento (en cierto grado) y guiarlo (en cierto grado). Es una ilusión tan poderosa, este fino recubrimiento de pensamiento simbólico reclamando para sí mismo una sustancia y un poder que simplemente no tiene. Los reclamos de la mente son metafóricamente equivalentes a los de la pintura reclamando ser la casa cuyas paredes cubre.
Si quieres romper la ilusión, ayuda saber que, en la mayoría de los casos, tú estás sólo a dos o tres pasos de “no lo sé”. Toma como ejemplo un simple movimiento, como estirarte para tomar un lápiz. Pídele a tu mente que explique cómo lo hiciste usando palabras y no demostraciones. Frente a cualquier respuesta dada, repite la pregunta.

El diálogo será algo así:

Mente: yo sólo me estiré y lo agarré.
Pregunta: oh ¿y cómo hiciste eso?
Mente: primero, tensé mis tríceps.
Pregunta: ok, y ¿cómo hiciste eso?
(pausa larga)
Mente: Ah… bueno, déjame mostrarte.

¡Tramposa! La mente analítica puede regular lo que ya haces, cierto, pero incluso cosas simples como estirarse fueron aprendidas de otra manera.
Si esto llegara sólo hasta aquí, el costo sería limitado. Pero no hay nada que impida que este mismo proceso se aplique a nuestro ser. Y ahí nos introducimos en algo bastante más siniestro.

Como una araña tejiendo su red, nuestra mente lógica, analítica, predictiva y solucionadora de problemas continuamente crea historias sobre nuestras vidas, sobre quiénes somos, cómo somos, qué nos pasará y porqué. A medida que la historia crece, se puede volver impenetrable y auto-sostenible. La historia acerca de quiénes somos nos cubre como una segunda piel. La araña, finalmente, se acerca a nuestros oídos y susurra el último engaño. El fraude final. “Soy tú”-musita.

(Artículo relacionado: 8 Formas de vencer pensamientos indeseados persistentes)

¡Mentirosa!

Miren, estoy agradecido de que tengamos pensamiento lógico y simbólico. Es una herramienta útil. Mientras miro ahora a mi alrededor (estoy volando en un avión a 500 millas por hora tomando un café caliente), me maravillan las cosas que esta herramienta nos ha ayudado a construir. Pero ya es hora de sacarnos la telaraña de nuestros ojos. Necesitamos aprender a usar esta herramienta en vez de permitir que ella nos use a nosotros.

Aquellos que pertenecen a la comunidad de ACT (terapia de aceptación y compromiso) usan métodos de “defusión cognitiva” para facilitar la práctica contemplativa. Estos métodos ayudan a la gente a darse cuenta del truco de la mente que tan fácilmente crea sufrimiento en nosotros.
Prueba cada uno de los siguientes métodos, uno a la vez, durante la próxima semana. En cada caso comienza con un pensamiento difícil, enroscado, pegajosamente auto-referencial o juicioso.
1) Reduce el pensamiento a una sola palabra. Pronuncia esa palabra en voz alta, tan rápido como puedas, por 30 segundos. Mientras cae el significado, nota también cómo se siente tu mandíbula. Nota el sonido. Nota cómo el comienzo y el final de la palabra se funden uno en el otro. Cuando termines, considera si realmente necesitas pelear, resistirte o ser comandado por lo que es, después de todo y a cierto nivel, un movimiento muscular aprendido y un sonido. Referenciar es un truco útil de la mente pero a veces vale la pena romper la ilusión.

2) Escribe el pensamiento o el juicio sobre ti. Léelo, trata de conectarte con el ritmo que tiene. Luego agrega estas dos palabras al final: “… o no.” Léelo de nuevo. No trates de decidirte entre las dos versiones.

3) Descarga la aplicación “Songify” en tu teléfono celular. Graba el pensamiento y reprodúcelo con diferentes tonos y melodías.

4) Piensa como te sientes en los peores momentos en que estás enredado con ese pensamiento. Piensa en un momento en que te sentiste igual, al menos en cierto grado, siendo niño. Ahora cierra los ojos y ubica al niño frente a ti. Tomate tiempo para observar el rostro del niño, su cabello, su ropa y sus zapatos. Observa la postura del niño. Observa sus pequeñas manos. Ahora focalízate en ese rostro. Has que el niño diga el pensamiento difícil en voz alta, como si el pensamiento fuera del niño. Asegúrate de escucharlo con la voz del niño. Mantente abierto a la intensidad del fenómeno. Si tú pudieras estar de hecho en ese momento ¿qué querrías hacer o decir? Dilo o hazlo y asegúrate de que el niño lo reciba. Fíjate si esta imagen puede metafóricamente sugerirte cómo podrías darte un mejor trato cuando estos pensamientos aparecen en ti.

5) Durante el día siguiente, en cuanto notes que estas teniendo un pensamiento difícil de este tipo, reformúlalo de esta manera: “Estoy teniendo el pensamiento de…” [luego agrega el contenido del pensamiento].

6) Cierra los ojos y pon tu pensamiento difícil afuera, a unos pasos frente a ti. Luego responde a estas preguntas: ¿Qué tan grande es? Permítele tener ese tamaño. ¿De qué color es? Permítele tener ese color. ¿Qué forma tiene? Permítele tener esa forma. ¿Qué tan rápido se mueve? Permítele ir a esa velocidad. ¿Qué tan fuerte es? Permítele tener esa fortaleza. ¿Cuál es su textura? Permítele tener esa textura. ¿Cuánto pesa? Permítele tener ese peso. ¿Cuál es su consistencia interna? Permítele tener esa consistencia. ¿Cuánta agua podría contener? Permítele tener esa capacidad.
Ahora la pregunta es: ¿Hay algo en ese objeto de ese tamaño, de ese color, forma, velocidad, fuerza, textura, peso, consistencia y capacidad que no puedas tener como lo que es (no como lo que dice que es)? Si encuentras una resistencia, juicio, rechazo u otras reacciones que evitan que lo hagas (tenerlo como lo que es), entonces pon esa reacción afuera, a unos pasos frente a ti y repite el proceso.

7) Escribe el pensamiento en una tarjeta y guárdalo en un bolsillo de tu pantalón, llevándolo contigo durante el día mientras eliges ir a donde sea que elijas ir. Fíjate si esta metáfora física te sugiere como podrías llevar este pensamiento en tu viaje en la vida. No te abandonará… pero tal vez puedas invitarlo a que te acompañe en el paseo.

Mientras leo el periódico matutino y veo a otra persona famosa desmoronarse, me pregunto: ¿La araña mental que reclama ser nosotros se ha cobrado otra víctima? En el mundo moderno parece que se está haciendo cada vez más difícil encontrar un lugar sólo para ser. Aprender a ubicarnos en un lugar que nos permita observar el pensar parece ser la clave para que aprendamos a usar esta herramienta en vez de que ella nos use a nosotros.

Link al artículo original en inglés: http://stevenchayes.com/the-mental-spider-that-claims-to-be-us/ 

Fabian Maero

El compromiso en nuestro contexto actual, la posmodernidad.

El compromiso en nuestro contexto actual, la posmodernidad.

RESUMEN (extracto del texto completo): Nos toca un cotexto muy particular: la posmodernidad. Aquí, los valores, los objetivos y el sentido de la vida suelen estar difuminados entre lo múltiple, cuando no desaparecidos sin dejar rastros. Es una situación clínica común encontrar pacientes que no tienen claro sus valores ni sus metas, o, peor aún,  que tienen claro que no tienen un sentido: nada parece interesarles, nada los motiva, no hay un horizonte al que se dirijan. Así, a la deriva, el pilar de compromiso de ACT parece no encontrar piso donde arraigarse.

lucasras

El discípulo

El discípulo

Un joven aprendiz de las artes cognitivas se acerco a su maestro y le pregunto:
-Maestro, de que se trata esto de ACT?
El maestro miró duramente al aprendiz, y le dijo:
- NO hay evidencia de la eficacia de eso!
El joven aprendiz se dirigió entonces al maestro de un dojo cercano, quien decía utilizar el enfoque ACT con sus discípulos. Se acercó a su kamiza, donde lo encontró leyendo un sacro libro de Kelly Wilson:
-Maestro, de que se trata esto de ACT? es verdad que no es eficaz? El maestro miró duramente al discípulo, y le suministro el siguiente link:
http://www.div12.org/PsychologicalTreatments/treatments/chronicpain_act.html
y el siguiente:
http://www.div12.org/PsychologicalTreatments/treatments/depression_acceptance.html
Feliz, el alumno regresaba a su casa, cuando se encontró con un músico, que miraba fijamente una rosa de un jardín. El alumno se acerco. De repente, el músico murmuró:
- "Se que estás buscando, pero recuerda, la idea es no buscar, ni siquiera buscar no buscar. En definitiva, son solo pensamientos."
Al poco tiempo, el discípulo, convertido en maestro, decidió asistir a un retiro, donde conoció a muchas personas que habían sido tratadas con los dos maestros que alguna vez había consultado. Todas estas personas estaban en silencio, con una sufrida calma. El ahora maestro se animó a preguntarles:
- Veo que habéis bebido del manantial de la salud, a cual de mis dos maestros debo felicitar?
Las personas lo miraron y respondieron al unísono:
-A ninguno de los dos, ACT es música.
Ese día, el joven aprendiz, conoció a la persona a cargo del retiro, en un jardín solitario, perdido en la inmensidad del presente, observando una flor, y murmurando: "la idea es no buscar, ni siquiera buscar no buscar"

 

Fabián Olaz

 

(publicado inicialmente en www.grupoact.com.ar)

Fabian Maero

En los tiempos que corren

En los tiempos que corren

EN LOS TIEMPOS QUE CORREN
 

Un dia cualquiera de la mayoria de nosotros, esta lleno de actividades. Nos la pasamos corriendo de un lado a otro, haciendo, sin tener plena conciencia de hacia donde ni porque nos movemos. Sentimos que no hay tiempo para nada, que las horas pasan y el tiempo no nos alcanza: vivimos en un tiempo acelerado. De a poquito nos vamos alienando, nos montamos en esa vorágine que se nos escapa. Aparece entonces la ansiedad que nos señala el miedo a perder el control. Nos sentimos fuera de nosotros mismos, un poco en cada lado y en ningun lado. Quedamos entonces enganchados en las rutinas como un modo de detener lo imparable. Hacemos lo que tenemos que hacer. Los movimientos se vuelven automaticos. La reflexion cuidada acerca de los que nos sucede de a poco se va reemplazando por una hiperracionalidad: justificamos, analizamos, juzgamos pero realmente comprendemos? La mente empieza a tener la necesidad de calcular, de proyectar de modo de tener todo programado, de intentar controlar lo incontrolable. Transitamos asi el diario vivir dormidos hasta que algun acontecimiento o síntoma nos sacude.

Cuánto tiempo tenemos para detenernos y preguntarnos: ¿quienes somos? ¿Que queremos? ¿Cuanta atención le dedicamos a saborarear cada momento, a prestar atención a que nos sucede mientras nos suceden un sin fin de acontecimientos?

En estos tiempos que corren resulta dificil despertarse a los sentidos, despertarse a la atencion plena de cada momento.

Aprender un modo diferente de estar en el mundo, estando en contacto con uno mismo, y descubrir una profunda sensacion de bien-estar es posible emprendiendo el camino que propone mindfulness.

Mindfulness o atención plena es una capacidad humana básica que consiste en prestar atención sin juzgar a lo que va sucediendo en cada momento de la vida y permite desarrollar una conexión más plena y un contacto mas profundo con uno mismo y con el mundo. Mindfulness es además una práctica que permite cultivar la claridad, el autoconocimiento y una mayor comprensión. En el ámbito de la salud es una manera de aprender en forma vivencial la interrelación entre el cuerpo y la mente promoviendo los recursos propios.

A través de recuperar la conexión con el cuerpo, volviendo a los sentidos, habitandonos, la mente se aquieta. Ese constante repiqueteo de nuestros pensamientos que nos agobia cambia de ritmo. Se desarrolla entonces una capacidad de observación que sin juzgar nos permite tomar una distancia de lo que nos abruma y pasar de la reaccion inmediata a la posibilidad de dar a lo que nos sucede una respuesta. ¿Cual es la clave para que esto suceda? ¿De que modo esto es posible?Prestarle atención al cuerpo, abrir un espacio de recepción y de percepción, cambiando la relación con nuestro cuerpo, re-conociendolo, experimentandolo. Tomarse el tiempo necesario, darse otro tiempo, habitar los momentos, desacelerarse. Este modo de estar en los sentidos, en contacto, con la atencion plena nos conduce a un umbral en donde pueda surgir un proyecto de vida y no un programa.Volver a los sentidos, habitarse a uno mismo, transitar la vida despiertos, ese es el desafio que nos propone el mundo en estos tiempos que corren.

Lic. Manuela O' Connell 

(publicado originalmente en www.grupoact.com.ar/)

Fabian Maero

Encuentro con un Terapeuta: Entrevista a Benjamín Schoendorff

Encuentro con un Terapeuta: Entrevista a Benjamín Schoendorff

Por Paula José Quintero

Benjamín Schoendorff es Magister en Neuropsicología y en Ciencias Cognitivas por la Universidad Pierre Mendes-France y la Universidad de Lumiere, Francia y miembro de la Asociación para la Ciencia Contextual-Conductual (ACBS). Psicoterapeuta especializado en Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) y Terapia Analítico-Funcional (FAP) y Entrenador validado por la ACBS. Ha viajado alrededor del mundo brindando talleres de formación clínica para terapeutas. Actualmente vive en Quebec con su familia, donde realiza actividades clínicas y de investigación en el Hospital Louis Lafontaine.

¿Qué fue lo que te decidió a estudiar psicología y por qué has elegido esa orientación en particular?

Yo llegué tarde a la psicología. Mi trayectoria personal empezó en las finanzas, luego de haber realizado estudios en filosofía, política y economía. Luego de una crisis personal, pasé 10 años de mi vida produciendo música techno antes de elegir enfrentar mi “dragón personal” de adicción a las drogas a través de la aceptación y de la acción comprometida. Y a partir de ahí decidí volver a la universidad para estudiar psicología y entrenarme como terapeuta cognitivo-conductual. Mi interés desde tiempo atrás por el mindfulness y mi compromiso con la ciencia pronto me guió hacia ACT (Terapia de Aceptación y Compromiso) y me convertí en uno de los pioneros de ACT en Francia, escribiendo el primer libro de ACT de auto-ayuda en francés en 2009. La Terapia de Aceptación y Compromiso “le habla” a mi experiencia personal más profunda y satisface mi compromiso con las prácticas basadas en la evidencia. Más tarde me encontré con FAP (Terapia Analítico-Funcional); FAP realmente me ayudó a entender la importancia de las dimensiones interpersonales y progresé de manera asombrosa en mis relaciones terapéuticas con mis clientes y en mis relaciones de la vida cotidiana.

¿En qué se diferencia tu técnica y la teoría que te guía de la psicoterapia convencional? ¿Qué hace que ACT sea única?

Desde mi punto de vista, hay tres elementos que hacen que ACT sea única. Primero, pone el foco de atención en el momento presente adaptando de manera flexible las técnicas del mindfulness a la mayoría de las poblaciones clínicas. Segundo, ofrece una forma novedosa para lidiar con experiencias privadas indeseadas: haciendo lugar a emociones y sensaciones incómodas y dolorosas (aceptación) y distanciándonos de los pensamientos que nos “atrapan” a través de la defusión. Tercero, hay un foco en valores y en utilizar lo que es más importante para la persona para motivar y reforzar la activación conductual y el cambio. Estos tres elementos convierten a ACT en una forma más humanística y existencial de terapia cognitivo-conductual, lo que representa en gran medida su atractivo para terapeutas y clientes. Respecto a la ciencia, ACT mantiene un alto compromiso con basar la práctica clínica en estudios empíricos, principios básicos e investigación experimental y en el desarrollo de la Teoría de los Marcos Relacionales, la cual constituye un paso más allá del análisis de la conducta verbal de Skinner en 1957 dando cuenta de manera novedosa de los procesos verbales respaldándose en la investigación experimental básica.

¿Cuál es el mayor mito acerca de la psicoterapia?

¡Oh, esa es una elección difícil de hacer! ¡Hay tantos! Si tengo que elegir uno diría: la idea de que uno tiene que encontrar la causa de raíz de sus problemas en su historia personal antes de lograr avanzar. ACT nos muestra que conectándonos con nuestros valores y con acciones que nos llevan hacia lo que es importante, podemos recuperar una vida rica y satisfactoria, aún cuando la gran pregunta del “¿Por qué?” permanezca sin responderse.

¿Cuál es la parte más difícil y desafiante de ser psicoterapeuta? ¿Y la más gratificante?

Lo que resulta un desafío para mí como terapeuta es mantenerme flexible en todo momento y constantemente volver a la experiencia del cliente más que a mis propias ideas o teorías. La parte más gratificante es ver a mis clientes florecer una vez que han empezado a involucrarse en conductas que los acercan a lo que es importante para ellos en la vida.

¿Cuál parece ser el obstáculo más grande para los clientes en psicoterapia?

Eso depende de cada cliente, pero diría que un obstáculo común es que los clientes están más acostumbrados a escuchar lo que les dice su mente en lugar de lo que les muestra su experiencia (lo que en ACT llamamos “defusión cognitiva”). Esto significa que ellos quedan frecuentemente atrapados en estrategias que no funcionan para cambiar cómo piensan o sienten. Otro gran obstáculo es el impacto que tiene su propia lucha privada contra lo que sienten, en sus propias relaciones interpersonales, incluída la relación terapéutica. Por lo tanto el terapeuta tiene que permanecer atento de no fusionarse con lo que el cliente dice y también prestar mucha atención a las dimensiones interpersonales de la lucha del cliente, a medida que aparecen en la relación terapéutica.

En tu opinión: ¿Cuáles son las cualidades más importantes de un psicoterapeuta?

Flexibilidad, autenticidad, compasión y la habilidad de conectar con el cliente tratando de no quedar atrapado en el contenido de las historias que limitan el comportamiento valioso del cliente. Y también la disposición a mostrarse vulnerable.

¿Qué es lo que primariamente facilita el cambio terapéutico? ¿Cuál crees que es la intervención más poderosa de ACT para generar cambio?

De nuevo: depende. Desde el punto de vista de ACT, el aumento de la flexibilidad, la habilidad de sostener los pensamientos con liviandad y actuar al servicio de valores es la clave. De modo que, en cualquier momento dado, la intervención más poderosa será aquella que mejor promueva flexibilidad en ese momento particular. En general encuentro que referir al cliente al diagrama de la Matrix (1) puede constituir una intervención poderosa en tanto que ayuda al cliente a notar si está atrapado en la lucha contra su sufrimiento o se está acercando hacia lo que es importante para él, de una manera que es una intervención que minimiza la interferencia del terapeuta y así maximiza el aprendizaje del cliente.

Has creado un enfoque muy interesante integrando intervenciones de ACT y de FAP. ¿De qué manera crees que FAP puede mejorar las intervenciones de ACT y viceversa?

ACT y FAP comparten las mismas raíces filosóficas e históricas (ambas se desarrollan dentro del contextualismo funcional). ACT es un gran modelo de cómo interactuamos con nuestras experiencias privadas y cómo nuestros modos de interacción pueden, en ciertos contextos, influenciar nuestra conducta. En términos generales, el modo en que interactuamos con las experiencias privadas puede o bien empujarnos a actuar para cambiar esa experiencia – alejarnos de ella- o bien inspirarnos a actuar en la dirección de nuestros valores vitales –acercarse a lo que es importante-. ACT se basa en la Teoría de los Marco Relacionales, un elegante modelo de cómo estos procesos son el resultado del funcionamiento normal de la inteligencia verbal. Así pues ACT es en gran medida una terapia enfocada en los procesos intrapersonales. Como tal, es un modelo muy poderoso. Por momentos, sin embargo, algunas intervenciones de ACT pueden sentirse como invalidantes por parte del cliente y enviar tanto al terapeuta como al cliente de nuevo “a sus mentes”. FAP, por el otro lado, se focaliza en la relación y en reforzar en el momento presente el comportamiento relacional más operativo. De manera que FAP se focaliza en los procesos interpersonales. Ahora bien, ambos enfoques consideran que el modo en que interactuamos con nuestra experiencia interna y con otras personas, fue aprendido a través de interacciones interpersonales. De modo que al integrar herramientas de FAP a la terapia ACT, podemos usar mejor la relación como un contexto social en el cual aprender ambos, es decir, un modo más útil de interactuar con nuestras experiencias internas y con los otros. Además, prestar atención a los efectos del comportamiento del terapeuta en el cliente y viceversa, como sugiere FAP, ayuda a la terapia a permanecer en “contacto con la tierra” y el cliente siente que se encuentran en el núcleo del trabajo más que en la teoría del terapeuta.

Si hubiese una cosa que desearías que tus clientes sepan acerca de la psicoterapia o de la enfermedad mental ¿Cuál sería?

Que ellos no están “rotos” o defectuosos, que no hay nada que tenga que ser añadido o removido de ellos antes de que puedan tener una vida rica y significativa. También me encantaría que sepan que la terapia se trata de ayudarlos a acercarse a la vida que quieren a través de sus propias acciones más que tratarse de “deshacerse de” o de interpretar sus síntomas.

Hoy en día la depresión genera mucha preocupación; algunos incluso hablan de una “epidemia”. ¿Qué factores (sociales y psicológicos) crees que están influenciando la actual prevalencia de la depresión?

Tengo la sensación de que los factores que más están ejerciendo influencia sobre ésto son sociales y culturales. En el plano social, no puedo evitar pensar que anteponer las ganancias por sobre las personas tiene un impacto directo sobre la salud mental. La gente siente que no tiene control sobre su vida cuando son objeto de fuerzas económicas sin rostro que son presentadas como realidades insuperables más que como elecciones políticas. También creo que la cultura del “sentirse bien” tiene mucho por lo que responder. Somos constantemente bombardeados con mensajes que dicen que tenemos que sentirnos bien para vivir bien. Empezamos a comparar nuestra experiencia interna con lo que los otros muestran para el afuera y encontramos que estamos “deseando”. ACT y FAP pueden ayudar al demostrarnos que podemos experimentar eso al “actuar bien”, es decir, en línea con nuestros valores de manera efectiva; nos podemos mover hacia vidas más significativas, incluso cuando habrá días en que nos sintamos bien y días en que nos sintamos no tan bien.

¿Cuál de los libros que has leído recientemente sobre salud mental, psicología o psicoterapia te pareció muy bueno?

Como era de esperar, los dos libros que más valoro como terapeuta son: el libro original de ACT y, más aún, la versión revisada de 2011. También recomiendo, sin dudas, el libro original de FAP (1991) y la Guía Clínica de FAP (2008). Estos libros son la piedra angular de mi práctica clínica. Y un libro que estoy leyendo en este momento y que recomendaría es “Intervenciones Breves para el Cambio Radical” de Strosahl, Robinson y Gustavsson (2012), que es un libro acerca de intervenciones breves de ACT escrito por tres clínicos increíbles.

¿Cuál crees que es la investigación más emocionante que se está realizando en este momento en el campo del contextualismo funcional?

Estoy entusiasmado con la investigación en las fronteras de la Teoría de los Marcos Relacionales (TMR): sus aplicaciones en el campo del autismo para ayudar a niños autistas a desarrollar un comando del lenguaje más flexible, sus aplicaciones en el aumento del desempeño intelectual y, finalmente, sus aplicaciones en el campo de la investigación de la cognición implícita. Si TMR da una cuenta viable de la cognición humana, tiene que tener aplicaciones más allá de psicoterapia clínica. Es en estos dominios así como también a través de ACT, que la TMR demostrará su utilidad para el campo más amplio de la psicología. Respecto a investigación clínica, estoy particularmente interesado en los estudios centrados en los procesos. No es suficiente saber que la Terapia A y la Terapia B son efectivas. Quiero saber qué procesos están involucrados para que podamos refinar una Terapia C que focalice directamente los procesos clínicos significativos. Muchos investigadores en ACT y FAP comparten esta perspectiva de modo que podemos esperar de nuestra comunidad de investigación algunos hallazgos interesantes en el futuro cercano.

¿Cuál es el mejor consejo que puedes ofrecer a nuestros lectores sobre cómo llevar adelante una vida significativa?

Simplemente notar, observar en el momento presente si lo que haces está al servicio de orientarte hacia lo que es importante para ti o al servicio de alejarte de aquello que no quieres pensar o sentir.

(1) La Matrix, creada por Kevin Polk, es un diagrama sencillo para trabajar sobre los 6 principios de ACT para aumentar la flexibilidad psicológica.

 

Entrevista y traducción: Paula José Quintero

Publicado originalmente en http://psyciencia.com/2012/11/06/encuentro-con-un-terapeuta-entrevista-a-benjamin-schoendorff/

Fabian Maero

Entrevista a D.J. Moran

Entrevista a D.J. Moran

Por Fabián Maero (artículo original en este link)


Se suele pensar que terapia de aceptación y compromiso es un abordaje clínico, y que solamente es un abordaje clínico, pero lo cierto es que se basa en una base científica más amplia que permite abordar otros temas vinculados con lo humano en general. Para ilustrar esto tuvimos una entrevista con Daniel J. Moran.

DJ (su apodo), es un psicólogo con una amplia carrera dentro de ACT. Ha escrito de dos libros y varios artículos científicos, ha entrenado terapeutas alrededor del mundo y ha aparecido regularmente en programas de televisión sobre personas con acumulación compulsiva. Es un hombre alto, afable, fanático del heavy metal y muy, pero muy poco ortodoxo en sus clases y presentaciones. Hemos cruzado algunas palabras en congresos y por correo, y siempre ha sido extraordinariamente amable, por lo cual decidimos recompensar su amabilidad haciéndolo trabajar.

Y es que DJ trabaja con ACT en un ámbito poco usual para un psicólogo: seguridad laboral. Específicamente, utiliza intervenciones de mindfulness, aceptación y valores para ayudar a mejorar la seguridad de trabajadores en diversos ámbitos. Recientemente ha escrito un libro, “Building Safety Commitment“, dirigido específicamente a trabajadores. Nos dio curiosidad el tema, por lo cual lo invitamos a una entrevista, en donde le preguntamos sobre este y otros temas en los que trabaja.

 ***

—[F.M.)Hola DJ, gracias por acceder a la entrevista. Es un honor tenerte en nuestro blog. ¿Podrías contarnos un poco de tu background como psicólogo?

[D.J.M.] Claro. Recibí mi doctorado en Psicología Clínica y Educativa en la Hofstra University en Nueva York. Mi supervisor fue Kurt Salzinger, un pionero en el campo de análisis conductual clínico, y él me enseñó mucho sobre conductismo radical y B.F. Skinner. Me volví tan fanático de B.F. Skinner que casi le pongo de nombre a mi hijo Burrhus Frederick Moran… pero me alegro de que mi esposa me haya convencido de no hacerlo!

—Yo también me alegro por eso… Como quizá sepas, a menudo la gente piensa sobre ACT como sólo un abordaje de psicoterapia, pero estás trabajando con los principios del modelo en un campo muy distinto, el campo de la seguridad laboral. Has escrito un libro para trabajadores llamado “Building Safety Commitment”, y me encantó el tono intensamente práctico que tiene el libro. Y sé que has tenido experiencia de primera mano en eso también, ya que has llegado con una formación inusual para un psicólogo: ¡hace varios años eras electricista! No muchas personas están familiarizadas con el papel que la psicología puede desempeñar en esa área en particular, ¿qué podrías decirnos acerca de seguridad laboral y de cómo un abordaje conductual resulta útil allí?

Trabajar es una actividad intensamente humana. Es lo que hacemos. Las personas trabajan… ya sea como jefe, carpintero, obrero en una fábrica, psicólogo, maestro, o como padres… nos involucramos en acciones para lograr ciertos objetivos que nos importan. Todos los principios del análisis conductual y de ACT que podemos para ayudar a que las personas en una clínica de salud mental logren ciertos objetivos … bueno, muchos de esos principios pueden ser utilizados para ayudar a las personas con el liderazgo, la innovación, la productividad, y la seguridad en los lugares de trabajo. Cuando era electricista, me di cuenta de que algunas personas habían estado muy cerca de herirse o lastimarse sólo porque no estaban prestando atención a lo que hacían, o porque estaban distraídas. Cuando empecé a practicar mindfulness, pensé que hacer que otras personas aprendieran sobre mindfulness podría ayudarlas a estar más seguras. Hay un área de investigación en psicología industrial/organizacional que se llama “conciencia situacional” que trata acerca de cómo estar conciente de tu entorno. Pensé que sería una buena idea aplicar prácticas de mindfulness para incrementar la conciencia situacional en el trabajo. Los obreros de primera línea que asisten a mis entrenamientos parecen experimentar muy positivamente el aprender más sobre acción conciente.

Pensé que el abordaje basado en la evidencia para que las personas actúen de manera segura en el trabajo, llamado Behavior-Based Safety [BBS], se podía combinar bien con el componente de Acción Comprometida del modelo del hexágono de ACT. Entonces, combino ACT con BBS, y las personas parecen responder muy positivamente. No me gusta llamarlo terapia, por lo cual me refiero a lo que hago como ACTraining (ACT-entrenamiento).

Y de paso, gracias por las palabras amables que has dicho sobre mi libro.

—Es un buen libro, y ciertamente ha sido una lectura diferente para mí. Ahora bien, ¿cómo estás aplicando los principios de ACT en esa área, qué tiene ACT para ofrecer ahí, y cuáles son los resultados esperados de una intervención en seguridad laboral con esas características?

Bueno, una de mis metas es ayudar a convertir las habilidades de mindfulness en algo que sea muy comprensible y práctico para cualquiera. Me gusta hablar acerca de “acción conciente” con las personas con las cuales trabajo, en lugar de hablar de meditación. Me gusta enseñarles a prestar atención a lo que están haciendo, especialmente porque trabajan en entornos peligrosos. Y además hago ejercicios simples de clarificación de valores con ellos, hablamos acerca de las razones por las que están están en ese trabajo. Por supuesto, las personas suelen decir inicialmente que trabajan “por el dinero”, pero luego indagamos un poco más profundamente acerca de por qué por qué necesitan el dinero y a qué se destina. La mayoría de las personas comienza a hablar sobre sus valores si se sigue esta línea de preguntas. Es interesante escuchar hablar a obreros acerca de por qué trabajan tan duro… Una conversación guiada por ACT por lo general desemboca en que de hecho están trabajando por su familia y su salud, vivienda, y valores recreacionales…. Y es entonces cuando vinculamos esos valores con un compromiso a trabajar de manera segura de manera que puedan alcanzar sus objetivos en esas direcciones valiosas.

Sé que ir hasta refinerías de petróleos, plantas de papel y fábricas de ensamblado para aplicar conceptos de ACT es bastante inusual, pero me encanta.

—Suena interesante, en efecto. Y dado que estamos hablando de áreas inusuales: sos una estrella de TV! Sé que has sido uno de los terapeutas en el show de TLC “Hoarding: Buried Alive”, y en el show de AC “Confessions: Animal Hoarding”, ambos shows sobre personas acumulando objetos o animales al punto de poner en riesgo sus vidas. ¿Cómo fue trabajar con ellos? ¿Podrías contarnos sobre el tipo de intervención que has usado allí?

Realmente me gustó hacer esos programas. Filmamos 25 episodios, pero sólo 19 se emitieron, algunos de los episodios eran demasiado perturbadores para la televisión!

Uno de mis episodios favoritos fue cuando le enseñé a una persona principios de ACT y luego, cuando estaba alterada por el hecho de que el equipo de limpieza estaba despejando su casa, le pregunté “Estás Ok con estas emociones?” y su respuesta fue “en este momento, no!”. Aprecié que se apropiara del hecho de que estaba enojada, dispuesta a aceptarlo, pero al mismo tiempo sabía que eventualmente iba a pasar. Y de hecho estuvo dispuesta a volver a despejar su casa porque era una meta importante dirigida a sus valores… aún cuando estuviera enojada.

Antes de hacer cualquier tratamiento, se necesita un análisis funcional sólido. Durante mi terapia individual con mis pacientes, uso ACT… y veo si es razonable que la persona se comprometa a limpiar un poco el espacio en donde vive. Siempre realizo un consentimiento informado para esa parte del tratamiento. Si uno hace ese tipo de ejercicio de exposición a un ritmo que el paciente está dispuesto a aceptar, se puede lograr mucho.

—La primera vez que escuché tu nombre fue en relación con el trabajo que la ACBS estaba llevando a cabo en Sierra Leona, en África. Sé que has trabajado con el grupo Commit and Act, realizando entrenamientos ACT allí. ¿Cuál era el propósito de esa iniciativa?

Ir a África fue una experiencia que me cambió la vida. Nuestro propósito primario en Sierra Leona era entrenar en Terapia de Aceptación y Compromiso a terapeutas que trabajan con trauma. Hicimos talleres con trabajadores sociales, enfermeras, y consejeros pastorales de manera que pudieran utilizar los principios de ACT con las personas que habían sufrido traumas relacionados con ser sobrevivientes de la guerra civil. De hecho, las personas que más necesitaban ayuda eran los niños soldados que habían crecido y comenzaban a tener una perspectiva más madura de lo que habían experimentado durante la guerra. Y de hecho, las personas que asistían a los talleres y trabajaban como profesionales de salud mental habían sido niños-soldados. Tuvimos conversaciones muy intensas y enriquecedoras acerca de los horrores de la guerra, y también sobre la magnanimidad de la comunidad que recibió a estos niños soldados luego de la guerra. Hablamos mucho acerca del perdón. Mi entrenamiento en ACT y en Psicoterapia Analítico Funcional resultó muy útil para trabajar en esta situación. Poder hablar de aceptación y valores con las personas en los talleres fue muy importante. Nuestra meta era entrenar, pero el resultado fue también ayudar a sanar.

—De tanto en tanto tengo intercambios interesantes con colegas que vienen de las alas de TCC [Terapia Cognitivo Conductual], más tradicionales, por decirlo de alguna manera, y uno de los temas que a menudo surge en esas discusiones es el papel de los procedimientos de reestructuración cognitiva, si son útiles o dañinos, si deberíamos seguir usándolos, etcétera. Ahora bien, he leído un artículo interesante sobre ese tema que has escrito con nada más y nada menos que Albert Ellis, acerca de un vínculo posible entre RFT [Teoría de Marco Relacional], y TREC [Terapia Racional Emotiva Conductual]. ¿Qué crees que RFT puede ofrecer a los procedimientos usuales de TCC y cuál dirías que es su papel en ACT? Para decirlo más brutalmente, ¿dirías que está “mal” —o que es al menos inconsistente con el modelo— utilizar reestructuración cognitiva en ACT?

Wow, es una pregunta difícil. Como sabrás, Albert Ellis escribió el que sería el primer artículo de TCC en 1958. He tenido mucha suerte y ha sido un honor haber sido el co-autor de su último artículo, que es al cual te estás refiriendo. El corto tiempo en que pude trabajar con Albert Ellis resultó una gran experiencia. Realmente admiro lo que hizo como pionero en terapia cognitivo-conductual. Él estaba abierto a la idea de que su teoría fuera analizada a través de la lente de la ciencia contextual conductual, quería saber cómo Terapia Racional Emotiva Conductual podía ser vista a través de la perspectiva de Teoría de Marco Relacional.

En el artículo que escribimos con Ellis y con J.T. Blackledge, echamos un vistazo a qué es lo que sucede —desde un punto de vista de ciencia contextual conductual— cuando TCC resulta útil. Es un artículo complejo que sería difícil de explicar en pocas líneas, y estaría dispuesto a enviárselo a los lectores interesados que me enviaran un email. En ese artículo básicamente utilizamos una perspectiva de ciencia natural sobre cómo algunas intervenciones TCC cambian el lenguaje de las personas. Cuando los pacientes en terapia pueden aprender fluidamente a decir de manera racional “Preferiría que este evento determinado no me hubiera sucedido”, en lugar de decir algo más clínicamente relevante e irracional como “Este evento desagradable no debería haberme pasado”, esto puede tener un impacto en el sufrimiento para algunas personas.

En ciertos contextos, pareciera razonable ayudar a las personas con las creencias irracionales y distorsiones cognitivas de una forma TCC más tradicional; sin embargo —y este es un fuerte “sin embargo”— pienso que entrenar a las personas en defusión —notar concientemente los pensamientos que puedan ser problemáticos y no permitir que te alejen de llevar a cabo acciones valiosas—, puede tener un impacto significativo en el pensamiento disfuncional y puede ayudar a las personas a reducir su sufrimiento y mejorar su calidad de vida.

Y en cuanto a la idea de terapia inconsistente con ACT… esto requeriría una larga discusión y quizá algunos casos como ejemplo para argumentar de una manera clara. Pero dicho en pocas palabras, no creo que la idea en terapia sea adherir estrictamente a un régimen particular, sino evaluar las necesidades del paciente, el repertorio conductual y las posibilidades en el ambiente, y considerar desde allí qué abordaje en esa situación sería apropiado para esa persona en ese lugar y en ese momento. A veces la psicoeducación y enseñarles nuevas perspectivas a los pacientes sobre sus problemas —lo que podría ser considerado TCC tradicional— puede tener un lugar. Pasa que, si realmente queremos ser consistentes con ACT, una perspectiva pragmática que permita reducir el sufrimiento es más importante que la rigidez en el abordaje de tratamiento.

—Creo que nunca hemos hablado de la ACBS [Asociación para Ciencia Contextual Conductual, por sus siglas en inglés] en tanto organización en el blog. Ahora bien, en tanto miembro de la mesa directiva de la ACBS, ¿cuál dirías que es la misión de la ACBS y donde hacia donde querrías que avanzara en el futuro?

La ACBS es el hogar de mis valores profesionales. Es un honor estar ayudando en la conducción de esta organización como miembro de la mesa directiva… Realmente disfruto ser parte de esta comunidad científica que avanza hacia reducir el sufrimiento y mejorar la calidad de vida de las personas.

Lo que más me interesa es difundir nuestra ciencia lo más ampliamente posible. Como verás por mis respuestas, me gustaría difundir el mensaje de la ciencia contextual conductual en tantos lugares como sea posible. Por eso fui a África, acepté estar en los programas de TV, comencé una compañía que lleva ACT hacia las situaciones de seguridad y liderazgo en las empresas, e incluso crucé el puente entre TCC y ACT con el artículo sobre RFT que escribimos con Al Ellis.

Quiero unir fuerzas, encontrar puntos en común, y difundir una ciencia conductual sólida a quienes potencialmente estén interesados alrededor del mundo. Me gustaría que ACT y RFT se dispersen a lo largo y a lo ancho; no sólo quiero que la ACBS crezca y que tenga un impacto mayor, sino que también quisiera que se volviera más culturalmente diversa. Deberías unirte al comité de la ACBS, Fabián… podrías hacer grandes contribuciones al liderazgo de nuestra organización!

Pero a fin de cuentas, mi objetivo es ayudar a las personas. Realmente. Suena básico y quizá demasiado simple, pero sé que es lo que elijo hacer con el tiempo limitado que tengo en este mundo: contribuir a reducir el sufrimiento, mejorar la calidad de vida de las personas, y tener tiempo para experiencias divertidas con las personas que amo. La ACBS provee una vía para esa misión y estoy feliz de ser parte de ella.

Gracias Fabián!

—Gracias a vos!

***

Si están interesados en el trabajo de DJ, este link los lleva a su sitio web laboral, Pickslyde Consulting, y este otro al sitio web de su último libro. Si son terapeutas ACT, DJ tiene un excelente podcast, llamado Functionally Speaking, al cual pueden acceder con este link, y también pueden revisar su libro para terapeutas en Amazon siguiendo este link.

Fabian Maero

Entrevista a Steven Hayes en Psyciencia

Entrevista a Steven Hayes en Psyciencia

(Entrevista por Fabián Maero, publicada en Psyciencia el 11/01/2015, http://www.psyciencia.com/2015/01/11/entrevista-exclusiva-a-steven-hayes-creador-de-la-terapia-de-aceptacion-y-compromiso-act/)

En varios artículos  hemos mencionado a Terapia de Aceptación y Compromiso, y esta vez les acercamos una entrevista exclusiva para Psyciencia que tuvimos la oportunidad de realizar con Steven C. Hayes, quien es el principal desarrollador del modelo.
Steven es autor de unos 36 libros y unos 500 artículos científicos, en temas que van desde investigación básica (es decir, investigaciones en laboratorios de conducta y aprendizaje), hasta aplicaciones clínicas, pasando por desarrollos filosóficos y conceptuales. En los años noventa el Institute for Scientific Information lo ubicó en la posición número 30 de los psicólogos más influyentes del mundo.

Personalmente, es una de las personas que más respeto intelectual y personalmente, y durante un workshop de ACT en el que participé recientemente tuve la oportunidad de tener una conversación con él, en la cual habló de temas que van desde ACT, Latinoamérica, la importancia del intercambio con modelos psicodinámicos, el impacto que RFT está teniendo en diversas áreas, y las posibilidades de desarrollo del modelo. A continuación les ofrecemos la transcripción y traducción de la entrevista. He incluido algunos links dentro de la entrevista (las palabras resaltadas en naranja), para que los lectores que no estén familiarizados puedan tener un poco más de contexto e investigar si estuvieran interesados sobre algunos de los temas mencionados por Steven.

***

- (F.M.)¿Cómo definirías ACT para una persona que no tiene conocimiento del modelo?

– (S.H.) Cuando me preguntan eso lo que usualmente respondo es que es un abordaje de aceptación y mindfulness que incluye la importancia de valores y el cambio conductual, que emerge de las tradiciones basadas en la evidencia, por lo cual que intenta vincular cada uno de sus elementos a procesos que sabemos que son importantes en la ciencia, a procedimientos que se han demostrado útiles. De modo que sí, eso es lo que respondería para una audiencia general, no creo que necesiten conocer la ciencia básica subyacente y cosas así. Para la mayoría de las personas esa definición podría funcionar.

-ACT es relativamente reciente en el campo de las terapias psicológicas – y especialmente es novedoso en Latinoamérica – ¿cuáles dirías que son las principales contribuciones que ACT tiene para ofrecer al campo de la psicología?

-Bien, una de sus contribuciones que creo que es muy importante es la estrategia que está siguiendo, acerca de cómo tomar algunas de estas ideas de las tradiciones espirituales antiguas, como así también las ideas recientes en la tradición conductual y unirlas de una manera que resulta potente para la gente, y si lo ves de esa manera, sería erróneo llamarlo “el chico nuevo de la cuadra”, dado que fue una de las primeras de todas ellas (n.d.t.: de las terapias de tercera ola), en comenzar este viaje.

Se ha vuelto popular sólo en los últimos tiempos, pero ya estábamos realizando ensayos controlados aleatorios sobre estos métodos a principios de los ochenta. E incluso algunos de los trabajos conceptuales que estábamos haciendo para eso comenzaron en los setenta. La razón por la cual parece nuevo no es sólo porque se haya vuelto popular en los últimos años, sino que es porque deliberadamente nos tomamos el tiempo e hicimos lo que creímos necesario hacer para unir esas dos cosas, la tradición conductual y cognitivo conductual, y las tradiciones de sabiduría.

Lo que hicimos fue pasar muchos años sin publicar estudios de resultado adicionales, tan sólo desarrollando la teoría básica, la filosofía de la ciencia, los componentes y los instrumentos de medida, lo que nos permite hoy afirmar que tenemos aproximadamente 110 ensayos controlados aleatorios, aproximadamente 40 o 50 estudios mediacionales, aproximadamente 150 o 200 estudios de ciencia básica, aproximadamente 300 o 400 estudios de proceso, correlacionales, longitudinales, transversales, y ensayos abiertos.

Hicimos el trabajo de crear las herramientas conceptuales, filosóficas, y prácticas, para poder surgir con algo que parece nuevo y quizá sea popular, pero que hace algo muy difícil: tomando por un lado seriamente lo que está en las tradiciones de sabiduría y espirituales como así también en nuestras más profundas tradiciones clínicas, y tomando por otro lado seriamente esta visión sobre un tipo de ciencia que incluya una comprensión básica que ya estaba en las primeras tradiciones conductuales básicas, ¿cómo unir esas dos cosas tan diferentes? Es difícil conceptualmente, es difícil filosóficamente, es difícil empíricamente.

Y si preguntás qué estamos ofreciendo, bien, hay muchas personas hoy en día haciendo cosas tales como tomar elementos de las tradiciones de sabiduría y testéandolas en ensayos controlados aleatorios. Es genial, es fantástico, me alegra verlo. Pero, ¿qué vas a hacer dentro de cinco, diez, quince años en esa línea de trabajo? ¿Vas a seguir haciendo ensayo aleatorio tras ensayo aleatorio tras ensayo aleatorio? ¿Sobre métodos que tienen miles de años de antigüedad? ¿En serio? ¿Eso es todo? Para mí eso no es progresivo. Es progresivo que se haga, pero no es progresivo en el sentido de construir una tradición que haga avanzar el trabajo y lo haga de maneras mejores dentro de diez, quince o veinte años y que tenga un mayor impacto que los elementos que ya tenemos a nuestro alcance hoy.

Si quiero investigar algo como “¿qué pasa con las personas que meditan de una determinada manera?”, pero no tengo una ciencia básica sobre eso -cuáles son los elementos psicológicos, por qué estos métodos los movilizan, por qué es importante movilizar esos procesos- y si no se qué hacer a continuación salvo aplicarlos a un problema nuevo o hacer un ensayo con más personas, eso me parece a mí un movimiento al azar, y no es necesariamente progresivo.

No podés declarar que tenés una tradición más progresiva hasta tanto no lo demuestres. Y aún no estoy seguro de que sea así para la tradición de la ciencia contextual conductual –vale la pena señalar que no es “la tradición ACT”, tiene un nombre distinto pero no es sólo un nombre distinto sino un abordaje distinto, y realmente creo que somos los únicos para los cuales eso es cierto, no creo que haya ningún otro abordaje de tercera ola que se defina a sí mismo como una tradición científica más abarcativa, vinculada a una ciencia básica, filosofía de la ciencia, etcétera.

Hicimos la apuesta de que podíamos ser capaces de ser más progresivos a lo largo del tiempo. No podrías decir que ninguna cosa que esté dentro de la psicoterapia hoy está más cerca de ganar esa apuesta; la ciencia contextual conductual está desarrollando métodos que se extienden a dificultades del desarrollo, educación, comprensión de las cogniciones implícitas, resultados positivos en áreas intelectuales y prácticas importantes, cosas que no existían hace diez años. De modo que eso parece progresivo, eso es algo que puede ayudar. Pero ¿podemos hacer eso una y otra y otra y otra vez? Bien, no lo sabemos, el futuro aún no ha llegado, pero hicimos una apuesta, y es cómo posicionarnos para que la respuesta a esa pregunta sea “sí”, con hechos y no sólo con esperanzas y sueños.

Pero cuando veo muchas de las cosas que están pasando, quisiera que las personas me dijeran por qué apuestan a que sería algo progresivo. ¿Es mindfulness en sí mismo, punto y aparte, progresivo en ese mismo sentido? Quizá, no lo sé. Quizá. Quizá si cada persona en cada fábrica y cada lugar de trabajo está meditando, quizá eso sería lo mejor. Pero eso es una visión distinta de progreso, no es necesariamente progreso intelectual.

No quiero ser superficial y decir que los sueños de otras personas no son los sueños correctos, pero el sueño que yo tengo es el mismo sueño que la persona que está en tu remera, que es crear una ciencia que pueda ir desde cosas muy básicas hasta cosas muy muy prácticas y extensas. La manera en que yo solía decirlo era que va “desde las ratas hasta Walden Dos”. De paso, para aquellos que estén escuchando, mi entrevistador aquí (F.M.), tiene una remera de B. F. Skinner (ríe).

Y sabés, Skinner era un héroe para mí no sólo porque… él era mi más grande héroe intelectual sin lugar a dudas, probablemente aún lo sea, y parte de lo que era heroico acerca de él es que podía ir desde la investigación básica y firme de los laboratorios de aprendizaje animal hasta imaginar un Walden Dos, lo que parece valioso para mí. Eso es algo bastante valiente en mi opinión.

-Ya que traés el tema, ¿qué creés que la ciencia contextual, o un abordaje de ciencia contextual conductual, tiene para ofrecer a lugares como Latinoamérica?

Bueno, no conozco bien el contexto latinoamericano fuera del hecho de que mi mujer es de Brasil y que visito Latinoamérica con frecuencia por eso, pero sé que Latinoamérica ha estado afiliada durante mucho tiempo a la tradición conductual, eso es en varios países sudamericanos incluyendo Brasil, que es con el que estoy más familiarizado. Hubo allí una adopción temprana de la ciencia conductual y del análisis conductual, y ha sido una vía de avance. Y creo que es porque las personas vieron esa misma cosa, la idea de que podemos ir desde la ciencia básica hasta hacer una diferencia en las calles. Y si creés en eso, la visión de la CBS, es esa misma visión modernizada. Tenemos un abordaje a la cognición que parece estar funcionando bastante bien creando desarrollos nuevos e importantes en torno a cosas tales como educación.

De modo que, cuando veo el nivel de disparidad de riquezas, de satisfacción de las necesidades sociales, de desarrollos culturales, etc., veo la paradoja en muchos países latinoamericanos o sudamericanos, de que tienen por un lado una elite educada, que compite codo a codo con lo mejor del mundo, algunas de las mejores universidades, algunas personas muy bien formadas. Pero por otro lado, tenés una “subclase” que es enorme -tomo a Brasil como ejemplo, en donde la disparidad en la distribución de la riqueza está construida dentro del tejido mismo de la sociedad, al punto en que personas de clase media tienen cocineros y criadas y hay alambre de púas y rejas electrificadas alrededor de esas casas. No es la clase de mundo que podemos aceptar, es el último lugar en el que querríamos terminar, y Estados Unidos se está moviendo rápidamente en esa dirección a partir de varias políticas muy estúpidas que incrementan la disparidad de la riqueza. Y me parece que la ciencia conductual, sobre todas las ciencias, tiene que estar en el frente mismo de lidiar las necesidades como se presentan, tiene que hablar de asuntos de justicia social y ser capaz de poner las cosas en la calle para las personas comunes, cosas que ayuden a levantarlos y a darle poder.

Y muchos abordajes de salud mental no hacen eso, sólo llegan a un determinado sector, o algunas veces de hecho objetifican y deshumanizan a las mismas personas que tratan de ayudar, dentro de categorías sindrómicas o por instituciones de ayuda que dañan más que ayudar. Me ha impresionado algo que he visto en mis visitas a Sudamérica, y es el alza del uso cotidiano de la medicación y personas hablando de ello de una manera que no parecen tener ninguna consideración de sus peligros o por el sistema de pensamiento que implican. Cuando tenés un problema de sueño, podés conseguir un medicamento para dormir, si te estás sintiendo triste, alguien te va a dar un antidepresivo. Sólo escuchando las conversaciones en la calle y en mi familia, se nota que algo ha cambiado en los últimos diez años, y no es un buen cambio. Si realmente dejamos suelto a ese perro, si realmente tomamos ese camino, va a ser una regresión para las personas en Sudamérica, en mi opinión, y para los niños. Estamos jugando con algo, en el mundo occidental, y los Estados Unidos ha estado a la cabeza de eso, que no está produciendo felicidad ni salud. Mostrame los datos que demuestren que los problemas de salud mental se están reduciendo a medida que introducimos más químicos, incluso en nuestros niños. De modo que veo un peligro allí.

Mi punto en ese ejemplo es que en nuestros modelos de salud mental no se tratan sólo de hacer llegar ayuda en salud mental a todos, hay formas de salud mental que de hecho empeoran las cosas porque son parte del sistema que hace pensar a las personas sobre la vida y sobre su rol, sobre sus pensamientos y emociones en una forma que perjudica la sabiduría que está dentro de las culturas, y nos vuelve más estúpidos. Creo que nuestros abuelos dijeron cosas más sabias sobre qué hacer con el dolor, y el dolor físico por ejemplo, que las clínicas de dolor crónico. Y de paso, el dolor crónico se está incrementando, no disminuyendo, y está en su punto más alto en los países que tienen las mejores políticas de trabajo. Mirá a Escandinavia si querés ver donde esto te lleva. Quince por ciento de su producto bruto interno se utiliza en discapacidad. En uno de los países más avanzados del mundo, donde incluso el burnout se puede categorizar como discapacidad.

De modo que, no lo sé, estoy un poco preocupado por algunas cosas que estoy viendo en Sudamérica, estos dos temas que señalé. Pero también veo mucho interés en las ideas de tercera ola que parece estar ligado a la creencia de que esto tendría que estar vinculado con darle poder a las personas que no tienen poder, que tendría que ser utilizada para fines de justicia social y no sólo para los propósitos tradicionales en salud mental.

Es una larga respuesta, lo siento!

-No, no, no hay problema, está perfecto. Ahora, sé que recientemente salió un libro sobre terapia psicodinámica y ACT…

…¡Oh, sí, sí! Trabajé mucho para producir ese libro, de hecho.

-Sí, vi tu nombre en el prólogo del libro.

¡Estuve detrás de escena! Paso mucho tiempo tratando de servir como catalizador para cosas que creo que necesitan suceder, y ese libro ha estado en mis pensamientos por mucho tiempo, así que busqué a un editor, Jason Stewart, que desgraciadamente ha fallecido hace poco, un hombre joven, pero sí, estoy al tanto del libro y estoy muy feliz de que haya salido.

Como quizá sepas, en Argentina tenemos muchas personas trabajando en abordajes psicodinámicos. ¿Qué dirías que ACT tiene para ofrecer para un terapeuta trabajando dentro de esa tradición o en tradiciones similares?

Bueno, hay dos razones por las cuales quería que ese libro se publicara. Tenemos cosas para ofrecer a la tradición psicodinámica y analítica, y la tradición psicodinámica y analítica tiene cosas para ofrecer a la tercera ola y la ciencia contextual conductual. Es un ida y vuelta. El trabajo psicoanalítico es uno de los que se ha rehusado a minimizar la condición humana, quizá en algún momento se ha vuelto demasiado complicado, pero la mayoría de las personas en esa tradición comprenden algo acerca de la importancia del sentido y el propósito, acerca de función, acerca de cómo lo que algunas cosas parecen ser en la superficie no son necesariamente como están funcionando en un nivel más profundo, y en asuntos vinculados con enfrentar la finitud de la vida o lidiar con temas de relaciones y sexualidad, vitalidad humana, etc. Esos temas son importantes para nosotros, en las alas más científicas y basadas en la evidencia, de la misma manera que es importante para nosotros acercarnos a las tradiciones de sabiduría.

Los invitamos a acercarse no para robarles ni para invalidarlos, sino para poder tener la complejidad de la condición humana puesta justo frente a nosotros, de modo que tengamos el cuidado de no aceptar respuestas parciales ni de minimizarla. Vengo de una tradición de análisis de la conducta, y he aprendido hace mucho tiempo que si alguien quiere hablar de un tema complejo diciendo “Bueno, ese asunto es tan sólo X” y luego dicen qué es lo lo que X sería, no quiero oír el final de la frase. No va a ser realmente útil. La complejidad humana no es “tan solo X” sea lo que sea X. De hecho, tengo un ejemplo horrible con algo que un analista conductual me dijo una vez. Él dijo “bueno, el amor es sólo reforzamiento”. Difícilmente podrías crear una oración más estúpida. Y es sólo un ejemplo de oraciones de tipo “eso es tan solo X”, hay muchas frases así.

La meta de la ACBS o de la CBS es crear una psicología más adecuada a los desafíos de la condición humana. Eso involucra hablar con personas que saben mucho acerca de la condición humana, las tradiciones clínicas profundas que se han ganado nuestro respeto por rehusarse a aceptar respuestas superficiales desde el inicio, y con las tradiciones de sabiduría es la misma cosa. De modo que eso es algo bueno para nosotros.

Ahora, respecto a las respuestas que ofrecen sobre la condición humana, el problema es que tienen otras deudas con esas preguntas, algunas veces hay tanta complejidad en las respuestas que no terminan haciendo el bien que querrías que hicieran. Y una de las cosas que la ciencia puede hacer es ver la complejidad pero viendo dentro de ella un pequeño grupo de procesos que pueden hacer surgir esa complejidad y con los cuales podemos jugar, cambiarlos, intervenir sobre ellos, hacer una diferencia.

Si querés tomar un ejemplo –y no tenemos nada similar en las ciencias conductuales y probablemente nunca lo tengamos-, podrías elegir algo como E=mc2. E=mc2 puede hacer un montón de cosas en las manos de físicos modernos, y no lo hace minimizando la complejidad, de hecho te permite comprender cosas que están profundamente adentro de la complejidad. Tengo la esperanza -no necesariamente creo que estemos ahí, pero tengo la esperanza de que lo que estamos haciendo con marcos relacionales, o para elegir un marco relacional en particular: marcos deícticos y el sentido del self- que tenemos la oportunidad de ocuparnos de temas bastante complejos, tal como la naturaleza de la conciencia y el sentido transcendental de la conciencia. Y al mismo tiempo es un conjunto muy pequeño de conceptos, vinculados directamente a procedimientos y datos, que se pueden usar y desenvolver.

Y una de las cosas que podemos ofrecer a los psicoanalistas es procesos basados en la evidencia que no minimizan sino que los pueden ayudar a entender de manera distinta algunas de las cosas que han estado diciendo y algunas de sus ideas, de una manera que es útil para ellos.

Algo que al parecer no sucede aún en Argentina pero que va a pasar tarde o temprano es que un ministro de salud o una comisión van a preguntar “¿por qué tendríamos que pagar por estos métodos a menos que estén basados en la evidencia?” Y si las personas quieren creer que van a poder aferrarse a la tradición psicoanalítica, sólo dentro de Francia y Argentina, pretendiendo que esa pregunta no tendrá que ser respondida, permítanme decirles que están delirando. Esa pregunta debe y va a ser respondida de un modo u otro. Y si no se toman el trabajo de vincular lo que están haciendo a una ciencia progresiva, van a verse sobrepasados por la pregunta.

Está pasando en Estados Unidos, está pasando en otros países. No podés ir al Reino Unido e ignorar qué pasa a un campo que trata de huir de esa pregunta cuando esa pregunta surge. De modo que preferiría tirar una línea a las tradiciones clínicas más profundas e invitarlos a acercarse, decirles “nos tomamos esas preguntas seriamente, tenemos ideas, conceptos y métodos que quizá sean de utilidad para ustedes, ¿podrían trabajar con nosotros respecto a cómo estas cosas se aplican, de modo que cuando esa pregunta surja tengan un terreno en el cual trabajar que no sea sólo atender a las personas que tienen mucho dinero?” Y si eso pasa y si están felices con eso, si piensan que el psicoanálisis es para personas con mucho dinero, entonces no me escuchen, no tienen nada de lo que preocuparse, cuando aquella pregunta se formule pueden decir “no me importa, porque tengo a mis pacientes pudientes que pagan por 3, 4 o 5 sesiones semanales en en un tratamiento que dura años”, y está perfecto, pero creo que entonces habrá algo que se habrá perdido ahí porque las tradiciones clínicas profundas tienen temas dentro ellas que necesitamos tratar.

Y a eso es a lo que me refiero cuando digo que nos beneficiaría a nosotros. No es porque los psicoanalistas nos vayan a enseñar cómo hacer psicoterapia de tercera ola o psicoterapia basada en la evidencia, sino porque van a desafiarnos con preguntas y temas que necesitamos considerar. Sería una pérdida si eso no sucediera.

Así que es por eso que quería ese libro y por lo cual quiero tender ese puente, pero va a requerir un dar y recibir desde ambos lados para poder explorarlo completamente, pero al menos iniciamos una conversación.

Nuevamente, mi respuesta es demasiado larga (ríe).

- Tengo un par de preguntas más si estás de acuerdo. ¿Qué área de investigación dentro del campo de la ciencia contextual conductual es la que más te entusiasma?

Estoy muy entusiasmado hoy por el camino que RFT puede seguir, especialmente en sus áreas de aplicación, pero también en áreas de conexión con otras ciencias. Nuestra esperanza es que, dado que tenemos un análisis del lenguaje y la cognición que es más adecuado para algunas de las cosas que querríamos saber sobre el lenguaje y la cognición, si ese análisis es correcto podríamos ser capaces de usar RFT en educación y desarrollo del lenguaje, en comprender la influencia social y el cambio de actitudes. Deberíamos ser capaces de hacer cosas profundamente útiles.

Entonces, si consideramos un área como las primeras investigaciones para aumentar conducta intelectual –hay sólo unas pocas personas haciendo este trabajo y no muchos de ellos están publicando y haciendo estudios- pero está empezando a surgir algo que… por dios, podemos crear el equivalente de años de entrenamiento en fluencia en marcos relacionales y tenemos un incremento de 15 o 20 puntos en el IQ de esos niños, ese incremento se mantiene al menos de uno a tres años, y hace una diferencia en sus logros educativos. Y eso es muy real, eso es desquiciadamente importante.

Es desquiciadamente importante porque creemos que estamos conociendo lo que quizá sea el núcleo real de la conducta intelectual, algo que puede ser entrenado, y no es que estemos enseñando a responder a tests, nadie podría decir, observando un entrenamiento RFT, que estamos enseñándoles a responder a los tests, no se parecen en nada. Y no es que sólo algo de lo cual se benefician niños muy inteligentes, sino que podemos llegar a niños en la media y también a niños que tienen un IQ de alrededor de 80. Y esto sólo es el principio, porque si el análisis es correcto, tendríamos que ser capaces de mejorar áreas como el aprendizaje de segundas lenguas o ayudar a los niños a desempeñarse mejor en la escuela.

Otro ejemplo sería lo que está pasando con Cognición Implícita y los avances que se están produciendo allí. Algunos de esos avances tienen que ver con la utilidad de su aplicación. En mi estado, Nevada, cuando implementaron Obamacare, la Ley de Cuidados de Salud (n.d.t., una ley de acceso universal a sistemas de salud que entre otras herramientas utilizó un sitio web para la difusión), me pidieron que revisara sus anuncios de difusión de manera de poder llegar mejor a las personas para que pudieran tener mejores cuidados de salud. Querían usar imágenes y palabras que funcionaran tanto para las personas que ya tuvieran seguros de salud como con las personas que nunca tuvieron seguros de salud. Y se pudo demostrar fácilmente con IRAPs (n.d.t.: IRAP es una herramienta de exploración de cognición implícita desarrollada dentro de la comunidad RFT), que se podía lograr mejor involucración según las palabras que se eligieran, si uno fuera a decir que es un sitio web “federal”, o un sitio web “gubernamental”, o un sitio web “estatal”, o un sitio web “apoyado por…”, tuvimos distintas tasas de respuesta por parte de distintas poblaciones. O al elegir imágenes para el sitio, si fueras a elegir, digamos la imagen de una familia, o una familia con diversidad racial, habría distintas reacciones.

Eso es realmente estupendo, que puedas hacer eso, tomar algo que creo es prosocial –como generar que personas que por primera vez en su vida van a tener cobertura de salud reaccionen positivamente a la difusión que de ello se realiza. Ahora, soy completamente conciente de que esto significa que se pueden vender cigarrillos usando el IRAP, de la misma manera en que E=mc2 ha matado a millones, pero confío en la ciencia, si bien no descerebradamente.

Tomemos seriamente la posibilidad de que RFT sea un análisis fundamentalmente mejor del lenguaje y la cognición que cualquier otro que haya existido hasta ahora. No estoy afirmando que efectivamente lo sea, estoy diciendo que consideremos seriamente la posibilidad de que lo sea y que desde la osadía de esa afirmación veamos empíricamente si es así. Y a medida que nos hemos introducido en nuevas áreas, y a medida que hemos superado digamos, la fase de justificación, en la cual estamos demostrando que sí, podemos pensar a RFT como operantes relacionales y mostrar que cumple con los criterios de la definición, y eso está bien, es algo que se hace mirando hacia adentro y habla hacia el interior del campo del análisis de la conducta, pero esta es una teoría conductualmente sensible. A medida que se termina esa fase de justificación, empezamos a decir “bien, si tenés un buen análisis del lenguaje y la cognición, ¿qué demonios queremos hacer con ello? Veamos”

Y estas áreas iniciales de desarrollo me dicen que quizá tengamos un buen análisis de la cognición y el lenguaje, que quizá efectivamente tengamos una teoría que representa un avance enorme, y sólo hemos podido saber que es un avance enorme una vez finalizados los estudios que eran necesarios sólo para dialogar con los escépticos y pudimos empezar a realizar aplicaciones, ahí es donde la rueda toca el asfalto. No es sólo la ciencia básica sino también las aplicaciones de esa ciencia básica. Si tenemos un estudio de IQ, realmente bien hecho, un único ensayo controlado aleatorio bien hecho de elevar el IQ, eso debería ser de importancia mundial. Y, sabés, ese estudio se va a hacer. Veremos si funciona, y quien sabe si las personas lo van a considerar de importancia global, es difícil ser oído. Pero a medida que esos estudios se hagan, al menos nosotros, los que estamos dentro de la tradición de ciencia contextual conductual, deberíamos darle ese grado de importancia y actuar de acuerdo a eso, lo que significa salir al mundo, usarlo, difundirlo, aplicarlo, hablar con los docentes y educadores, etc., averigüémoslo. Si sigue sosteniéndose como un gran avance, habremos hecho algo que tuvo un impacto en los seres humanos.

De manera que algo que realmente me entusiasma es la aplicación de RFT. Si puedo elegir otra área es la vinculación de ciencia evolutiva con ciencia conductual, y especialmente, si tengo que elegir un área dentro de eso, sería la selección de niveles múltiples, la evolución de múltiples dimensiones. Y si elijo dentro de eso, a su vez, elegiría dos subáreas: los cambios epigenéticos producidos por aprendizaje y la escalabilidad de procesos conductuales en cambios sociales y culturales, que se vincula con el pensamiento de selección de múltiples niveles. Son cosas como las que estamos haciendo en PROSOCIAL (n.d.t., una plataforma para mejorar la eficacia de grupos desarrollada en conjunto con el Evolution Institute), o el tipo de cosas de las que Eva Jablonka estuvo hablando cuando vino a nuestras Conferencias Mundiales.

Así que mi respuesta serían que esas dos áreas las que más me entusiasman hoy.

-Mi pregunta final –y te dejamos en libertad por hoy- sería: si tuvieras que elegir una cosa para decir a las personas que trabajan con el sufrimiento humano, ¿que sería?

Hay una tendencia a considerar el sufrimiento como un problema que debe ser resuelto, y lo es, pero es también una enorme oportunidad para ver dentro de la condición humana. Dije algo en el workshop hace unas horas, y no digo esto para minimizarlo sino que lo digo literalmente: las personas que están sufriendo son las personas que tienen una oportunidad, la oportunidad de transformar sus vidas, porque han tomado contacto con los costos de enredarse en un sistema que nos enreda a todos, con estos modos habituales de funcionamiento de la mente que están dentro del lenguaje mismo, encogiéndonos, limitando nuestras habilidades, destruyendo nuestras relaciones, pero si sos lo suficientemente desafortunado como para estar en el grupo de personas que no pueden notar esos costos, no tenés ninguna oportunidad de salir de ese sistema.

Quienes están trabajando con problemas de salud mentales y conductuales están trabajando con las personas que tienen una oportunidad para la transformación y el crecimiento. En la mayoría de las áreas de sufrimiento humano la mayor parte de la reacción que generalmente se ignora es el crecimiento humano. ¿A cuántas personas que han enfrentado a experiencias cercanas a la muerte, o que han salido de una enfermedad que amenazaba su vida, has oído decir “He obtenido una mayor apreciación de la vida, y lo precioso que es cada momento”? Es algo que las personas muy frecuentemente dicen luego de haber tenido un cáncer, que se sienten con mayor vitalidad y con una perspectiva del mundo nueva. No todos, pero muchas personas, usualmente la mayoría dicen eso, de hecho hay investigaciones dirigidas a ello.

Y si estás trabajando con alguien que no ha tenido ese tipo de crecimiento postraumático, aún así estás lidiando con alguien que tiene una oportunidad para el crecimiento si podemos voltear el dolor de adentro hacia afuera un poco y ayudar a las personas a ver lo que hay dentro de él.

Lo dije en el workshop y realmente lo pienso, si vas a lamentarte por alguien no te lamentes sólo por los que sufren, lamentate por aquellos que se han ajustado al sufrimiento a través de la negación y la incapacidad de verlo, lo cual los condena a vivir dentro del adormecimiento de la normalidad para siempre.

De modo que realmente valoro la sabiduría y el coraje, la creatividad y el potencial para el crecimiento de mis pacientes, y los respeto por el camino que han seguido y quiero acompañarlos en ese camino de fortaleza, de avanzar en las maneras en que es posible. Y creo que eso puede cambiar algo: que no estamos para reparar personas, ni para arreglarlos, ni siquiera para remover su sufrimiento en el sentido de quitar algo, sino que estamos intentando ayudarlos a atravesarlo. Estamos ahí para promover el crecimiento, no para corregir problemas, lo cual es una cosa honorable de hacer que uno puede hacer y vivir de ello.

-Tengo un millón de preguntas más, pero creo que tendremos que terminar aquí, realmente aprecio que te hayas tomado este tiempo para esta entrevista.

-Oh, he disfrutado hablando de estos temas, me alegra que me lo hayas pedido, y también me alegra haberte tenido en el workshop, gracias.

-Gracias a vos.

***
 

Fabian Maero

FUNDAMENTOS ACT (Capitulo sin editar ACT Made Simple/ House of ACT- Russ Harris

FUNDAMENTOS ACT (Capitulo sin editar ACT Made Simple/ House of ACT- Russ Harris

The House of ACT/ La casa de ACT


Nota de Russ Harris: El capítulo 3 de mi libro “ACT Made Simple” se titula “The House of ACT”. En el texto del libro, gran parte del capítulo fue eliminado porque se consideró muy complejo y porque nos faltó espacio. Aquí está el capítulo original en su versión no editada. Si estás interesado/a en conocer un poco más sobre el Análisis conductual aplicado y la Teoría del Marco Relacional (RFT), encontrarás éste un buen lugar para comenzar (eso espero).

THE HOUSE OF ACT: CONTEXTUALISMO FUNCIONAL, ABA Y RFT

¿Qué te tomó tanto tiempo, ACT?

¿Por qué tomó tanto tiempo a la Terapia de aceptación y compromiso ACT en llegar a ser popular, dado que ya desde 1986 habían ensayos clínicos aleatorizados mostrando ser equivalente o superior a la Terapia Cognitiva conductual TCC para el tratamiento de depresión?
 Aquí la respuesta de Steve Hayes a esa pregunta:
“Si ACT hubiera sido popular hace 20 años, no hubiera resistido el escrutinio. El modelo en ese entonces no estaba bien desarrollado y su base era débil... Estábamos dispuestos a gastar años en filosofía, teoría básica, teoría aplicada y mediciones antes incluso de publicar el enfoque en forma de libro (en 1999)... Porque esperamos y trabajamos en los fundamentos, ahora cuando la gente revisa capa a capa, pueden ver cuánto trabajo se ha hecho sobre los fundamentos. "(Hayes, 2008 a.)
Como resultado de todo este trabajo fundamental, ACT es hoy como el último piso de una fabulosa mansión de 3 pisos. En el siguiente piso se encuentra la teoría del marco relacional, RFT, que es una Teoría conductual del lenguaje humano y la cognición. Luego en la planta baja se encuentra el análisis conductual aplicado, ABA: un modelo poderoso para predecir e influir en la conducta, que ha tenido un enorme impacto en casi todas las ramas de la psicología moderna. Y el suelo sobre el que descansa toda la mansión está la filosofía llamada Contextualismo funcional.
Mientras que el resto de este libro está centrado principalmente en ACT, en este capítulo vamos a dar una mirada hacia ABA, RFT y FC. No puedo hacer justicia a ninguno de estos temas en un capítulo breve, así que sólo daré algunos "degustadores", con la esperanza de abrirles el apetito para explorar más.
(Espero que cualquier purista que lea este libro me perdone por el lenguaje "suelto" que uso aquí).
Antes de seguir leyendo, un recordatorio rápido; ACT es cómo manejar tu auto, mientras que RFT, ABA, y FC serian cómo funciona el motor del auto. Puedes conducir bien sin saber nada sobre el motor; por lo tanto, hay muchos buenos terapeutas ACT que saben poco o nada de RFT, ABA y FC. Sin embargo, si conoces algo sobre el motor, estarás mejor equipado y preparado si tu auto se descompone. No es sorprendente, entonces, que muchos de los terapeutas ACT informan que se vuelven más efectivos a medida que aprenden más acerca de RFT, ABA y FC. Entonces, aunque ninguna de las cosas en este capítulo es esencial para practicar ACT, espero que te estimule a explorar más. (Una palabra de advertencia: hay mucha jerga en este capítulo. Por favor, no dejes que eso te desanime. No tienes que recordarlo, y después de esto, el resto del libro está prácticamente libre de jerga).

Contextualismo funcional

Comencemos desde abajo, con el contextualismo funcional: la filosofía subyacente de ABA, RFT y ACT. Me gustaría que imagines una silla con cuatro patas. Imagina que algo le sucedió a esta silla, de modo que en el momento en que alguien se sienta en ella, una de las patas se cae. ¿Describirías esta silla como “rota” "defectuosa" o "dañada"? ¿La llamarías una “silla disfuncional”, o incluso una “silla inadaptada”? He hecho esta pregunta a muchos cientos de terapeutas, y siempre responden “sí” al menos a una de los anteriores.
El problema es que esta respuesta instintiva: "Sí, hay algo mal, defectuoso o defectuoso en el silla " no toma en cuenta el papel tan importante del contexto. Así que los invito ahora a pensar lateralmente: pensar en al menos tres o cuatro contextos en los que podríamos decir que esta silla funciona de manera muy efectiva para nuestros propósitos.
¿Pensaste en algo? Aquí hay algunos ejemplos:
• Jugar una broma pesada
• Crear una exposición de arte de muebles rotos
• Ser accesorio para el acto de un payaso o un espectáculo de comedia
• Demostración sobre defectos de diseño en una clase de fabricación de muebles
• Mejora el equilibrio, la coordinación y la fuerza muscular (es decir, intentar no caerse).
• Esperar lastimarte en el trabajo para obtener una compensación de reclamo
En todos estos contextos, esta silla funciona muy eficazmente para nuestros propósitos. Este ejemplo ilustra cómo el contextualismo funcional obtiene su nombre: las cosas tienen una función en contextos específicos. Desde el punto de vista de FC, ningún pensamiento, sentimiento o recuerdo es intrínsecamente problemático, disfuncional o patológico: más bien, todo depende del contexto. En un contexto que incluye fusión cognitiva y evitación experiencial, nuestros pensamientos, sentimientos y recuerdos a menudo funcionan de una manera que es tóxica, dañina o que distorsiona la vida. Sin embargo, en un contexto que incluye la defusión y la aceptación (es decir, atención plena) esos mismos pensamientos, sentimientos y recuerdos funcionan de manera muy diferente: tienen mucho menos impacto e influencia sobre nosotros. Continúan siendo dolorosos, pero ya no son tóxicos, ni dañinos, pero lo más importante es no nos detienen para alcanzar una vida valiosa.
La mayoría de los modelos de psicología se basan en una filosofía llamada "mecanicismo". Los modelos mecanicistas tratan la mente como si fuera una máquina compuesta de varias partes separadas. Los pensamientos o sentimientos "Problemáticos" son vistos como partes defectuosas de la máquina, o errores en la estructura de la máquina. El objetivo en estos modelos es reparar, reemplazar o eliminar estas piezas defectuosas, para que la máquina pueda funcionar normalmente. Los modelos mecanicistas de psicología suponen que hay pensamientos, sentimientos o recuerdos que son inherentemente "disfuncionales", "inadaptados" o "patológicos". En otras palabras, hay recuerdos, pensamientos, sentimientos, emociones, impulsos, esquemas, narrativas, estados del ego, creencias centrales, etc., que son fundamentalmente problemáticos disfuncionales o patológicos; y al igual que una "silla defectuosa", deben ser reparadas o removidas.
El mecanicismo ha sido la filosofía de la ciencia más exitosa en la mayoría de los campos científicos, por lo que no es sorprendente que la mayoría de los modelos en psicología se basan en algún tipo de filosofía mecanicista. Y no hay nada "incorrecto" o "malo" o "inferior" o "básico" en el mecanicismo. Simplemente enfatizo que el contextualismo funcional es una filosofía radicalmente diferente al enfoque o corriente principal, y conduce naturalmente a una forma diferente de hacer terapia.
¿Bienes dañados?
Nuestros clientes a menudo acuden a la terapia con ideas mecanicistas. Ellos creen que están defectuosos, y necesitan ser arreglados o reparados. A veces incluso se refieren a ellos mismos como "bienes dañados". A menudo creen que les faltan componentes importantes: como "confianza" o "autoestima". O creen que tienen partes defectuosas que necesitan ser eliminadas, como sentimientos de ansiedad, pensamientos negativos o recuerdos dolorosos. Muchos de los modelos mecanicistas refuerzan fácilmente estas nociones, a través de dos procesos:
i) Usan palabras que implican que tenemos componentes defectuosos o dañados en nuestra mente - por ejemplo- términos como "disfuncional", "desadaptativo", "irracional" o "negativo";
ii) Utilizan una amplia variedad de herramientas y técnicas diseñadas para reducir, reemplazar o eliminar estos pensamientos y sentimientos no deseados (generalmente en el supuesto de que esto es un paso esencial para mejorar la calidad de vida).
En ACT, nuestra actitud es muy diferente. No nos proponemos reducir o eliminar los "síntomas"; en vez de ello, buscamos fundamentalmente transformar la relación del cliente con sus pensamientos y sentimientos, de manera que ya no sean percibidos como "síntomas". Después de todo, en el momento en que etiquetamos un pensamiento o sentimiento como un "síntoma", implica que es "malo", "dañino", "anormal" y por lo tanto, tenemos que deshacernos de ellos para ser normales y saludables. Esta actitud nos prepara fácilmente para luchar con nuestros propios pensamientos y sentimientos, una lucha que a menudo tiene consecuencias desastrosas.
Supongamos que hay una planta que juzgas como "fea", creciendo justo en el centro de tu jardín. Y supongamos que no hay forma de deshacerte de ella sin destruir todo tu jardín. (Puedes estar pensando, "pero debe haber alguna manera de deshacerme de ella. Si es así, sólo regresa un minuto y haz el caso hipotético: imagina, para los fines de este ejercicio, que no puedes deshacerte de esta planta sin destruir tu jardín.) Ahora si ves esta planta como una "hierba mala", ¿qué es más probable que suceda con tu relación? Es probable que no te guste, y que no lo quieras allí. Y es posible que te sientas molesto y enojado por ello. Podrías perder fácilmente mucho tiempo pensando cuánto mejor se vería tu jardín sin eso. Quizás dudes en dejar entrar a la gente a tu jardín, por temor a que te juzguen por eso. Incluso tal vez podrías comenzar a salir por la parte posterior de tu casa, para no tener que mirar esta "hierba fea". En otras palabras, esta "hierba mala" se ha convertido en una algo MUY IMPORTANTE EN TU VIDA - tanto, que ahora tiene un impacto significativo en tu conducta.
Pero, ¿qué sucede si, en lugar de ver esa planta como una “hierba mala”, la ves como un simple desafortunado hecho de la vida: una parte natural del entorno nativo; un ejemplo común de Flora indígena americana? Ahora es la misma planta, en el mismo lugar, pero tu relación con ella ha cambiado fundamentalmente. Ahora ya no tienes que luchar con eso. Ahora ya no necesitas estar molesto o avergonzado, o perder tanto tiempo pensando en ella. Ahora puedes dejar entrar a la gente a tu jardín sin dudarlo y puedes ir por el frente de la casa. La planta en sí no ha cambiado, pero ya no la conviertes en algo MUY IMPORTANTE EN TU VIDA. Ahora tiene mucho menos impacto o influencia sobre ti.
La atención plena o Mindfulness, nos permite hacer un cambio de actitud similar hacia todos esos pensamientos, sentimientos, sensaciones y recuerdos que juzgamos fácilmente como "problemáticos"; nos permite elegir la relación que tenemos con ellos. Al cambiar el contexto de la fusión y evitación al contexto aceptación y defusión (es decir, atención plena), alteramos la función de aquellos pensamientos y sentimientos, por lo que tienen mucho menos impacto e influencia sobre nosotros. En un contexto de mindfulness ya no son "síntomas" o "problemas" o "cosas que nos impiden vivir" una vida significativa y plena "; no son más ni menos que pensamientos, sentimientos, sensaciones, recuerdos, y así sucesivamente.
En cierto sentido, la atención plena es la última herramienta de reformulación: mueve todos estos pensamientos y sentimientos dolorosos los sentimientos del marco antiguo de "síntomas patológicos anormales que son obstáculos para un vida significativa y plena "en el nuevo marco de "experiencias humanas normales que son partes naturales de una vida significativa y plena".
¿Cuál es el objetivo del Contextualismo Funcional?
El objetivo de FC es predecir e influir en la conducta, con precisión y eficacia, utilizando principios soportados empíricamente. ¿Y cuál es el propósito de predecir e influir en la conducta? En ACT, el propósito es específicamente ayudar a los seres humanos a vivir plenos, completos y significativos; que permitan la conciencia plena y una vida guidada por valores. Por lo tanto, ACT enseña a las personas a aumentar la conciencia de su propia conducta (tanto pública como privada), y observar cómo funciona en el contexto de su vida: ¿mejora su calidad de vida o la disminuye? Puedes recordar que en ACT, nosotros nos referimos a este concepto como "Workability".
Ahora tomemos un momento para revisar la palabra "función". Es un término técnico (no uno que usarías con los clientes) que encontrarás en la mayoría de textos sobre ACT. Cuando preguntamos, "¿Cuál es la función de esta conducta? " queremos decir" ¿Qué efectos tiene esta conducta? ¿Cuáles son las consecuencias? En otras palabras, nos preguntamos" ¿Para qué sirve esta conducta? ¿Qué pretende lograr?
Para aclarar esto, imagina a cinco personas diferentes, en cinco situaciones diferentes, cada una haciéndose cortes en su antebrazo con un cuchillo afilado. Ahora mira si puedes encontrar cinco posibles funciones para este comportamiento.
* * *
Aquí hay algunas posibilidades:
• Llamar la atención
• Autocastigo
• Liberación de tensión
• Distracción de emociones dolorosas
• Creando arte corporal
• Intentos de sentir algo si está "totalmente insensible"
• Intentos de ingresar al hospital
Observe que en todos estos escenarios la forma de la conducta es la misma: cortes en el brazo, pero la función de la conducta (el propósito al que sirve) es diferente.
Ahora, supongamos que tu compañero está perdido en sus pensamientos, y tu propósito es obtener su atención; piense en cinco formas diferentes de conducta que puedan lograr esto.
* * *
Aquí hay algunas ideas:
• Agitarlo
• Gritar "Hola, ¿hay alguien allí?"
• Vierta una taza de agua sobre su cabeza
• Golpe fuerte en algunos muebles
• Diga: "Cariño, ¿puedo llamar tu atención por un momento, por favor?"
En este ejemplo, puedes ver que diferentes formas de conducta todas tienen la misma función: Sirven para llamar la atención. En el contextualismo funcional estamos interesados en la función de una conducta, más que la forma de ella. Pero ten en cuenta que, sólo podemos conocer la función de una conducta si conocemos el contexto en el que ocurre. Si alguien levanta su brazo en el aire, ¿a que objetivo responde? Están en una sala de conferencias, haciendo una pregunta? ¿Están apuntando en dirección a un avión en el cielo? ¿O tal vez están tratando de tomar un taxi?
Sin conocer el contexto, no podemos conocer la función de la conducta, y viceversa. Y eso nos lleva a otra pregunta: ¿qué queremos decir con "conducta"?
Un término malentendido: "Conductismo"
Cuando descubrí ACT por primera vez, no podía creer que el modelo surgiera del conductismo. Yo pensaba que los conductistas trataban a los humanos como robots o ratas; que no tenían interés en los pensamientos y sentimientos, y que los consideraba irrelevantes y sin importancia. Bueno, yo estaba equivocado!.Pronto
descubrí que hay diversas y diferentes escuelas de conductismo, y algunas de ellas tienen ideas que son directamente contrarias a los elementos esenciales de ACT y RFT. ACT proviene de una rama conocida, de forma desafortunadamente, como "conductismo radical". Pero no dejes que el nombre te desanime. Los conductistas radicales están en un equipo de combate, armados con rifles de asalto. Los conductistas radicales obtienen su nombre debido a su visión radical de la conducta: consideran que todo lo que hace un organismo es conducta. Sí, leíste correctamente: todo lo que hace un organismo es conducta. Por lo tanto, para un conductista radical, procesos como pensar, sentir y recordar son todas formas de conducta, y todas son igual de importantes.
Los conductistas radicales hablan de dos amplios dominios de conducta. Un dominio es la conducta “pública”, es decir, conductas que pueden ser observadas directamente por otros (siempre que estén presentes para presenciarlo). Por lo tanto, si vemos un video de ti, lo que sea que pudimos verte hacer o escucharte decir sería una conducta pública. En el lenguaje cotidiano, comúnmente nos referimos a estos conductas públicas como "acciones". El otro ámbito es la conducta "privada", es decir, la conducta que sólo puede ser observada directamente por la persona que lo hace: pensar, sentir, recordar, fantasear, preocuparse, saborear, oler, etc. Los conductistas radicales están muy interesados en estos dos ámbitos de la conducta
El conductismo ha tenido un profundo impacto en la psicología clínica. A través de estudios científicos rigurosos, los conductistas descubrieron una amplia gama de poderosos métodos para influenciar efectivamente en la conducta humana (tanto pública como privada): métodos que incluyen la exposición, refuerzo, moldeamiento, extinción y condicionamiento clásico y operante. Muchos modelos de terapia han sido extremadamente influenciados por estas ideas, aunque muchos no lo reconocen, o incluso no se dan cuenta. De hecho, es difícil imaginar un terapeuta o entrenador efectivo que no utiliza al menos algunos de estos principios básicos, dado que han demostrado ser eficaces para facilitar el cambio de conducta.
Muchas de estas ideas también han sido enormemente influyentes en la vida cotidiana. Por ejemplo, en programas de liderazgo empresarial, se aconseja a los gerentes que tomen a sus compañeros de trabajo "haciendo algo correcto "y sinceramente alabarlos por ello. Del mismo modo, en los programas de crianza positiva, se les aconseja a los padres que se den cuenta activamente cuando sus hijos se comportan bien, y activamente recompensarlos por ello de alguna manera. Este buen consejo se basa en el poderoso comportamiento principio de refuerzo positivo.
Las tres olas del conductismo
Hubo tres "olas" de terapias conductuales en el último siglo. La "primera ola", que alcanzó su pico de popularidad en los años cincuenta y sesenta, se centró principalmente en la cambio de conducta y técnicas utilizadas relacionadas con los principios de condicionamiento operante y clásico. (Muchos practicantes en esta primera ola no le dieron mucha importancia a los pensamientos y sentimientos Desafortunadamente, esto llevó a que todos los conductistas sean tratados con el mismo pincel, fueron acusados de tratar a los humanos como ratas o robots). La "segunda ola" del conductismo, que despegó en los años setenta, incluyó intervenciones cognitivas como una estrategia clave en el cambio del comportamiento. La "segunda ola" particularmente puso un gran énfasis en desafiar o disputar pensamientos irracionales, disfuncionales, negativos o erróneos, y reemplazándolos con más pensamientos racionales, funcionales, positivos o realistas. Terapia de comportamiento cognitivo (TCC) finalmente llegó a dominar esta "segunda ola", seguida de cerca por Rational Emotive Terapia del comportamiento (TREC).
ACT es una de las denominadas "tercera ola" de terapias conductuales, junto con Terapia Dialéctica de Conducta (DBT), terapia cognitiva basada en la atención plena (TCAM), funcional Psicoterapia analítica (FAP) y varias otras, todas las cuales ponen un gran énfasis en aceptación y atención plena Y ahora que el recorrido histórico está terminado, exploremos el planta baja de la mansión ACT: ABA.


ABA: Análisis Conductual Aplicado


ABA es una poderosa tecnología para influir y predecir la conducta, basado en los principios básicos de conducta y la teoría del aprendizaje. En este capítulo, sólo tenemos tiempo para dar una mirada breve a una de las herramientas más poderosas en ABA: "El análisis funcional de la conducta". Esto significa que miramos una conducta y analizamos su función. En otras palabras, preguntamos "¿Cuál es el propósito?¿Para qué sirve esta conducta? "Hay una fórmula simple de ABC que nos ayuda a hacer esto: Antecedente - Conducta-Consecuencia.
La A es para los antecedentes: "¿Lo que sucede antes de la conducta que juega un papel importante en influenciarlo?"O para decirlo de otra manera," ¿En presencia de qué ocurre esta conducta?". Los antecedentes pueden incluir pensamientos, sentimientos, recuerdos u otras experiencias privadas, más estados físicos como enfermedad, hambre o fatiga, además de factores ambientales, como la disponibilidad de drogas o alcohol El B es por conducta, específicamente, la conducta que estamos analizando. La C es por las consecuencias de la conducta: "¿Qué efectos tiene este comportamiento? en sí mismo, en otros, o el medio ambiente?¿Qué sucede como resultado de esta conducta? "Cuando conocemos la A y la C, podemos determinar la función de la conducta (es decir, el efecto de la misma, o el propósito de esta). Aquí hay un ejemplo simple de un análisis ABC:
Antecedentes: sentimientos de ansiedad y tristeza, pensamientos "soy un perdedor" y "la vida apesta ", factores ambientales incluyen un televisor, una nevera llena de cerveza y estar solo.
Conducta: mira TV y bebe grandes cantidades de cerveza hasta que se queda dormido e intoxicado.
Consecuencias: a) corto plazo: alivio de pensamientos y sentimientos dolorosos b) a largo plazo: daño en la salud física, aumenta el dolor emocional
En ACT, con frecuencia les pedimos a nuestros clientes que realicen un análisis ABC de una conducta problemática, como un primer paso para cambiarlo. Sin embargo, no usamos términos técnicos. Aquí hay un ejemplo de cómo podría ser un análisis funcional de la conducta, en la práctica:
Terapeuta: Entonces estás solo en casa, sintiéndote miserable, y tu mente comienza a decirte "Soy un perdedor "(Antecedentes). Entonces, ¿qué pasa?
Cliente: ¿Qué quieres decir?
Terapeuta: Bueno, supongamos que te seguimos con un equipo de cámara y grabamos todo lo que hiciste. ¿Qué se vería en ese video, que me indique que te quedaste enganchado en el pensamiento “Soy un perdedor”?
Cliente: Uhm. Supongo que, bueno, es posible que me veas un momento dando vueltas arriba y abajo, o tal vez echado en el sofá (Conducta).
Terapeuta: ¿Y luego?
Cliente: Uhm. Bueno, entonces me verías ir a la nevera y tomar un poco de cerveza (Conducta).
Terapeuta: ¿Y luego?
Cliente: Bueno, entonces la tomaría (Conducta).
Terapeuta: ¿Y luego?
Cliente: Y luego seguiría tomando hasta desmayarme en el sofá (Consecuencia).
Terapeuta: ¿Y eso hace que te deshagas de todos los pensamientos y sentimientos dolorosos?
Cliente: Sí desaparecen, mientras estoy borracho
Terapeuta: Bien, entonces emborracharte hace que te sientas mejor por un momento (Consecuencia - corto plazo). ¿Cómo te sientes a la mañana siguiente?
Cliente: ¡como mierda! (Consecuencia a largo plazo)
Terapeuta: ¿Resaca?
Cliente: Ohhh, sí! Una verdadera resaca!
Terapeuta: ¿Y esos pensamientos, "soy un perdedor", "la vida apesta", etc., vuelven?
Cliente: Oh sí. Vuelven incluso peor que antes. (Consecuencia a largo plazo)
Terapeuta: Entonces, ¿no es interesante? Te sientes miserable, tu mente te llama perdedor (Antecedentes), así que decides emborracharte (Conducta). Y a corto plazo, eso te brinda cierto alivio de esos pensamientos y sentimientos dolorosos (Consecuencias a corto plazo). Pero a largo plazo, en realidad te hace sentir peor que antes (Consecuencias a largo plazo).
En el ejemplo anterior, el análisis ABC muestra claramente la función de la conducta: proporcionar alivio de los pensamientos y sentimientos dolorosos. O para ponerlo en terminología ACT, el consumo de alcohol de este cliente está motivado por la evitación experiencial.
Conocer el ABC de una conducta nos da mucho para trabajar. Por lo tanto, con el ejemplo anterior, podríamos trabajar para responder de manera diferente a los pensamientos y sentimientos antecedentes, utilizando la defusión y la aceptación. O podríamos eliminar un antecedente ambiental: por ejemplo, podríamos asegurarnos de que no haya cerveza en la casa. Alternativamente, podríamos centrarnos en las consecuencias. Por ejemplo, podríamos presentar al cliente la noción de viabilidad: "En el corto plazo, emborracharte te hace sentir un poco mejor, pero a la larga, ¿funciona para mejorar y enriquecer tu vida? ¿Lleva tu vida en la dirección que quieres?
Luego podríamos explorar y aclarar los valores del cliente, y hacer que se le ocurran algunas actividades más coherentes con sus valores para hacer en las noches, en lugar de beber para olvidar, p.ej. asistir a una clase nocturna o jugar tenis. Con suerte, los valores del cliente ahora se convierten en antecedentes para un conducta nueva y más efectiva, es decir, uno que tenga mejores consecuencias para su vida que la anterior. Idealmente, el cliente será recompensado por las consecuencias positivas de su nueva conducta y esto aumentará las posibilidades de que lo haga más en el futuro (es decir, refuerzo positivo).
A medida que leas las transcripciones de terapia en este libro, veras que hay una gran cantidad de análisis funcional de la conducta. Es más obvio cuando comenzamos a hablar de Workability. Por supuesto, hay mucho más en ABA que esto, pero desafortunadamente, no tenemos tiempo para ello; realmente tenemos que pasar al siguiente piso.

 

RFT: Teoría del Marco Relacional


Mi suegra es del sur de Italia, y ella cultiva las frutas más sorprendentes y vegetales. Recuerdo la primera vez que me dio uno de sus limones: enorme, reluciente, brillante amarillo dorado, como el sol. Y un aroma tan delicioso y ácido. Y mientras corría mis dedos suavemente sobre la piel, podía sentir cada pequeño hoyuelo en la superficie. Tomé ese limón, lo corté por la mitad, lo sostuve, abrí mi boca, y saqué el jugo de limón fresco, justo en la punta de la lengua.
Al leer el párrafo anterior, ¿qué apareció para psicológicamente? "viste un limón, o "oliste", "tocaste" o "probaste"? ¿Tu boca salivo un poco? Solo di la palabra "Limón" para ti, y observa lo que aparece psicológicamente, en forma de imágenes, olores, sabores, recuerdos, emociones, palabras. Por favor hazlo ahora, antes de seguir leyendo. ¿Qué apareció para ti? ¿Olores? ¿sabores? ¿Textura? ¿Color? ¿Limonada? ¿Tarta de limón?¿Pastel de limón? ¿Árboles de limón? ¿Recuerdos, sentimientos o pensamientos sobre los limones? Un limón entero, o una rebanada? En RFT, nos referimos a todas estas experiencias privadas como "eventos". Entonces cuando hablamos de un "evento", nos referimos a cualquier experiencia privada que un ser humano pueda tener: un pensamiento, un sentimiento, un recuerdo o cualquier cosa que vea, oiga, toque, pruebe o huela. Por lo tanto, cada vez que veas o escuches o pienses en la palabra "limón", eso es un evento. Y cuando hueles el aroma de un limón, o pruebas un limón, esos también son eventos. En el ejercicio anterior, descubriste que la palabra "limón" está relacionada con muchos eventos diferentes, como sabores, olores, sensaciones, recuerdos, pensamientos e imágenes.
Limones, limones, limones
Ahora intentemos algo más: diga la palabra "limón" en voz alta, una y otra y otra vez, lo más rápido que puedas, durante treinta segundos. (NB: Tienes que hacer esto en voz alta o no funcionará. Entonces, si estás leyendo esto en un avión, ve al baño y pruébalo antes de continuar leyendo) Al hacer esto, observe lo que sucede.
* * *
Para casi todos, dentro de los treinta segundos de repetición, la palabra pierde todo su significado.
En cambio, se convierte en un sonido extraño: li-món. Al mismo tiempo, todas las imágenes, sabores, olores, pensamientos y recuerdos que anteriormente estaban relacionados con este sonido, desaparecen. (Este ejercicio es conocido como la Repetición de Titchener, nombrada así por el psicólogo que la inventó: Titchener, E.B. 1916).
Cuando eras un bebé o un niño pequeño, las primeras veces escuchaste el sonido li-món era bastante parecido a tu experiencia en el último ejercicio. En ese momento de tu vida, li-món no tenía sentido para ti; era simplemente un sonido que podías escuchar; y no podías relacionar ese sonido a otros eventos, como el sabor, el olor, la textura, la forma o el color de esa fruta.
Entonces, ¿qué pasó, entre hoy y ese entonces? Hace años, li-món era solo un ruido. Pero ahora relacionas el sonido li-món con muchos otros eventos; se ha convertido en parte de una vasto red relacional que incluye no sólo olores, sabores, texturas y colores de los limones, sino también pensamientos, imágenes, sentimientos y recuerdos sobre limonada, pasteles de limón, limoneros, limones enteros, limones rebanados, limones de plástico, etc. ¿Cómo aprendiste a hacer eso? RFT proporciona las respuestas.
Aprendiendo el lenguaje
Desde el momento en que naces, las personas con las que vives comienzan a enseñarte cómo usar su lenguaje. Inicialmente, lo hacen hablando contigo lo que te familiariza con los sonidos de este lenguaje. Luego, a medida que creces, te alientan a que hagas tus propios sonidos similares.
Inicialmente, estos sonidos se relacionan con el mundo que está fuera de ti, p. ej. "Mamá" y "Papá" y "Biberón". Sin embargo, pronto aprendes a relacionar estos sonidos con el mundo que hay dentro de ti: gustos, olores, sentimientos, sensaciones y deseos (por ejemplo, "hambriento", "sediento", "delicioso", "feo, wacala", "herido", "Quiero", "no quiero", "sí", "no").
Y no sólo te anima a imitar los sonidos; también gestos y expresiones faciales, p. ej. arrugar tu cara cuando algo sabe "feo", o aplaudir con tus manos para mostrar aprobación. Al mismo tiempo, mediante el uso de libros, dibujos y fotografías, te enseñan a relacionar imágenes con tu experiencia: p.ej, te enseñan a relacionar una imagen de un perro a un perro real, o una imagen de un niño llorando con tus propios sentimientos de tristeza.
Por supuesto, muchos animales son capaces de relacionar los eventos de esta manera. Por ejemplo, algunos especies de monos naturalmente hacen más de veinte gritos de advertencia diferentes, es decir, diferentes sonidos que se relacionan con formas específicas de peligro, desde águilas a leopardos o hasta fuego. Del mismo modo, puedes enseñar fácilmente a tu perro que el sonido "vamos" se relaciona con ir a caminar, o el sonido "din din "se refiere a la cena servida. Pero alrededor de la edad de 14 a 16 meses, el lenguaje humano comienza a diferir fundamentalmente del lenguaje de todos los demás animales. ¿Cómo es eso? Porque los humanos aprenden a hacer algo llamado "derivar relaciones". Me doy cuenta de que esto no suena demasiado emocionante, pero te insto a seguir leyendo de todos modos. Al final del capítulo, verás cómo esto es clínicamente relevante.
Derivar relaciones: ¿qué significa eso realmente?
Estoy a punto de enseñarte dos hechos absolutamente fascinantes.
Hecho 1: La palabra francesa para limón es "citron".
Hecho 2: La palabra finlandesa para "limón" es "sitruuna".
Ahora te he enseñado directamente dos relaciones simples: 1) limón => citron; 2) citron => sitruuna. De estas dos relaciones directamente entrenadas, ahora puede derivar cuatro relaciones más, sin más entrenamiento de mi parte. No tomes mi palabra, compruébalo por ti mismo; responde a estas cuatro preguntas:
¿Cuál es la palabra finlandesa para limón?
¿Cuál es la palabra francesa para sitruuna?
¿Cuál es la palabra en español para sitruuna?
¿Cuál es la palabra en español para citron?
¿Ves? Solo te enseñé directamente dos relaciones, pero obtuviste cuatro adicionales. Probablemente ahora estás pensando: "¿Y qué? ¿Cuál es el problema? "Y eso no es sorprendente, porque nuestra habilidad para derivar estas relaciones parece tan ridículamente fácil, generalmente la tomamos por concedido. Por ejemplo, si te digo que un canguro es más grande que un wombat, al instante deriva que un wombat es más pequeño que un canguro. Si te digo que Max es mi hijo, tú deduces instantáneamente que soy el padre de Max. Derivar estas relaciones parece tan natural y espontáneo, es difícil imaginar que podría ser de otra manera. Sin embargo, solo tienes la capacidad de hacer esto porque cuando eras un niño pequeño, los humanos en tu grupo social te dieron bastante entrenamiento en cómo hacerlo. (Entonces, si hubieras sido criado por lobos, como Mowgli en El libro de la selva, o criado por monos como Tarzán, no hubieras podido nunca desarrollar la capacidad para hacer esto, y hubieras crecido, según los estándares humanos, con retraso mental severo)
Aquí hay un ejemplo de cómo sucede este entrenamiento. Supongamos que Johnny tiene doce meses, por lo que aún no ha aprendido a derivar relaciones. Un día, mamá le muestra una imagen de tres criaturas mágicas: una sirena, un dragón y un grifo. Johnny nunca antes ha visto alguno de estos animales. Mamá señala al grifo y ella dice: "Esto es un grifo". Puedes decir 'grifo'?"
Johnny dice: "Grifo".
Mamá dice: "Chico inteligente". Ahora ha entrenado directamente a una relación: imagen de un grifo => el sonido "grifo". La próxima mamá dice: "Muéstrame el grifo".
En este punto de su vida, solo hay una probabilidad de uno en tres de que Johnny apunte al grifo; es igualmente probable que señale al dragón o la sirena. Si por casualidad lo hace bien, mamá dice: "Chico inteligente. Eso es un grifo. "Si él se equivoca, ella dice:" No. Este es el grifo".
De cualquier manera, ella está entrenando directamente una segunda relación: el sonido "grifo" => la imagen de un grifo.
Luego, mamá hace lo mismo con el dragón. Primero: "Esto es un 'dragón'. Puedes decir dragón? Chico inteligente. "Entonces:" Ahora muéstrame el dragón". Finalmente si," Es correcto ". Chico inteligente, o “ No”, este es el dragón ". Así que, una vez más, mamá entrena directamente dos relaciones:
1) imagen de un dragón => el sonido "dragón";
2) el sonido "dragón" => imagen de un dragón.
Hasta ahora, tan monótona, pero pronto esta situación cambiará drásticamente. Dentro de dos a cuatro meses, mamá ya no tendrá que darle a Johnny todo este entrenamiento directo en las relaciones. Verás, una vez que los niños humanos alcanzan los catorce a dieciséis meses de edad (suponiendo que hayan tenido una normal educación, con mucha práctica para relacionar los eventos de esta manera), comienzan a derivar espontáneamente las relaciones. Por ejemplo, supongamos que mamá muestra Johnny de 16 meses una imagen de tres animales exóticos que nunca antes había visto: un armadillo, un puercoespín, y un oso hormiguero. Mamá señala al oso hormiguero y dice: "Es un oso hormiguero”. “¿Puedes decir oso hormiguero?"
Johhny dice: "Oso hormiguero".
Mamá dice: “Chico inteligente”. “Ahora muéstrame el oso hormiguero”.
Johnny lo hará con una precisión del 100% para el oso hormiguero, y no para los otros dos animales.
Mamá entrenó directamente que la imagen de un oso hormiguero se relaciona con el sonido "Oso hormiguero" (imagen de un oso hormiguero => el sonido "oso hormiguero") - y Johnny luego espontáneamente deriva que el sonido se relaciona con la imagen (el sonido "oso hormiguero" => imagen de un oso hormiguero).
Esta habilidad de derivar relaciones espontáneamente separa a los humanos de todos los demás animales.
Los no humanos no pueden aprender a derivar espontáneamente las relaciones de esta manera, ni siquiera con una amplia capacitación. Sí, incluso esos inteligentes chimpancés entrenados con lenguaje no pueden hacerlo. (Dugdale y Lowe, 2000).
"Sí, sí, sí", te oigo decir, mientras educadamente tapas un gran bostezo, “Entonces los humanos pueden derivar relaciones y otros animales no pueden. ¿Y qué? ¿Cuál es el gran problema?” Buena pregunta.
¿Cuál es el gran problema?
Tu habilidad para derivar relaciones te permite expandir rápida y dramáticamente tu conocimiento. De catorce a dieciséis meses, derivar relaciones esta limitado a simples reversiones, como en el ejemplo de oso hormiguero (es decir, de aprender directamente A => B se deriva B => A).
Pero alrededor de veintidós a veintisiete meses, los niños aprenden a combinar estas relaciones derivadas (Lipkens, Hayes y Hayes, 1993) y las consecuencias son dramáticas. Para ilustrar esto, aquí hay otro hecho brillante para ti:
Hecho 3: "Limone" es la palabra italiana para limón.
Armado con esta nueva relación (limone => limón), ahora puedes responder todo tipo de preguntas, tales como: ¿Cuál es el en italiano para "sitruuna"?
¿Qué es el italiano para "limón"?
¿Qué es el finlandés para "limone"?
¿Qué es francés para "limone"?
Y así sucesivamente y sucesivamente. Tenga en cuenta que solo te he enseñado directamente tres relaciones, de modo que ahora: 1) limón => citron, 2) citron => sitruuna, y 3) limone => limón. Sin embargo, de estas tres relaciones entrenadas directamente, puedes, mediante la combinación de sus relaciones derivadas, generar unas impresionantes nueve nuevas relaciones sin ningún entrenamiento adicional. Esta habilidad por lo tanto te permite generar rápidamente grandes redes relacionales.
Para insistir en este punto, supongamos que te enseño otra relación:
1) una guayaba es más cara que un limón.
El número de nuevas relaciones que ahora puedes obtener (cuando combinas esto con las anteriores tres en las que te entrené directamente) ¡ahora son dieciséis! Para darte algunos ejemplos: 1) una guayaba es más cara que una sitruuna, 2) una guayaba es más cara que un limone, 3) una cidra es más barata que una guayaba, 4) una sitruuna es más barata que una guayaba.
Puedes haber notado una fórmula aquí. Aprendes directamente 3 relaciones, derivas 9 nuevas; directamente aprende 4 relaciones, deriva 16 nuevas. Si la cantidad de relaciones que aprendes directamente es X, el número que puedes derivar es X al cuadrado. Entonces, si aprendes directamente cien nuevas relaciones, puede derivar diez mil nuevas. Y si aprendes directamente mil nuevas relaciones, ¡entonces puede obtener un millón de nuevas!
Esta capacidad de derivar relaciones, y expandirlas a amplias redes relacionales, es vital e importante para el lenguaje humano y la cognición. Nos permite generar un número infinito de nuevos pensamientos, y aprender todo tipo de cosas sin requerir experiencia directa de ellas. Pero hay una pieza más de este rompecabezas que falta por venir, conocido como – espera un poco – “la transformación de las funciones de estímulo". Sí, sé que suena como algo de Star Trek, pero en realidad no es tan complejo como parece. "Estímulo" simplemente significa cualquier cosa al que el organismo responde. Y cuando hablamos de las "funciones" de un estímulo, nos referimos a "la efectos que este estímulo tiene sobre el organismo que responde a él".
Supongamos que muerdes un limón. (¿Ya estás harto de los limones?) Las funciones de estímulo de ese limón (es decir, los efectos que el limón tiene sobre ti) incluye el sabor y el olor experiencia, la saliva que produce su boca, los movimientos de su lengua y dientes, y la pensamientos y sentimientos que aparecen. Comúnmente usamos la palabra única "funciones", en su lugar del término completo "funciones de estímulo". Entonces, ¿dónde entra el bit de la "transformación"?
Transformación de funciones
Di la palabra "zoobooma" y observe el efecto que tiene sobre ti. No mucho, supongo, excepto tal vez para estimular algo de curiosidad o diversión. El caso es que, probablemente no sepas que una zoobooma es una fruta tropical rara. Un zooboma se ve y sabe notablemente como un limón, excepto que es aproximadamente tres veces más grande. Ahora imagina el siguiente escenario tan vívido como puedas: tomas un zoobooma, la cortas a la mitad, abres bien la boca, y exprimes todo el jugo de esa zoobooma, directamente a tu lengua. Sólo imagina tu boca llena con todo el zumo fresco de zoobooma. Y sigues apretando y exprimiendo esa zoobooma, hasta que tu boca literalmente se desborde.
* * *
¿Qué pasó cuando leíste esas últimas líneas? Es probable que salivaste o que tu lengua hormigueó, o percibió una especie de sabor ácido cítrico en la boca. Entonces la palabra "zoobooma" comenzó a tener algunos efectos similares a los que podría producir un verdadero limón.
Este proceso se conoce como una "transformación de funciones". ¿Por qué? Porque las funciones de la palabra "zoobooma" (es decir, los efectos que tiene sobre ti) se ha transformado (cambiado). La palabra "Zoobooma" ahora tiene algunas de las funciones de un verdadero limón (es decir, te afecta a ti, en algunos grados a como lo haría un verdadero limón).
Por cierto, no existe la zoobooma; Inventé la palabra para los fines del ejercicio. Y como resultado de leer este capítulo, acabas de aumentar la cantidad de eventos en la gran red relacional vinculada a la palabra "limón"; específicamente, has agregado
"Citron", "sitruuna", "limone" y "zoobooma". Y todas estas nuevas palabras ahora tendrán algunas de las funciones de un verdadero limón.

Atando todo junto
Este comportamiento humano único de: a) derivar relaciones entre eventos, b) unirlos en amplias redes relacionales, y c) transferencia de funciones entre eventos relacionados, se conoce en RFT como "marco relacional". RFT propone que el marco relacional es la base del lenguaje y cognición.
¿Y cuál es la relevancia clínica de todo esto? Bueno, de la misma manera en que puedo relacionar la palabra "limón" a un pedazo de fruta, puedo relacionar las palabras "repugnante" y "inútil" para mí mismo. Y en el momento en que lo haga, algunas de las funciones de "repugnante" e "inútil" serán transferidas a mí.
Ahora tomemos otro ejemplo. Las palabras "mi vida" son parte de una gigantesca red relacional. Están relacionadas con innumerables números de eventos, incluidos todo tipo de pensamientos, sentimientos y recuerdos sobre todo, desde mi trabajo y vida social hasta mi salud y familia. Ahora supongamos que relaciono las palabras "horrible" y "sin sentido" con las palabras "mi vida". Mientras hago eso, algunas de las funciones de "horrible" y "sin sentido" se transferirán. Esas funciones se transferirán no sólo a las palabras "mi vida", sino también a cada evento dentro de esa amplia red relacional. Así que ahora, todo en mi vida parece horrible y sin sentido. Definitivamente has notado este tipo de encuadre relacional en sus clientes deprimidos.
En el lenguaje cotidiano, nos referimos al encuadre relacional como "pensar", "cognición", " lenguaje humano "o" la mente". El enmarcado relacional nos da una gran ventaja como especie. Nos permite analizar, hablar, planificar, imaginar, comparar, inventar, resolver problemas, etc. Sin embargo, como discutimos anteriormente, nuestra mente es una espada de doble filo. Una vez que tenemos la capacidad para el enmarcado relacional, es como si tomara vida propia y, a medida que envejecemos, vivimos cada vez más dentro del mundo del lenguaje, y nos alejamos del mundo de la experiencia directa. Y eso, por supuesto, es donde ACT viene a nuestro rescate.

Fin del Tour
Así que ahora volvemos al último piso de la mansión de ACT. Si he despertado tu apetito por más conocimiento, te recomiendo que leas El ABC del Comportamiento Humano: Principios de conducta para el clínico en ejercicio por Jonas Ramnero y Niklas Torneke. Este es un excelente libro que lo guía paso a paso, simple y claramente, a través de los detalles de FC, ABA y RFT, vinculándose todos juntos con ACT a través de numerosos ejemplos clínicos y transcripciones anotadas de la terapia. También hay un tutorial gratuito en línea sobre RFT, disponible en: www.contextualpsychology.org/rft_tutorial
Espero que esta gira no te haya agotado. Si fue así, ¿por qué no tomar un descanso? Reconozcámoslo: lo mereces. Después de todo, acabas de ser fuertemente bombardeado por una gran cantidad de términos técnicos, muchos de los cuales pueden ser nuevos para ti. Y realmente eso no es lo que esperas en un libro llamado "ACT Made Simple". Por lo tanto, descansa confiado: el resto del libro sí cumple con su título. ¡Entonces te veré en el próximo capítulo, después de que hayas descansado!
 

margot.osorio

Introducción al contextualismo de Stephen C. Pepper

Introducción al contextualismo de Stephen C. Pepper

Adjunta está una introducción al contextualismo de Stephen Pepper, incluyendo la traducción del capítulo sobre contextualismo.

Fabian Maero

La compasión: un pilar de ACT

La compasión: un pilar de ACT

RESUMEN (extracto del texto completo): Reconociendo nuestras limitaciones, la compasión puede mitigar nuestro sufrimiento o darle un significado distinto que nos permita llevarlo de un modo diferente. Incluso, puede llegar a evitarlo. La mirada compasiva es una herramienta de inusual potencia cuando se la desarrolla: permite comprender de manera fiel la naturaleza humana, desoyendo las insólitas pretensiones de certidumbre y control con las que seduce el pensamiento. Concede también una óptica más sensible e indulgente frente a nuestras limitaciones, a nuestros defectos y errores, y, también, a los de nuestros pares.

lucasras

La mente (manual del usuario) - segunda parte

La mente (manual del usuario) - segunda parte

Fabián Maero

(publicado inicialmente en http://psyciencia.com/2012/11/08/la-mente-manual-del-usuario-segunda-parte/)

 

 

En la primera entrega del manual estuvimos viendo algunas características del funcionamiento de tu mente, y revisamos algunas formas de lidiar de manera distinta con ella. Para esta segunda parte, Steven C. Hayes, phD, creador de la Terapia de Aceptación y Compromiso, nos ha cedido un fragmento de su libro Get out of your mind and into your life, con el cual vamos a detenernos en la diferencia entre descripciones y evaluaciones. Vamos a proponerte algunos ejercicios a realizar, así que quizá quieras tomar una hoja de papel y una lapicera antes de empezar a leer.

Descripciones y evaluaciones

Dado que nuestros pensamientos están presentes todo el tiempo, tendemos a posicionarlos como parte del mundo externo, olvidarnos que hicimos eso, y luego sentirnos oprimidos por el mundo externo que de esa manera hemos construido sin saberlo. Una buena manera de romper este ciclo es notar la diferencia entre descripciones y evaluaciones.

Descripciones son palabras que se relacionan con aspectos directamente observables o características de objetos u eventos. Estos aspectos o características son los atributos primarios de un objeto o evento. Esto quiere decir que no dependen de tu historia particular con ellos; en términos comunes, son aspectos de los eventos u objetos que permanecen sin importar tu interacción con ellos.

Ejemplos:

Esta es una mesa de madera
(las mesas son sólidas, duras, tienen cuatro o más patas, etc. Esta mesa particular está hecha de madera)

Estoy sintiendo ansiedad y mi corazón está latiendo rápidamente
(la ansiedad consiste de ciertos sentimientos, sensaciones e impulsos. Este ejemplo incluye un corazón que late rápidamente)

Mi amigo me está gritando fuerte
(está gritando y con alto volumen).

Las evaluaciones, en cambio, son tus reacciones a los eventos o sus aspectos. Podemos comparar eventos y asignarles una etiqueta evaluativa (como bueno o malo, deseable o detestable, soportable o insoportable, rudo o suave, prohibitivo o permisivo, etc). Las evaluaciones son atributos secundarios. Los atributos secundarios giran en torno a nuestras interacciones con los objetos, eventos, pensamientos, sentimientos y sensaciones corporales.

Ejemplos:

Esta es una buena mesa
(“Buena”, está en mi interacción con la mesa, no está en la mesa)

Esta ansiedad es insoportable
(“insoportable” está en mi relación con la ansiedad, no en la ansiedad)

Mi amigo es injusto por gritarme a mí
(“injusto” está en mi interacción con el gritar, no está en el gritar)

Una buena cantidad de sufrimiento viene de confundir evaluaciones y descripciones. Muy a menudo creemos que nuestras opiniones evaluativas son propiedades primarias y por lo tanto son descripciones. Sin embargo, cuando examinamos nuestras evaluaciones más de cerca, empiezan a lucir un tanto sospechosas…

 

Explorando la diferencia entre descripciones y evaluaciones

En este ejercicio nos gustaría que intentaras hacer algunas distinciones entre tus propias descripciones (atributos primarios), y evaluaciones (atributos secundarios). Cuando estamos lidiando con objetos externos, es relativamente fácil notar la diferencia entre estos dos ditpo de propiedades ya que, si vos desaparecieras, estas propiedades secundarias también desaparecerían. Las propiedades primarias no. Si no hubiese criaturas vivas en el universo, qué pasaría con la parte “buena”, de la “buena mesa”? Se iría. Qué pasaría con la parte de “madera”, en la “mesa de madera”? La mesa seguiría siendo de madera. Se vuelve un poco más difícil cuando se refiere a tu ser interno dado que esta regla no funciona, pero si practicamos un poco con objetos externos, podemos hacer lo mismo con tus pensamientos y sentimientos. De manera que empecemos con algunos objetos tangibles.

 

Primero, identifica algunos atributos de un árbol

Atributos primarios (hojas, color, etc):
Atributos secundarios (feo, siniestro, hermoso):

 

Identifica algunos atributos de una película que hayas visto recientemente

Atributos primarios (duró 90 minutos, actuó Ricardo Darín, etc):
Atributos secundarios (aburrida, entretenida, muy larga, Ricardo Darín es un buen actor, etc):

 

 

Enumera algunos atributos de una persona cercana:

Atributos primarios (altura, color de pelo, etc)
Atributos secundarios (inteligente, tonto, lindo, etc)
Ahora, intenta distinguir entre las características primarias y secundarias de tu experiencia emocional:

Primero, nombrá cuál es tu emoción dolorosa aquí:…………………………………………………………..

 

Ahora, enumera los atributos de esta experiencia, tal como lo hiciste recién. Recuerda que los atributos primarios son las cualidades directas de la experiencia, mientras que los atributos secundarios son una manera de juzgar o evaluar la experiencia. Por ejemplo, las personas que han tenido un ataque de pánico pueden enumerar ritmo cardíaco acelerado y mareos como atributos primarios de la experiencia, y pueden listar “esta fue la peor experiencia de mi vida”, como un atributo secundario del ataque.

Atributos primarios:
Atributos secundarios:

 


Poder distinguir entre descripciones y evaluaciones te puede permitir la libertad de reconocer cuándo tu mente está registrando o notando tu experiencia actual y cuándo está emitiendo su propio juicio sobre esa experiencia. Podés amplificar esta distinción agregándolos a tu lista de “pensamientos etiquetados”. Por ejemplo, podrías decir “estoy teniendo la evaluación de que la ansiedad es mala”. También puedes usar el resto de las herramientas de defusión que figuran en la primera parte del manual del usuario.

Fabian Maero

La mente (manual del usuario) - tercera parte

La mente (manual del usuario) - tercera parte

Fabián Maero.

(Publicado inicialmente en http://psyciencia.com/2012/11/19/la-mente-manual-del-usuario-tercera-parte/)

 

 

 

Este post pertenece a una serie sobre algunas características de nuestra mente y cómo lidiar con ellas, basada en principios básicos de Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT). 

 

 

Preocupación

La preocupación forma parte de nuestro panorama cotidiano. Escuchamos todos los días frases como “me preocupa qué puede pasar si sucede X” o “estoy tan preocupado por Y que no puedo dormir”. Y no necesariamente lo asociamos a algo negativo: por ejemplo, la frase “me preocupo por mis hijos”, tiene una connotación positiva, que nos lleva a considerar la preocupación como un proceso útil.

Salvo que no siempre lo es…

La preocupación tiene algunas características distintivas:

1. Se trata de un proceso verbal o de pensamiento.

Más allá de la inquietud o ansiedad que pueda acompañarla- o no, el proceso de la preocupación es principalmente verbal: se trata de palabras, pensamientos, que a veces parecen sucederse en una sucesión vertiginosa.

2. Se refiere a eventos a futuro -ya sea un futuro muy probable o sólo hipotético.

No hay preocupación sobre el momento presente, pero sí sobre las posibles consecuencias del momento presente; la preocupación se refiere siempre a un futuro, un futuro construido con palabras, un futuro que tiene el espesor de nuestros pensamientos. La preocupación responde a la pregunta “¿qué pasaría si…?”: “qué pasaría si me despiden?”, “qué va a pasar si mi pareja me abandona”, “qué pasaría si mi mascota se muriese mañana?”.
Si estoy perdido en la selva, quizá esté preocupado por la posibilidad que aparezca algún animal peligroso, quizá esté nervioso, sobresaltado, y mi mente ejercite todas sus habilidades para sacarme de esa situación. Pero si me está persiguiendo un león rugiendo enfurecido, es poco probable que en ese momento esté preocupado. Posiblemente esté asustado, aterrorizado, pero seguramente no preocupado.

3. Ambigüedad o incertidumbre

Rara vez nos preocupamos por un evento que efectivamente va a suceder y cuyas consecuencias están completamente determinadas. En vez de esto, nos preocupamos por eventos posibles, eventos que podrían suceder. La incertidumbre o ambigüedad es uno de los principales motores para la preocupación: “si llegara a pasar esto…”. Tiene sentido, por supuesto: si vamos a entrar a un bosque en el cual podría o no haber un león, es normal que nos preocupemos ante la mera posibilidad, ante la incertidumbre. Y en nuestra vida cotidiana, si bien no nos topamos con leones muy a menudo (voy a arriesgarme y suponer que el lector no está viviendo en África en este momento), sí nos topamos con cientos de situaciones ambiguas y potencialmente amenazadoras en cierto grado: “qué pasaría si mi jefe se enoja conmigo?” “¿y si fallo en la presentación que debo dar?” “¿y si mi hija se enferma?”, “¿y si me mudo con mi pareja y las cosas no funcionan?”. Todas estas son preguntas esencialmente incontestables: podemos disminuir la incertidumbre hasta cierto punto, pero nunca podemos eliminarla completamente. Siempre corremos el riesgo de que las cosas no resulten como deseamos.

4. Involucra un despliegue de nuestras habilidades de resolución de problemas.

La preocupación no es meramente pensar sobre el futuro, o sopesar ambiguedades, sino que una vez puesta en marcha, involucra cierto grado de resolución de problemas. No es meramente pensar en un león que podría aparecer sino también ensayar mentalmente qué podría hacer yo en caso de que apareciese. La preocupación nos anticipa las posibles variantes de una situación, ensaya soluciones, imagina escenarios posibles. Para las personas con sensibilidad hacia la ansiedad social, esto es sumamente familiar: en una situación social, identificamos el rechazo como peligroso, y comenzamos a sopesar alternativas: si digo esto, si no digo esto, si me miran así, si no me miran, si les caigo mal, si les caigo bien…

La resolución de problemas es una habilidad muy útil. Como especie, hemos podido resolver casi cualquier situación amenazadora que hemos encontrado. Hemos podido colonizar prácticamente todo el planeta – incluso el espacio. Si estás leyendo esto, probablemente tengas un techo y comida, y tu expectativa de vida es el doble de la que podrías esperar si hubieses vivido hace 300 años. Todo eso es gracias a nuestra habilidad de anticiparnos a los problemas, de pensar a futuro. Pero quizá te preguntes por qué dedicarle tiempo a la preocupación, si involucra resultados tan útiles, y eso vamos a discutir a continuación.

Funcionalidad y la meta del juego.

Si en este momento notaras un ruido extraño proveniente de las cañerías de tu casa, tu mente probablemente comenzaría a generar escenarios hipotéticos: “¿se habrá roto un caño? Si es así, tendré que llamar a un plomero, y hoy es domingo, de manera tal que no hay plomeros trabajando, salvo que llame a uno de urgencia, y en ese caso me va a cobrar más dinero. Y si además tiene que romper la pared para arreglar el caño, podría llevar un par de días.”

Y si…, y si…, y si…

El proceso es normal y completamente esperable. Pero, ¿qué pasa cuando aplicamos ese mismo proceso a nuestro malestar? ¿Qué pasa cuando todas nuestras habilidades de resolución de problemas se vuelcan a nuestro malestar? En el momento en que consideramos a nuestras experiencias internas como un problema, como una amenaza, empieza la lucha con ellas. Sean pensamientos, ansiedad, recuerdos, tristeza, pánico, taquicardia, falta de autoestima, en el minuto en que comenzamos a considerarlos problemas a resolver, nuestra mente se pondrá a correr como un elefante ciego, con un único propósito: resolver el problema que le hemos presentado. Y al igual que un elefante ciego, no le importará qué embista.

Cuando empieza a resolver problemas, nuestra mente anticipa, compara, juzga, evalúa, busca soluciones. Y no importa qué esté pasando en el mundo. Podemos estar con la persona que amamos compartiendo un momento, y nuestra mente seguirá su curso, desconectándonos de la situación, desconectándonos de algo que es valioso para nosotros.

Una alternativa

A continuación vamos a tomar un pequeño ejercicio de Kelly Wilson, uno de los creadores de la Terapia de Aceptacion y Compromiso(ACT), adaptado de su libro Things Might Go Terribly, Horribly Wrong , que nos permite jugar con una manera distinta de lidiar con la incertidumbre, la preocupación la ambiguedad y la anticipación. Si no entramos en el juego de la preocupacion, si en lugar de responder con nuestra maquina de resolver problemas cada vez que una pregunta incierta aparece, respondemos con apreciación, el juego cambia. Podemos apreciar el hecho de que somos seres humanos, que hay cosas que nos importan, que hay cosas que nos preocupan… pero rehusarnos a entrar en el juego de resolverlas, y en su lugar, jugar el juego de apreciarlas, de agradecer a nuestra mente por señalarnos peligros posibles, y decirle “gracias por notarlo, pero no voy a resolverlo”. En su lugar, podemos apreciarlo, apreciar el enorme esfuerzo que hace nuestra mente por ponernos a salvo -a salvo de todo, y elegir permanecer en este momento, en el aquí y ahora, con la pregunta planteada, pero también con el abrazo de la persona que queremos, jugando con nuestros hijos, centrados en nuestro trabajo, o mirando la película que nos gusta.

Descansando en las preguntas importantes (Kelly Wilson)

La ambigüedad no se presenta como un problema sólo en el caso de las personas luchando con adicciones. Considera algunas cosas en tu propia vida en torno a las cuales te has sentido ansioso al tomar una decisión. Considera especialmente situaciones que tienen altas probabilidades de preocuparte: ¿deberías casarte, divorciarte, tener hijos, cambiar de carrera, empezar un nuevo negocio? Si tu experiencia particular con la ansiedad está menos ligada a resultados específicos, puedes jugar el juego de todos modos. Imagina una situación en la cual te hayas sentido ansioso. Quizá sentiste pánico al entrar en la autopista o al entrar al ascensor; quizá sentiste ansiedad cuando tuviste que tocar un picaporte o un pasamanos sucio. En estos casos, imagina dónde estabas justo antes de comenzar a sentir ansiedad. Visualiza el momento antes de tomar la calle que te lleva a la autopista, el tiempo durante el cual estuviste esperando el ascensor, el pasillo que te llevó al picaporte o a las escaleras con pasamanos que te preocuparon respecto a los gérmenes.

Considera una de estas situaciones o cualquier otra que parezca significativa para ti. Intenta hacer esto al mismo tiempo que, intencionalmente, no decides entre una u otra alternativa, ni tampoco evalúas ni llegas a ninguna conclusión.

¿Qué harás? ¿Entrarás en la situación respecto a la cual te sentís ansioso?
Sin decidir ni sacar conclusiones, permitite explorar qué vas a hacer. Si notas que estás decidiendo o sopesando los pros y los contras de una u otra alternativa, gentilmente deja ir ese proceso y vuelve a la pregunta. Repítete la pregunta gentilmente a ti mismo, escuchando con cuidado cada palabra. Si te hayas dándote una respuesta como “Bueno, no voy a hacer eso” o “Sí, parece una buena idea”, nota que estas sacando conclusiones acerca de un futuro desconocido. Tu conclusión quizá sea lo que más probablemente suceda, pero recuerda que a veces pasan cosas muy improbables. Tantas veces como notes que estás resolviendo o decidiendo, gentilmente vuelve a la pregunta y descansa en ella. Permítete vagar en ella por unos minutos. Nota también con qué rapidez estás listo para seguir al siguiente punto de tu lista de cosas por hacer.

El objetivo de este juego no es exposición, un abordaje muy popular en psicoterapia que se utiliza para reducir sentimientos de ansiedad -si bien el juego a veces se parece de cierta manera al trabajo en exposición. El objetivo es desarrollar sensibilidad respecto a la manera en que tu mente y tu cuerpo reaccionan frente a situaciones ambiguas y cultivar flexibilidad en la presencia de esa ambigüedad. ¿Qué te encuentras haciendo en esa situación? ¿Aceleras? ¿Huyes? ¿Discutes contigo mismo o te desconectas? Aprender a sentarse junto a la ambigüedad puede ser un punto de partida muy importante para una vida liberada de la ansiedad –y la manera de hacerlo es resistir el impulso de perseguir respuestas a preguntas que bien podrían ser incontestables.

La apreciación puede liberarnos de la preocupación. Cuando elegimos apreciar la ambiguedad, apreciar la incertidumbre en los casos en que no tenemos control sobre las respuestas, cuando elegimos notar qué es lo que nos empuja a correr, correr más rapido que el “qué podría pasar si”, y cuando elegimos detenernos en ello, la preocupación pierde su razón de ser, y si bien puede continuar su curso, pierde poder sobre nosotros, y ganamos un poco más de espacio en nuestra vida.

Fabian Maero

La mente, manual del usuario

La mente, manual del usuario

Por Fabián Maero

 

Gran parte de nuestra vida la pasamos entre pensamientos, recuerdos e ideas; descripciones o evaluaciones de lo que sucede, predicciones de lo que va a suceder, explicaciones de lo que sucedió. Vamos a denominar “mente” a esa parte que está en cada uno de nosotros, encargada de generar ese tipo de contenidos. En el siguiente artículo, vamos a describir y aprender algunas características del funcionamiento de tu mente, a fin de que aprender qué puedes esperar de ella y cómo evitar que tome control sobre tu vida. Los recursos están basados en Terapia de Aceptación y Compromiso (Hayes et al, 2011), un modelo de tratamiento que pertenece a las denominadas terapias contextuales-conductuales o también llamadas “de tercera ola”.

1. “Radio Mental, transmitiendo durante las 24 horas”

Una de las características de la mente es que no se puede apagar; de cierta manera, nuestra mente funciona como una radio siempre encendida, siempre transmitiendo de fondo mientras vivimos nuestra vida.

Antes de seguir con la lectura, por favor, cierra los ojos durante 10 segundos y comprueba por ti mism@ si esto es efectivamente así, notando cualquier pensamiento, recuerdo o imagen que produzca tu mente.

 Nota: Cuando decimos “pensamiento” no nos referimos necesariamente a ideas en palabras, sino a cualquier forma que adopte el contenido mental, ya sea en forma de sonidos, imágenes, palabras, etc.

Si realizaste el ejercicio, quizá hayas notado a tu mente haciendo algún comentario, tal como “espero que esto me sirva”, “esto es tonto”, “¿lo estaré haciendo bien?”, o cualquier otro pensamiento. Si considerás que no apareció ningún pensamiento, te invito a que, antes de seguir con la lectura, recuerdes brevemente el ejercicio y compruebes si efectivamente no apareció ningún pensamiento.

Si la respuesta es “no, no pensé en nada durante el ejercicio”, entonces nota que, en este momento, estás pensando sobre el ejercicio, quizá con un pensamiento que dice algo así como “no pensé en nada durante el ejercicio”.

Esto es normal y natural. Nuestra mente está funcionando prácticamente todo el tiempo, y el motivo para que esto sea así tiene que ver con la siguiente característica que vamos a describir.

2. “Radio Mental, transmitiendo durante las 24 horas las peores noticias”

Por lo que sabemos de las investigaciones, gran parte de los contenidos de nuestra mente son negativos en mayor o menor grado: nos preocupamos, recordamos nuestros errores, recordamos alegrías pasadas o futuras y las comparamos con el presente no tan favorable, nos comparamos con otras personas, nos comparamos con nuestros propios ideales, etc.

Esto es así porque, evolutivamente, es poco probable que nuestra mente haya surgido para darnos buenas noticias: “este lugar es seguro”, “todo va a estar bien”, “ese tigre sólo quiere jugar conmigo”. Más probablemente, la utilidad de la mente haya tenido que ver con la supervivencia, con su capacidad de detectar peligros y amenazas, planificar, anticipar, aprender, buscar explicaciones. Es por esto que no sería muy útil poder apagar la mente: nos hubiera costado la supervivencia en más de una ocasión.

El problema es que no sólo nos avisa de tigres y cocodrilos, sino de todo tipo de “peligros”: “Si mi pareja se va me voy a quedar sol@ para siempre”, “la gente va a pensar que soy tont@ cuando realice mi presentación”, “si pienso de manera negativa todo va a salir mal”

3. “Radio Mental, transmitiendo irremediablemente para usted”

La mente funciona en gran parte de manera automática. Antes de seguir, por favor intenta completar las siguientes oraciones:

“Una imagen vale más que mil ………………”

“En casa de herrero cuchillo de ………….…”

Tomemos la primera oración. Si realizaste el ejercicio probablemente lo hayas completado con “palabras”. De hecho, vuelve a leer en voz alta la oración, y detente en donde empiezan los puntos suspensivos, y probablemente notes que tu mente completa la oración automáticamente con “palabras”, incluso aunque intentes no hacerlo.

Ahora, intenta completar la oración mentalmente con palabras distintas:

“Una imagen vale más que mil ………………”

“Una imagen vale más que mil ………………”

Quizá esta vez hayas las completado con otras palabras al azar, supongamos “cohetes” y “cheques”. Posiblemente hayas podido notar que mientras lo hacías, tu mente ha estado buscando otras maneras de terminar las oraciones, bajo la regla genérica de “no digas ‘palabras’”. Como resultado, “una imagen vale más que mil cohetes”, o “una imagen vale más que mil cheques”, son oraciones “exitosas” -según la consigna del ejercicio- porque no dicen “palabras”.

Dicho de otra manera, es correcto pensar en “cohetes” porque así no piensas en “palabras”, y como consecuencia, ahora “cohetes” y “palabras” están asociados a través de una regla: “bien! acabo de pensar ‘una imagen vale más que mil cohetes y eso es correcto porque no pensé ‘palabras’” . El problema es que para verificar si la sustitución es exitosa (“cohetes” por “palabras”), hay que pensar “palabras”.

Intentemos con uno de los pensamientos listados anteriormente:

“si pienso negativamente me va a salir todo mal”-“para ser exitoso no tengo que tener pensamientos negativos”-“bien, estoy pensando en gatitos y flores (y no en nada negativo como cocodrilos e impuestos)”

¿Alguna vez te ha pasado algo así? Una buena parte del tiempo podemos distraernos de un determinado contenido de pensamiento, pero, ¿qué crees que pasaría si en un callejón oscuro de pronto alguien nos apuntara con un revolver y nos dijera “no pienses que estás en peligro o disparo”?

Cuando la presión sube, cuanto más necesario e imprescindible creemos que es quitar un pensamiento de la mente, este vuelve… y vuelve… y vuelve…

Esa es la trampa de la mente, cuanto más esfuerzo hacemos para no pensar en algo determinado, más y más presente se vuelve ese pensamiento.

4. “Radio mental, noticias REALES todo el tiempo”

Consideremos esta vieja historia Zen:

Un día, el sexto patriarca Zen le preguntó a un monje llamado Wujincang:

- He estudiado el nirvana Sutra durante muchos años y todavía hay algunos pasajes que no entiendo del todo. ¿Piensa que podría explicármelos?

- Lo lamento, pero no puedo leer –respondió Wujincang- , si me leyera los pasajes, vería si puedo ayudarlo a entenderlos.

- Si ni siquiera puede leer palabras, ¿¿cómo puede comprender la verdad detrás de ellas??

- La verdad y las palabras no guardan relación. La verdad puede compararse a la luna, y las palabras a un dedo. Puedo usar mi dedo para señalar la luna, pero mi dedo no es la luna. Y usted no necesita mi dedo para ver la luna, ¿o sí?

El lenguaje es un mero instrumento para señalar la verdad, un medio útil para alcanzar la sabiduría. Confundir las palabras con la verdad es casi tan ridículo como confundir un dedo con la luna.

La historieta anterior señala otra característica de nuestra mente: siempre nuestros pensamientos se presentan como reales. Por eso hablamos de “fusión”: cotidianamente los pensamientos y las cosas se mezclan al punto que se vuelven indistinguibles,se fusionan como si fueran la misma cosa. El mundo de las cosas y los objetos se vuelve el mundo evaluado, comparado y sopesado de los pensamientos, y esto puede ser problemático. Sin embargo, la solución no consiste en abandonar todo pensamiento (todos los psicólogos nos quedaríamos sin trabajo), sino empezar a distinguir cuándo estamos más sujetos a las características tangibles de algo, y cuándo estamos más sujetos a lo que pensamos acerca de ese algo. Es la diferencia entre la descripción y la evaluación.

Cuando, al hablar de algo o alguien estamos más cerca de sus propiedades formales, lo llamamos “descripción”. Por ejemplo: esa manzana es roja. Por otro lado, cuando, al hablar de algo o alguien estamos más cerca de lo que pensamos acerca de eso, lo llamamos “evaluación”. Por ejemplo: esa manzana es la peor manzana del mundo. La característica de “peor manzana del mundo” sólo puede surgir al comparar esa manzana con otras manzanas en nuestra experiencia, incluso con manzanas ideales. Dicho de otra manera, una evaluación surge de mi interacción con el objeto. Si yo salgo de la habitación y entra otra persona, la manzana va a seguir siendo roja, pero la etiqueta de “la peor manzana del mundo” se va conmigo.

Nuevamente, no es que describir sea “bueno” y evaluar sea “malo”: se trata de que tener presente cuándo estamos describiendo y cuándo estamos evaluando nos puede ayudar a no confundir el dedo con la luna, es decir, no caer en la trampa de confundir pensamiento y realidad.

Te invito a que teniendo esto en cuenta, realices el siguiente ejercicio: intenta señalar en el cuadro a continuación en cada oración cuál corresponde a una descripción y cuál a una evaluación.

Mi amigo es rubio Mi auto es un Ford Soy un ser humano
Mi amigo es confiable Mi auto corre a 160 km/h Soy un inútil
Mi amigo es un desagradecido Mi auto es más rápido que el tuyo Soy capaz de hacer todo lo que quiera
¿ Cuántas veces durante el día evaluamos y actuamos en consecuencia con ello? Qué pasaría si en lugar de ello empezaramos a intentar describir lo que observamos?

 

5. “Radio mental. La radio del ayer y del mañana”

Nuestra mente nos permite prever eventos que aún no sucedieron, y recordar eventos que ya pertenecen al pasado. Y esto sucede, a menudo, a expensas del presente. ¿Te ha pasado alguna vez que al estar pensando en algo que iba a suceder o que había sucedido, te perdiste lo que estaba pasando en ese momento? Si es así, bienvenido al resto de la humanidad. Como dice una canción de Lennon: “la vida es aquello que te sucede mientras estás ocupad@ haciendo otros planes”.

La capacidad de la mente de planificar y aprender del pasado es increíblemente poderosa, y ha permitido una buena parte del desarrollo de la sociedad actual. Y justamente porque es tan exitosa es que cuesta tanto “desconectarla” y pasar al momento presente: disfrutar una tarde con los seres queridos, salir a caminar y sólo caminar, poder observar los árboles y la vida alrededor.

6. “Radio Mental. Sólo una radio”

Hasta ahora hemos visto que la mente funciona constantemente, que no podemos apagarla, que una de sus tareas principales es detectar peligros y amenazas, que “fusiona” a los pensamientos con la realidad, y que las evaluaciones pueden hacer que perdamos contacto con el mundo tal como es.

La buena noticia es que no hay necesidad de apagar la radio ni de cambiar el dial, para poder vivir la vida de la manera en que queremos. Si la mente “fusiona” pensamientos y realidad, entonces nos podemos “de-fusionar” de los pensamientos, de modo tal que si “comprarlos”, es decir, actuar de acuerdo al pensamiento que aparece en ese momento es útil para la vida que queremos, podemos hacerlo. Pero si no es el caso, entonces podemos notar que es sólo un pensamiento y actuar de otra manera.

Supongamos que un amigo muy querido nos invita a una fiesta de disfraces y cuando llegamos, enfundados en un disfraz de Drácula, nos avisa que lo de los disfraces se había cancelado, que intentó avisarnos pero no pudo comunicarse. En ese momento, pueden aparecer pensamientos tales como “estoy mal vestido; se van a reír de mí, etc.”. ¿Es útil “comprar esos pensamientos”? Si es posible que nos cambiemos de ropa, quizá sea útil actuar de acuerdo a esos pensamientos, pero ¿y si eso no fuera posible? Comprar esos pensamientos nos llevaría quizá a irnos de la fiesta, o entrar pero quedarnos en un rincón fuera del alcance de las miradas. Es decir, actuar de acuerdo a esos pensamientos nos aleja de la posibilidad de estar con nuestros amigos, nos aleja de la posibilidad de divertirnos por esa noche. En ese sentido, “comprar” esos pensamientos no es útil en el contexto de las cosas importantes de la vida.

El recurso de sólo notar los pensamientos es posible porque los pensamientos y las cosas no son lo mismo, sino que los pensamiento son como una capa de pintura sobre las cosas, siempre podemos notar que debajo de la pintura hay algo (y a veces, como con un buen cuadro, notar la pintura es algo valioso para nosotros). Cuando hacemos eso, estamos usando estrategias que llamamos de defusión, estrategias que destacan las palabras y pensamientos como palabras y pensamientos y no tanto como descripciones “reales”. Lo que nos permiten las estrategias de defusión es crear espacio entre pensamientos y realidad, el espacio suficiente para que podamos elegir cómo queremos actuar: comprando o no, lo que la mente nos dice, según si hacerlo así nos ayuda a vivir de acuerdo a lo que es importante en nuestra vida. En el ejemplo anterior, podemos notar que nuestra mente nos dice “estás vestido de manera inapropiada, estás haciendo el ridículo”, podemos agradecerle a nuestra mente por ese pensamiento y podemos elegir quedarnos en la fiesta y estar con nuestros amigos, con nuestro disfraz de Drácula y nuestros pensamientos.

Ahora bien, ¿cómo lograr eso?

El dedo no es la luna: estas palabras que estás leyendo ahora mismo tienen un contenido, un significado que estás descifrando de manera automática, pero además estas palabras son líneas negras sobre una superficie blanca, líneas con una forma, un trazo, líneas curvas y rectas.

Por favor, antes de continuar, observá la oración anterior e intenta encontrar la palabra con mayor cantidad de letras.

Al buscar la palabra, ¿estabas prestándole atención al contenido de la frase o sólo a la cantidad de letras que tenía cada palabra? Quizá seleccionaste primero aproximadamente, por el largo, y luego las contaste letra por letra. Si hiciste eso, por un momento el “contenido” de la frase pasó a segundo plano y te enfocaste más en otras propiedades, como el largo de la palabra o el número de sílabas. Otras propiedades que tiene la frase podrían ser el sonido, o los movimientos que realiza tu boca para decirla (¿cuál es la palabra más difícil de pronunciar en esa oración?). Cuando vemos los pensamientos y palabras desde esa perspectiva, lo que dicen se vuelve menos importante, y ganamos espacio para decidir qué hacer, sin necesidad de convencernos de pensar de otra manera, corregirnos, ni de pelearnos con el contenido. Un pensamiento puede ser sólo un pensamiento, que entre sus muchas características, como el sonido, la pausa entre las palabras, la forma de ordenar las letras, tiene la característica de tener un contenido.

Por ejemplo, un orador a punto de comenzar una charla frente a 100 personas podría pensar: “Estoy demasiado ansioso para dar esta presentación. Debería irme a mi casa”. ¿Cuál crees que sería la respuesta “fusionada” con el contenido y cuál la defusionada?

a) Irse a su casa inmediatamente

b) Pensar “no tengo que preocuparme, todo va a salir bien”

c) Notar que su mente está trabajando horas extras

d) Tomarse un calmante

e) Hacer que ese pensamiento suene con la voz del Topo Gigio.

 

 

 

Respuesta: fusionadas a) , b), d); defusionadas c) y e)

 

7. Algunos recursos para que la radio sea sólo una radio

Hay muchas estrategias de defusión, pero podés utilizar cualquier otra que se te ocurra. Recordá, la meta no es que el pensamiento se vaya, tampoco ridiculizarlo, reducir su frecuencia, ni cambiar su sentido. La única meta es notar que el pensamiento es pensamiento, o como en la historia Zen anterior, notar que el dedo es el dedo y la luna es la luna. No necesito que el dedo sea mejor, más grande, de otro color, si quiero mirar la luna, puedo hacerlo aunque el dedo sea el más espantoso que haya visto en mi vida.

Algunas de las estrategias o recursos para recordar que los pensamientos son sólo pensamientos son:

  • Notar los pensamientos
  • Ubicar espacialmente los pensamientos (arriba, abajo, a un lado)
  • Cantar los pensamientos con alguna melodía conocida
  • Notar cada una de las palabras que componen ese pensamiento
  • Notar si están quietos o en movimiento
  • Repetirlos rápidamente durante 30 segundos
  • Agradecerle a nuestra mente por habernos dado ese pensamiento
  • Notar si están en palabras, si son imágenes, si tienen voz
  • Repetirlos usando un acento

Puedes crear tus propios recursos de defusión; se suelen construir por medio de destacar o resaltar aspectos físicos de los pensamientos o palabras (como en los que acabamos de enumerar, en los cuales se resalta el sonido, o los aspectos visuales o espaciales). También podemos volvernos más hábiles en defusión a través de la práctica sostenida de atención plena (atención a la respiración, por ejemplo), eso ayuda a que seamos más hábiles en reconocer a nuestros pensamientos. Realizar ejercicios de atención plena de manera cotidiana (quizá escuchando una grabación o asistiendo a grupos de meditación), puede ser muy útil para lograr esto.

Escribea continuación algunos de los pensamientos que más frecuentemente aparecen como obstáculos en tu vida y anota cuál sería una respuesta fusionada a ellos y qué recursos podrías utilizar para defusionarte de ellos.

  • Pensamientos
  • Respuesta fusionada
  • Respuesta defusionada
  • Recursos a utilizar
     

 

Esperamos que la guía te sea útil para que tus pensamientos no se conviertan en obstáculos sino en herramientas. A fin de cuentas… ¿tu vida te pertenece a tí o a tu mente?

Fabian Maero

La tercera ola de terapia (entrevista a Steve Hayes, revista Time, 2006)

La tercera ola de terapia (entrevista a Steve Hayes, revista Time, 2006)

Steve Hayes (traducción Fabián Maero)

En 2006, la revista Time publicó una extensa nota sobre ACT y su principal creador, Steven Hayes, que da cuenta de la perspectiva general del modelo y de los peculiares puntos de vista de su creador. Tradujimos y adaptamos el texto

 

 

 

La tercera ola de terapia

John Cloud

Revista Time, 13/02/2006

Antes de convertirse en un exitoso psicólogo, Steve Hayes fue un paciente. Su primer ataque de pánico llegó súbitamente en 1978, mientras estaba sentado en una reunión del departamento de psicología en la Universidad de Carolina del Norte, en Greensboro, donde era un profesor adjunto. La reunión se había convertido en uno de esos gélidos debates personales y filosóficos que son comunes en los campus académicos, pero cuando Hayes trató de esgrimir un argumento, no pudo hablar. Mientras la atención de todos se centraba en él, sólo pudo abrir y cerrar la boca sin decir palabra, y se pensó un juguete roto. Su corazón se aceleró, y pensó que quizá estaba teniendo un ataque cardíaco. Tenía 29 años.

Eventualmente el ataque terminó, pero una semana después atravesó un episodio similar en otra reunión. Durante los siguientes dos años, los ataques de pánico se volvieron más frecuentes. Sentimientos abrumadores de ansiedad llenaron más y más espacios de su vida. Hacia 1980, podía dar clases con mucha dificultad, y prácticamente nunca entró en un ascensor, un cine o un restaurant. Como no podía enseñar mucho, a menudo mostraba películas en sus clases, y sus manos temblaban tanto que apenas si podía poner el film en el proyector. Como estudiante, se había ganado su ingreso desde programas modestos en colegios de California y West Virginia, hasta una pasantía en la Brown Medical School con el renombrado psicólogo David Barlow. Hayes había esperando ser profesor titular a los 30 años, pero lo que parecía ser una carrera prometedora se estancó.

Hoy Hayes, que cumplió 57 años en Agosto, no ha tenido un ataque de pánico en una década, y está en la cima de su campo. Ha sido presidente de la distinguida Association for Behavioral and Cognitive Therapies, ha escrito o co-escrito alrededor de 300 artículos revisados por pares y 27 libros. Pocos psicólogos publican tanto. Su libro más reciente, que escribió con la ayuda del autor Spencer Smith, lleva el áspero título, para un libro de autoayuda, de Get out of your mind and into your life (Sal de tu mente y entra en tu vida). Pero el libro, que ha contribuido a arrojar a Hayes en un agrio debate en psicología, tiene dos giros inusuales para un manual de autoayuda: dice desde el inicio que los consejos del libro no pueden curar el dolor del lector (la primera frase es “La gente sufre”), y lo que propone a los que sufren no es pelear con los sentimientos negativos sino aceptarlos como parte de la vida. La felicidad, dice el libro, no es normal.

Si Hayes tiene razón, la manera en que muchos de nosotros pensamos acerca de la psicología es errónea. En los años desde que Hayes sufriera sus primeros ataques de pánico, un abordaje llamado terapia cognitiva se ha vuelto el estándar de tratamiento (con o sin medicación complementaria), para un amplio rango de enfermedades mentales, desde depresión a estrés postraumático. Y aunque un buen terapeuta cognitivo nunca propondría a un paciente meramente quitarse la ansiedad a fuerza de voluntad, la estrategia principal a largo plazo de la terapia cognitiva es atacar y en última instancia cambiar los pensamientos y creencias negativas, más que aceptarlas. “Siempre arruino todo en el trabajo”, podrías pensar. O “todos están viendo mi panza gorda”, o “no puedo ir a esa reunión sin tomar una copa”. Parte mentor, parte entrenador, parte corrector, el terapeuta cognitivo cuestiona esas creencias: ¿realmente arruinas todo en el trabajo, o como la mayoría de las personas, a veces lo hacés muy bien y a veces fallás? ¿Realmente están mirando todos tu panza, o estás sobregeneralizando acerca de cómo te ve la gente? La idea es que el terapeuta ayudará al paciente a desarrollar ideas nuevas, más realistas.

Pero Hayes y otros investigadores, especialmente Marsha Linehan y Robert Kohlenberg en la Universidad de Washington y Zindel Segal en la Universidad de Toronto, se están enfocando menos en cómo manipular el contenido de los pensamientos y más en cómo cambiar su contexto –modificar la manera en que vemos a los pensamientos y sentimientos de manera que no nos fuercen a hacer cosas ni controlen lo que hacemos.

Segal llama a este proceso desidentificarse de los pensamientos –verlos no como parte de la identidad sino como meras reacciones. ¿Piensas que la gente siempre mira tu panza? Quizá sea así. Quizá no; muchos de nosotros somos duros con nosotros mismos. Pero Hayes y otros terapeutas similares no tratan de probar o refutar tales pensamientos. Allí donde los terapeutas cognitivos hablan de “errores cognitivos” e “interpretaciones distorsionadas”, Hayes y el resto enseñan mindfulness, la práctica inspirada en la meditación de observar los pensamientos sin enredarse en ellos, abordándolos como si fueran hojas flotando en un arroyo (“…quiero café/debería ejercitarme/estoy deprimido/necesitamos comprar leche…”). Hayes es el más divisivo y ambicioso de los terapeutas de tercera ola –llamada así porque se alejan de la segunda ola, de la terapia cognitiva, que a su vez abarcó en gran parte la primera ola de terapia conductual, diseñada en parte por B.F. Skinner (la terapia conductual, a su vez, rompió con el modelo freudiano al enfatizar las conductas observables por sobre los significados y sentimientos ocultos).

Hayes y otros de la tercera ola dicen que intentar corregir pensamientos negativos puede, paradójicamente, intensificarlos, de la misma manera que alguien haciendo dieta y se dice una y otra vez “no quiero pizza”, termina obsesionándose con… pizza. En lugar de esto, Hayes y los casi 12000 estudiantes y profesionales que han sido entrenados en su psicoterapia formal, denominada terapia de aceptación y compromiso (ACT), dicen que deberíamos admitir que los pensamientos negativos vuelven a lo largo de la vida. En lugar de desafiarlos, dice Hayes, deberíamos concentrarnos en identificar y comprometernos con nuestros valores. Una vez que estamos dispuestos a sentir emociones negativas, arguye, será más fácil pensar acerca de qué debería ser nuestra vida y ponernos en marcha con eso. Esto es más fácil dicho que hecho, por supuesto, pero su punto es que es difícil pensar en el panorama amplio de la vida cuando estamos intentando tan fuertemente regular nuestro pensar.

El modelo cognitivo atraviesa la cultura tan extensivamente que muchos de nosotros no lo nombramos; es lo que los psicólogos hacen. Cuando Phillip McGraw (“Dr. Phil”), da un consejo, por ejemplo, muchas veces fluye desde una perspectiva cognitiva. “¿Estás creando activamente un ambiente tóxico para ti mismo?”, pregunta en su sitio web. “¿O los mensajes que te das a ti mismo están caracterizados por un optimismo racional y productivo?”. Los abordajes cognitivos fueron desarrollados en la década del 50 y principios de los `60 por dos investigadores trabajando independientemente, el psiquiatra de la Universidad de Pennsylvania Aaron Beck, de 84 años de edad hoy, y Albert Ellis, hoy de 92 años, un psicólogo de la ciudad de New York. El ascenso de la terapia fue rápido, particularmente en lo académico. Aunque muchos terapeutas aun practican una forma evolucionada de psicoanálisis freudiano llamada terapia psicodinámica, es difícil encontrar un terapeuta entrenado en los últimos 15 años que no haya al menos aprendido el modelo cognitivo.

Los debates entre terapeutas cognitivos y los de tercera ola son en ocasiones oscuros y quisquillosos, pero pocas preguntas parecen tan elementales para la psicología como la pregunta de si debemos aceptar nuestros tormentos interiores o salir de ellos analizándolos. Hayes fue recibido en la última convención de la Association for Behavioral and Cognitive Therapies con reverencia –y repulsión. No era infrecuente ver terapeutas observándolo entre presentaciones como si fuera Yoda (Hayes es proclive a enunciados numinosos: “Veo esta concepción de aceptación, esta concepción de mindfulness, como una vía con fuerza para cambiar el mundo”). Pero los escépticos lo persiguen por todas partes. “Ciertamente tiene defensores y hasta un séquito”, dice el profesor de psicología de Providence College, Michael Spiegler. “Pero creo que parte de lo que hace es sectario, en términos de tener ese séquito, de que todos acuerden completamente con él, caso contrario, no lo has entendido”.

Atardecer.

Al leer esa palabra, no ha ocurrido otra cosa que tus ojos moviéndose a través de la página. Pero tu mente puede haberse disparado en cualquier dirección. Quizá pensaste en un hermoso atardecer. Y quizá pensaste en un hermoso atardecer el día que tu madre murió, lo que puede evocar tristeza.

Hayes utiliza esos ejercicios para ilustrar el punto de que nuestros pensamientos pueden tener consecuencias inesperadas. Get Out of Your Mind & Into Your Life ilustra eso citando un estudio de 1998 en Psychological Science en el cual a 84 sujetos se les pidió que mantuvieran inmóvil un péndulo. A algunos se les dijo no sólo que lo mantuvieran inmóvil, sino que no lo movieran de lado a lado. Pero justamente en este último grupo los sujetos tuvieron la tendencia a moverlo lado a lado, más que el grupo al cual se le instruyó mantenerlo inmóvil solamente. ¿Por qué? “Porque pensar en no moverlo (lado a lado), activa los mismos músculos que lo mueven de esa manera”, escriben Hayes y Smith. Ciertamente, la terapia cognitiva no le pide a la gente que suprima los pensamientos negativos, pero sí que los desafíen, que los arreglen.

En contraste, ACT intenta desarmar el poder de los pensamientos. En lugar de decir “estoy deprimido”, propone decir “estoy teniendo el pensamiento de que estoy deprimido”. Hayes no está diciendo que las personas no sientan dolor en realidad (él mismo ha tenido mucho de eso), pero cree que convertimos el dolor en sufrimiento cuando intentamos alejarlo. Los terapeutas ACT usan metáforas para explicar aceptación: ¿es más fácil arrastrar un objeto pesado tirando de una cadena o bien tomarlo y caminar sosteniéndolo de cerca?.

La parte de compromiso en Terapia de Aceptación y Compromiso –vivir de acuerdo a tus valores- parece sosa al principio. Muchas personas están tan deprimidas o solitarias, o atrapadas en la vida cotidiana que no están seguras de cuáles son sus valores. Los terapeutas ACT ayudan a identificarlos con técnicas tales como escribir el propio epitafio. También solicitan que verbalices tu definición de “ser un buen padre” o “un buen trabajador”. El terapeuta te ayuda a pensar acerca de qué tipo de cosas querrías aprender antes de morir, cómo quisieras pasar tus fines de semana, cómo explorar tu fe. El punto no es llenar tu calendario con lecciones de italiano y viajes de pesca sino reconocer que, por ejemplo, te gusta pescar porque significa pasar tiempo con tu familia, o en las montañas, o solo –“lo que sea que pescar signifique para ti”, dice Hayes. Un ejercicio en Get out of your mind… implica puntuarte de 1 a 10 cada semana durante 16 semanas para comprobar qué tan cercanas tus acciones cotidianas están a tus valores. Si realmente disfrutas esquiar con tus amigos pero terminas viendo TV en soledad cada fin de semana, puntúas un 1 (pero si realmente te gustan las repeticiones de series de TV, adelante con ello; ACT es poco prejuicioso ).

Ahora parecería un buen momento para estipular que todo esto puede sonar vacuo y muy de autoayuda. Pero la investigación científica en ACT ha mostrado resultados notables hasta ahora. En la edición de enero de la revista científica Behavior Research and Therapy, Hayes y cuatro coautores resumen 13 investigaciones que comparan la efectividad de ACT con la de otros tratamientos luego de un tiempo que llega a un año. En 12 de 13, ACT superó a otros abordajes. En dos de los estudios, pacientes deprimidos fueron aleatoriamente asignados a terapia cognitiva o ACT. Luego de dos meses, los pacientes tratados con ACT puntuaron un promedio de 59% menos en una escala de depresión. Estos fueron estudios pequeños, sólo 39 pacientes en total, pero ACT ha mostrado un amplio campo de aplicaciones. En un estudio del 2002, Hayes y un estudiante estudiaron 70 pacientes psicóticos hospitalizados recibiendo medicación y terapia estándar. La mitad de ellos fueron asignados a cuatro sesiones de ACT de 45 minutos, la otra mitad permaneció como grupo control. Cuatro meses después, los pacientes tratados con ACT fueron re hospitalizados un 50% menos. De hecho, ellos admitieron tener más alucinaciones que los pacientes en terapia estándar, pero ACT había reducido la credibilidad de las alucinaciones, que ahora eran vistas de manera más desapasionada. A Hayes le gusta decir que ACT efectivamente convirtió “Soy la Reina de Saba” en “Estoy teniendo el pensamiento de que soy la reina de saba”. Los psicóticos aún oían voces, sólo que no actuaron basándose en ellas. Aprendieron a sostener sus pensamientos de manera más liviana, incrementando su flexibilidad psicológica.

ACT también se ha mostrado prometedora en el tratamiento de adicciones. En un estudio, los adictos a las drogas reportaron menos uso de drogas con ACT que con un programa de 12 pasos. Y ACT funcionó mejor que un parche de nicotina para 67 fumadores intentando abandonar el hábito. ACT alienta a los adictos a aceptar el impulso de consumir y el dolor que viene cuando abandonan –y luego se trabaja sobre averiguar qué significa la vida más allá de drogarse. ACT también ha sido utilizada para ayudar a pacientes con dolor crónico a volver a su trabajo más rápidamente. Pero quizá lo más destacable de estos hallazgos sea que 27 pacientes epilépticos hospitalizados en África del Sur que recibieron 9 horas de ACT en 2004 experimentaron significativamente menos y más breves ataques epilépticos que aquellos pacientes en un tratamiento placebo en el cual el terapeuta ofreció un oído atento. Incluso Hayes, que no suele ser demasiado modesto, se sorprendió con los resultados. Sólo pudo hipotetizar por qué ACT podría reducir los ataques: “Le enseñas a las personas cómo estar en el momento del ataque y observarlo”. De alguna manera, sugiere, esto ayuda a reducir la activación bioquímica en esos momentos críticos antes de que se dispare una crisis.

Obviamente, Hayes no está seguro de cómo ACT está funcionando en todos esos casos, pero cree que tiene algo que ver con aprender a ver nuestras luchas –incluso ataques epilépticos-, como partes válidas e integrales de nuestras vidas. Recientemente, un paciente de San Francisco en terapia ACT envió un pedido de ayuda por email a Hayes. “¿CÓMO se hace eso (vivir una vida valiosa y significativa), en el medio de una experiencia privada inhabilitante y opresiva (ansiedad, depresión, falta de energía, inercia), no está claro para mí. ¿Significa que uno dice al demonio con eso, voy a ELEGIR vivir, meterme en la vida que valoro a pesar de sentirme mal las 24 horas del día?”

Hayes abrió el email a las 3 am, luego de que los llantos de su hijo recién nacido lo despertaran. A las 4.04 am, envió una larga respuesta que decía, en parte, “Estás preguntando, ‘¿puedo vivir una vida valiosa, aún con dolor?’ Permite que te haga una pregunta distinta. ¿Qué hay si no puedes tener lo segundo sin lo primero? ¿Y si que las cosas te importen de la manera en que lo hacen significa que dolerán?. Pero no el dolor pesado, apestoso, evaluado, categorizado y predecible que te ha aplastado. Sino el dolor abierto, libre, incisivo que viene de ser un ser humano mortal que eventualmente perderá todo, pero aun así las cosas le importan”

“Imagina un universo en el cual tus pensamientos, sentimientos y recuerdos no son tu enemigo. Son tu historia traída al contexto presente, y tu propia historia no es tu enemiga”

Hayes habla así en talleres alrededor del mundo, y la mezcla de proselitismo y sólido desempeño de ACT en publicaciones científicas ha creado ramas de ACT en al menos 18 países. Hayes espera 400 personas en la conferencia de ACT en Londres en Julio. (Hay terapeutas ACT en casi todos los estados, están listados en www.contextualscience.org. )

¿Pero, realmente debería remplazar el estándar de tratamiento en psicoterapia?

El terapeuta cognitivo más prolífico ha sido durante largo tiempo Beck, el psiquiatra de la Universidad de Pennsylvania que primero formuló el rol de los pensamientos en la depresión en artículos de 1963 y 1964. Galardonado con virtualmente todos los premios en su área, Beck y su hija de 51 años Judith Beck, una estimada psicóloga, dirigen el Beck Institute for Cognitive Therapy and Research (Instituto Beck para Terapia Cognitiva e Investigación), en un edificio corporativo cerca de Philadelphia. Decorado con mantas Amish hechas a mano, la organización parece más la oficina de un dentista rural que los cuarteles de un movimiento psicológico internacional. Pero el instituto guarda cuidadosamente la reputación de la terapia cognitiva. Debido a la influencia de la organización, puede ser difícil para los terapeutas obtener derivaciones sin tener una certificación de la academia del instituto, que cuesta 400 dólares.

Como ACT, la terapia cognitiva comparte una personalidad con su co-fundador. El biógrafo de Beck, la psicóloga de Brown Marjorie Weishaar, escribe que en su juventud, Beck tuvo ansiedad a hablar en público y fobia a los túneles. Resolvió ambos problemas corrigiendo impresiones erróneas que había desarrollado: “un día, entrando al túnel Holland, se dio cuenta que estaba interpretando la presión en su pecho como un signo de que se estaba sofocando”, escribe Weishaar. Por supuesto, no se estaba sofocando, y cuando “trabajó a través de ello cognitivamente”, la fobia se desvaneció. Similarmente, su miedo escénico aminoró “con la práctica continuada y desafiando sus pensamientos automáticos”.

Cuando vi por primera vez a Beck en una convención psicoterapéutica en noviembre, lo tomé por un patricio inseguro, una imagen que parece proyectar con su pelo encanecido prolijamente recortado, moño, saco de tweed, medias grises y risa de abuelo. De hecho, Beck –el hijo de un padre ucraniano socialista y una “dominante” madre rusa, de acuerdo a Weishaar- es un incansable defensor de su terapia. Habló conmigo con cierta consternación sobre la nueva ola de terapias. “No creo que puedas llamar a algo una revolución hasta que realmente haya sucedido”, dijo entre risas. “Tienes abordajes nuevos y populares que aparecen y a menudo desaparecen, y no tienen validación empírica”. Comparó las nuevas terapias con las terapias “sentimentaloides” de los 60 y los 70 (los críticos de Hayes han comparado sus talleres con los de los seminarios cultistas de los 70, que atrajeron a cientos a salones de hotel para ser recableados por un ex vendedor de autos usados llamado John Rosenberg, que se llamó a sí mismo Werner Erhard).

Beck dijo que las terapias basadas en mindfulness “valen la pena un intento”, y señaló que siempre dijo que la aceptación de pensamientos difíciles puede tener un rol inicial en la terapia. Pero en las semanas posteriores a la convención, el debate entre los seguidores de Beck y los de Hayes se tornó áspero. Habiendo vuelto de la conferencia, Robert Leahy, presidente electo de la Academia de Terapia Cognitiva en ese momento, publicó un mensaje en la lista de correos electrónicos de la academia diciendo que la teoría del lenguaje de Hayes sonaba “menos a una ciencia que a un marco de referencia para una nueva religión… ¿no hemos transitado ese camino oscuro ya antes?”. Otro terapeuta cognitivo, Bradford Richards, respondió, “me recuerda mucho al culto pseudocientífico de la voluntad personal”

Por su parte, Beck fue el coautor en un artículo en el último Clinical Psychology Review señalando que la terapia cognitiva “es una de las formas más investigadas de psicoterapia”. El articulo resume los resultados de 16 estudios en un total de 9995 sujetos y encuentra grandes efectos para la terapia cognitiva de la depresión unipolar, trastorno de ansiedad generalizada, fobia social y trastorno de pánico –el trastorno de Hayes. La terapia cognitiva también demostró ser superior a los antidepresivos. Luego de enviarme el artículo, Beck envió un email burlón, “la última vez que alguien dijo que había una nueva ola(de terapia)… fue con la psicología transpersonal, que se proponía demostrar fuerzas místicas entre los individuos, incluyendo, creo, la transmigración de las almas”

Pero incluso algunos terapeutas cognitivos admiten que a pesar de 40 años de investigación, algunas preguntas fundamentales sobre la terapia no han sido resueltas. Esto es así en parte porque la terapia cognitiva involucra una variedad de técnicas. Además de desafiar pensamientos negativos en sesión, los terapeutas cognitivos utilizan tareas para el hogar conductuales –por ejemplo, los pacientes fóbicos se exponen a sus miedos (como Beck cruzando el túnel). Los pacientes depresivos planifican actividades regulares. Pero si la terapia cognitiva es todas esas cosas, dicen los críticos, quizá la mejoría se deba solamente a cambiar viejas conductas, no a cuestionar creencias negativas.

Beck hipotetiza que las partes cognitivas de la terapia –desafiar pensamientos, desarrollar nuevas creencias- agregan valor a los cambios en las conductas y rutinas que alienta la terapia. Pero reconoce que ningún estudio ha probado eso. De hecho, un equipo en la Universidad de Washington ha demostrado en dos estudios que los elementos cognitivos de la terapia no agregan nada. Entre los pacientes más severamente deprimidos, las técnicas conductuales tales como establecer rutinas y programar actividades funcionaron tan bien como los antidepresivos y significativamente mejor que la terapia cognitiva. Cuando le pregunté a Beck sobre esos estudios, los llamó “intrigantes”, pero –dado que ningún otro laboratorio ha producido resultados similares- “no probados aún”

Reno (Nevada), no parece el lugar típico para un gurú del Mindfulness, pero Hayes ha enseñado en la Universidad de Nevada durante 20 años. Conduciendo hacia su casa me llevó a través de varios tristes casinos viejos donde se pueden encontrar apostadores duros probando su suerte a las seis de la mañana, la luz de las tragaperras brillando en sus ojos sin expresión.

Hayes es alto, completamente calvo y aficionado a extrañas combinaciones de vestimenta. Cuando nos encontramos, vestía zapatos de cuero negros con una hebilla de cinturón cuestionablemente grande, pantalones grises que resultaban muy cortos y un saco gigante. Vivió un tiempo en una comuna, y aún utiliza un anillo sobredimensionado que dice fue fabricado por indios Zuni. “Lo intercambié por algo de contrabando de Taos en los 60”, me dijo. Sus críticos estarían encantados de saber que Hayes asistió a dos entrenamientos EST en Atlanta hace algunos años. Admite que participó en seminarios de meditación, fiestas dudosas y todas las otras costumbres habituales del estilo de vida radical de los 70.

Aunque tiene un sticker anti-republicano en su auto, el auto es un Chevrolet Avalanche rojo. La característica más distintiva de su oficina es un set de equipos de gimnasia, y tiene un sillón masajeador. Sus días libres los pasa con su cuarto hijo de 5 años Steven Joseph, o –no infrecuentemente- construyendo expansiones a su casa. En estos días Hayes está un poco avergonzado por los excesos de su juventud.

La reputación de Hayes como mistagogo más que científico está reforzada parcialmente por cómo él y sus colegas enseñan en los talleres de ACT: hacen la parte de ciencia dura, pero también piden a los terapeutas participantes, usualmente doctores, que hagan cosas tales como repetir la palabra “leche” una y otra vez (para mostrar lo insignificantes que se pueden volver las palabras –inténtalo con “estoy deprimido”). Y aunque Hayes enseña mindfulness en talleres de ACT alrededor del mundo, es el símbolo del “profesor con mente ausente”, de acuerdo a Barlow, el psicólogo que entrenó a Hayes en Brown en los 70. Hayes es famoso en Reno por cruzar a sus estudiantes en el pasillo sin más gesto que asentir con la cabeza. Pero es peor de lo que piensan. De acuerdo con la esposa de Hayes Jacqueline Pistorello, en diciembre la pareja fue de compras para los regalos navideños. Se separaron de manera que pudieran comprarse regalos mutuamente, pero en un punto Hayes literalmente se chocó con su esposa. No la había notado, a pesar de que ella sostenía a su recién nacido en brazos (“los llamo ‘sus agujeros negros’, dice Pistorello, una psicóloga clínica de la universidad. Hayes explica inocentemente: “Estaba en mi propio lugar”)

Pistorello es la tercera esposa de Hayes; sus ataques de pánico comenzaron no mucho después de que él se separar de su primera esposa en 1977. Hayes creció en El Cajón, California, como el hijo menor de padres que tuvieron un matrimonio amoroso pero volátil. Su padre, católico irlandés, era un vendedor que había abandonado el baseball semiprofesional y bebía demasiado. Hayes dice que su primer ataque de pánico “no fue muy diferente de algunos espacios que eran muy viejos, en el sentido de ver cosas destructivas sucediendo en casa –escondido bajo la cama mientras papá arrojaba cosas”. El padre de Hayes murió en los 70; su madre volvió a casarse y vive en Arizona. Ruth Sundgren describe al joven Hayes como un niño sensible que siempre decía cosas como “Mamá, ¿puedo traerte una almohada?”

Le tomó a Hayes unos tres años darse cuenta que su trastorno de pánico había empeorado cuando intentó procesarlo cognitivamente. “Desafortunadamente, las cosas erróneas que necesitas para construir un trastorno de pánico son las cosas lógicas, razonables y sensibles –enfocarse en situaciones que podrían suceder y tratar de controlarlas. Bueno, lo mismo daría poner el dedo en el enchufe”

En lugar de esto, el científico excéntrico que hay en Hayes encontró una manera de “hacer cuadrado el círculo”, con todas las cosas que había intentado en los 70, particularmente EST y meditación. “Algo en esa mezcla de pensamiento oriental y el movimiento de potencial humano hizo clic en mí”, dice Hayes. “Fue tonto… pero lo que vi en lo que hacían fue la posibilidad de realmente trabajar sobre ese costado de aceptación”. Aceptar que su pánico sucedería le permitió distanciarse cognitivamente del mismo. Hayes aprendió a ser juguetón con sus pensamientos, sostenerlos con ligereza: te sientes con pánico? Deprimido? Incompetente? “Agradece a tu mente por ese pensamiento”, le gusta decir a Hayes.

Pero así como la terapia cognitiva no brotó simplemente de la cabeza de Beck cuando aprendió a dominar su fobia a los túneles, ACT es más que la suma de las experiencias de Hayes. A medida que la ansiedad de Hayes mejoraba en los 80, trabajó con muchos pacientes y estudiantes en su laboratorio para desarrollar la terapia. El laboratorio realizó estudios mostrando cómo los humanos reducen el rango de sus conductas basados en reglas que escuchan, aun cuando en situaciones en las cuales esas reglas los dañan. Por ejemplo, Hayes condujo experimentos mostrando que los sujetos que podrían haber ganado más dinero por realizar tareas simples (como mover una luz a lo largo de un pequeño laberinto), no ganaron tanto debido a que estaban intentando seguir reglas dadas. Estos estudios dirigieron a una teoría del lenguaje llamada Teoría de Marco Relacional, que sugiere que cuando intentamos resolver problemas verbalmente, estamos usando las mismas habilidades de lenguaje y procesos cognitivos que nos pueden llevar a la evitación y el dolor (“atardecer”…”hermoso atardecer”… “el funeral de mamá”). Y eso llevó a que ACT se enfocara en reducir el impacto de los pensamientos más allá de su contenido (“estoy teniendo el pensamiento de que estoy deprimido por mamá”). Tomó una década de investigación hasta que el término “terapia de aceptación y compromiso” apareciera en un artículo científico en 1991.

A menudo se le pregunta a Hayes si aceptación no es sólo un truco que fallaría en aquellos con enfermedades mentales más serias. Usualmente responde señalando que los estudios en los cuales ACT ha sido empleado con éxito en psicóticos. Pero una de las cosas que me perturba de ACT es la conveniente plasticidad que le permite tratar todo, desde esquizofrenia a dolor de espalda crónico. La mayoría de los psicólogos construye investigación lentamente en uno o dos diagnósticos, pero Hayes y sus seguidores parecen estar ofreciendo ACT como una especie de piedra de Roseta psicológica, una clave para interpretar todos los eventos internos. Como mínimo, en palabras del mentor de Hayes, Barlow, a ACT le parece faltar la virtud científica de la parsimonia.

Similarmente, vivir de acuerdo a tus valores suena fantástico, pero si ningún pensamiento es bueno o malo, si ninguna creencia requiere cambio, ¿qué sucede cuando los valores son inmorales? ¿Los pedófilos deberían vivir de acuerdo con sus deseos? ¿Una mujer abusada debería aceptar los ataques de su esposo?. Dispuesto a debatir, Hayes tiene respuestas preparadas a esto. “Si alguien me dice ‘mi valor es educar sexualmente a niños de 8 años’, no voy a hacer terapia sobre eso”, dice. Pero mientras que Hayes cree que algunas personas realmente tienen valores patológicos, dice que nunca ha tenido un paciente así. “He trabajado con violadores y cosas por el estilo, pero dentro de eso veo personas presionadas por sus impulsos incluso cuando está profundamente en contra de sus valores”. La teoría de ACT es que una vez que el pedófilo cese de intentar ignorar o cambiar sus impulsos, puede deshacer el poder de éstos y crear un espacio psicológico para las cosas que realmente quiere hacer con su vida. Y respecto a una esposa golpeada, el libro Get out of your mind.. dice “no buscamos la aceptación del abuso. Lo que buscamos es la aceptación de que estás sufriendo… y la aceptación del miedo que surgirá al tomar los pasos necesarios para detener el abuso”. La aceptación, resulta ser, puede significar mucho cambio.

Hayes tendrá que lidiar con mucha investigación para demostrar
que ACT, como la terapia cognitiva, no sólo resuelve problemas
a corto plazo sino que también previene las recaídas.

Durante un tiempo, en los 90, pensamos que curar enfermedades mentales era asunto de manipular un par de químicos cerebrales. Pero luego de décadas de efectos secundarios y el reciente debate sobre si los antidepresivos acarrean riesgo de suicidio en adolescentes, sólo hemos visto ganancias marginales en la salud mental pública. Un estudio del 2002 en la revista Prevention and Treatment encontró que aproximadamente el 80% de la respuesta a los seis antidepresivos más comunes en los 90 fue duplicada en grupos de control que sólo tomaron píldoras de azúcar. De modo que quizá estemos listos para algo diferente.

Hayes tendrá que lidiar con mucha investigación para demostrar que ACT, como la terapia cognitiva, no sólo resuelve problemas a corto plazo sino que también previene las recaídas. Hayes y su equipo piensan que llegarán a eso, pero incluso si lo hacen, parece probable que para que ACT se vuelva popular en la psicología, tendrá que quitarse su fanatismo y grandiosas predicciones (“Podríamos tener musulmanes y judíos juntos en un workshop”, dijo Hayes en Washington. “Nuestra supervivencia realmente está en juego”). Incluso así, Hayes puede estar lo suficientemente loco como para lograrlo.

Fabian Maero

Mindfulness: alejando los pájaros negros de la cabeza

Mindfulness: alejando los pájaros negros de la cabeza

RESUMEN (extracto del texto completo): (...) En este punto mindfulness muestra uno de sus mayores aportes, permitiendo la atenuación de la frecuencia y jerarquía de esas ideas, de esas imágenes... los pájaros negros comienzan a emigrar, vuelan hacia otro lugar, se dispersan. La calma es una consecuencia ineludible.

lucasras

Una introducción a Terapia de Aceptación y Compromiso (Russo y Forsyth)

Una introducción a Terapia de Aceptación y Compromiso (Russo y Forsyth)

El siguiente artículo es un artículo inédito de Amanda Russo y John Forsyth, adaptado y traducido al español por Fabián Maero

 

Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT, pronunciado como una sola palabra) es una de las terapias que integran el grupo cada vez mayor de las nuevas terapias de conducta de tercera generación (Hayes, Strosahl, y Wilson, 1999). ACT busca el equilibrio entre (a) la atención y los procesos de aceptación con (b) el compromiso y los procesos de cambio de comportamiento al servicio de una mayor flexibilidad psicológica y la participación en las actividades que importan (es decir, valores). Nuestra intención es ofrecer una introducción muy breve de ACT.

ACT y la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC)

Como enfoque, ACT es parte del abordaje TCC, y comparte con ese abordaje un énfasis en el pragmatismo, la práctica basada en la evidencia, los principios del aprendizaje y tecnologías de cambio de comportamiento (Hayes, 2004, 2008). ACT también difiere de la TCC en un gran número de características.

ACT surgió de un abordaje post-Skinneriano del lenguaje y la cognición denominado Teoría de Marco Relacional (RFT por sus siglas en inglés, véase Hayes, Barnes-Holmes, y Roche, 2001). Esta teoría sugiere que la cognición está fundamentalmente construida sobre un proceso básico de relacionar eventos relacionalmente. Este proceso de relaciones es lo que genera los productos que normalmente consideramos como la cognición y el lenguaje. Y es enormemente útil en muchos sentidos. Sin una infinita capacidad de relacionar eventos, los seres humanos capaces de lenguaje no serían capaces de hacer nada de lo siguiente: pensar en el futuro, reflexionar sobre el pasado, hablar con sentido y escuchar con comprensión, crear, resolver problemas, conocernos a nosotros mismos, nuestra propia finitud y la eventual muerte.

Pero el proceso mismo de relacionar eventos también acentúa el sufrimiento humano. Así, del mismo modo que podríamos utilizar resolución de problemas de muchas maneras útiles (es decir, "Si puedo reemplazar la bombilla quemada con una nueva, la luz va a funcionar, lo cual será bueno"), también se puede aplicar esta misma estrategia cuando es inútil e incluso irrevocablemente perjudicial (es decir, "me puedo suicidar, entonces no tendré que sufrir ya más de depresión, lo cual será bueno"). RFT ha ayudado a explicar cómo y por qué los procesos normales del lenguaje pueden ser a la vez útiles y al mismo tiempo contraproducentes. Como los procesos relacionales se expanden para incluir eventos privados dolorosos, los seres humanos tienden a actuar para evitar, minimizar o alejarse de ellos, aun cuando hacer tal cosa no es útil o no funciona.

ACT también difiere de la TCC convencional en cuanto a sus metas de tratamiento. La mayoría de las TCC hace hincapié en cambiar la forma, la frecuencia o intensidad de los eventos privados problemáticos o difíciles (es decir, los pensamientos y sentimientos). ACT, por el contrario, se centra en cambiar la relación de un paciente con sus experiencias privadas, y no necesariamente la presencia o la forma de estas experiencias. Usando metáforas, ejercicios experienciales y estrategias de atención plena y aceptación, ACT enseña habilidades que permiten a los pacientes pensar lo que piensan, sentir lo que sienten, reconocer su historia y lo que la situación permite, y persistir en acciones que estén al servicio de sus valores.

ACT se basa en supuestos radicalmente diferentes sobre la salud psicológica y lo que se necesita para aliviar el sufrimiento humano. En su centro, ACT surgede una idea muy simple, a saber, que el dolor psicológico y el malestar son facetas ubicuas e inevitables de la vida, y por lo tanto no pueden ser totalmente evitadas o eliminadas. Sin embargo, la gente lucha activamente por cambiar, controlar, minimizar o evitar los eventos privados dolorosos (por ejemplo, los pensamientos, sentimientos y recuerdos), y esta lucha está apoyada por la cultura y la comunidad psicológica. El mensaje es el siguiente: cuando pienses y te sientas mejor o de otra manera, entonces vas va a vivir mejor. Por lo tanto, los eventos privados, sobre todo cuando son dolorosos, son vistos como barreras para una vida bien vivida. Y esta perspectiva apoya los esfuerzos directos hacia el cambio y modificación de las barreras dolorosas, o realmente los pensamientos, emociones, recuerdos y sensaciones físicas.

ACT pone este punto de vista de cabeza. Existe una literatura considerable que muestra que los seres humanos tienen un control muy limitado sobre los pensamientos, emociones y sensaciones físicas. Incluso ahora, supongamos que se te dijo que la palabra "palo" representa algo doloroso, incluso vergonzoso, de su pasado. Intenta no pensar ni sentir el peso de las emociones que están vinculadas con ella, mientras usted lee esto: En casa de herrero, cuchillo de ... Tene en cuenta que no mencionamos la palabra “palo”, pero se hizo presente de todos modos. Y tenías muy poco control sobre ese evento. Y nota que lo que está en juego es muy bajo aquí. Hay pocos costos, en términos de su vida, en pensar “palo”. Lleva esta historia al mundo real donde el control parece realmente importar, tal vez volviendo las relaciones más complejas y elaboradas, y podrás ver lo difícil que puede ser controlar lo que pensamos o sentimos.

Por lo tanto, ACT intenta socavar esta lucha y esta agenda de control en sí, enseñando a la gente cómo vivir con los aspectos dolorosos de su historia, con el parloteo mental, con las experiencias emocionales displacenteras y hacer lo que funciona, lo que es importante. Y dado que ACT está más interesado en la aceptación y el compromiso con los valores, en lugar del alivio de los síntomas, ha llevado a una visión más amplia de los objetivos de tratamiento y los resultados aceptables en terapia.

El modelo ACT

ACT también se basa en un modelo, que une seis procesos que contribuyen a la inflexibilidad psicológica y muchas formas de sufrimiento humano con seis procesos de intervención diseñados para aumentar la flexibilidad psicológica. La primera figura ilustra cada uno de los seis procesos de ACT que se cree que contribuyen a la patología, y en la figura siguiente se encuentran cada uno de los seis objetivos correspondientes a los blancos de intervención. A continuación se describen cada uno de estos enlaces.

 

 

 Fusión cognitiva versus defusión

El término fusión cognitiva se refiere a la incapacidad para detectar el actual proceso de pensamiento como diferente de los productos del pensar. Por ejemplo: "Estoy deprimido" o "no valgo nada" son pensamientos, pero aquí se fusionan con un sentido del yo, y pueden llegar a regular el comportamiento de una manera dañina (por ejemplo, "no voy a tomar riesgos "," No puedo hacer cosas divertidas "," Me quedaré en casa "). La fusión no es mala ni buena, simplemente es. Se manifiesta en la lectura de un buen libro, estar absorto en una película, en el amor, en la alegría y en el dolor. Puede llegar a ser problemática cuando se extiende demasiado, lo que significa que las personas creen en la literalidad de sus pensamientos y se pierden en el contenido de su pensamiento hasta tal punto que domina sobre otras fuentes de regulación del comportamiento más útiles (Luoma, Hayes, y Walser , 2007).

ACT aborda la fusión cognitiva con defusión cognitiva, enseñando a los pacientes a observar los productos y procesos de pensamiento (es decir, "estoy teniendo el pensamiento ...", "estoy notando tal o cual pensamiento", "Estoy haciendo algo con mis pensamientos" ) y notando una distinción entre esa actividad y el observador de esa actividad. En resumen, la defusión ayuda a crear espacio entre la persona y el parloteo mental, y los pacientes aprenden por experiencia que no son sus pensamientos y que la mente siempre está pensando, relación, de trabajo, y no siempre es necesario confiar o creer en ella.

Así como podemos observar objetos y aspectos de nuestro mundo exterior, la defusión crea el espacio para hacer lo mismo con nuestro mundo privado. Ese espacio, a su vez, permite elegir. Hay un número de estrategias de defusión dentro de ACT para generar espacio psicológico. Por ejemplo, mientras los pacientes a aprenden a notar sus pensamientos conscientemente, pueden participar en técnicas como agradecerá a la mente por un pensamiento, o repetir palabras en voz alta hasta que el significado de la palabra se haya perdido y sólo quede el sonido. Cuando los pacientes empiezan a etiquetar sus pensamientos simplemente como pensamientos, pueden realizar en conductas, incluso con la presencia del parloteo mental. Así, un paciente deprimido puede tener el pensamiento "me siento vacío" y participar en interacciones sociales con amigos, incluso con ese pensamiento. Note que el pensamiento no necesita ser cambiado ni objetado, sólo se tiene que notar por lo que es - un pensamiento (Eifert y Forsyth, 2005; Harris, 2009).

Evitación Experiencial versus Aceptación

Cuando los seres humanos se fusionan con los eventos privados dolorosos, actúan para evitarlos en la misma forma en que lo harían con las fuentes externas de amenaza o peligro. Evitación experiencial describe esta tendencia, y se refiere a los esfuerzos rígidos e inflexibles para escapar de o evitar eventos privados desagradables ( los pensamientos, sentimientos, eventos fisiológicos y recuerdos) y las situaciones que pudieran ocasionarlos (Hayes et al, 1999;. Hayes, Wilson, Gifford, Follette, y Strosahl, 1996). La evidencia sugiere que estos intentos evitativos requieren un esfuerzo considerable, y contribuyen poco para cambiar la calidad o la forma de la experiencia psicológica y emocional (Forsyth, Eifert, y Barrios, 2006). Además, la investigación demuestra que los intentos de suprimir y controlar los pensamientos y sentimientos no deseados y provocan más (y no menos) pensamientos y sentimientos no deseados (véase Purdon, 1999, para una revisión).

Más directamente, la evitación está relacionada con costos enormes en cuanto a vivir una vida valiosa. Si esto fuera tan simple como quitar la mano de una estufa caliente, diríamos "por supuesto, hazlo, y hazlo rápido!" Pero esto no es así. Cuando las personas se alejan de los aspectos dolorosos de su historia que se aparecen psicológica, emocional, y físicamente, también tienden a alejarse de las cosas que les importan. Y se quedan con su dolor cada vez más grande al cual se suma el dolor de sus vidas que no funcionan.

La aceptación experiencial es un poderoso antídoto contra la evitación. Aceptación significa literalmente "tomar lo que se ofrece", e implica aceptar plenamente la experiencia propia en este momento tal como es. Y es una habilidad de permanecer en contacto con experiencias privadas dolorosas sin tratar de alterar su forma o frecuencia, y continuar actuando de acuerdo con los valores personales de cada uno. En cierto modo, es dejar ir la lucha y abrirse a lo que nuestra historia proporciona, sin quedar atrapados en juzgarlo o estar a la defensiva. Este punto de vista de la aceptación es activo y valiente, y no debe ser confundido con la resignación pasiva o el darse por vencido (Forsyth & Eifert, 2008).

Desconexión versus Contacto con el momento presente

Cuando las personas se fusionan con sus pensamientos y sentimientos, se están perdiendo de vivir sus vidas en el momento presente. El foco en estar en el pasado o en un futuro imaginado prevalece sobre la situación actual, y esto puede dar lugar a un estrechamiento de las opciones de conducta. Una falta de contacto con el presente también hace que sea más probable que comportamientos pasados, habituales e ineficaces dominen en la regulación de la conducta (Luoma et al., 2007), a la vez que se disminuye el contacto con las circunstancias actuales que pueden ser más eficaces en la formación y la orientación del comportamiento. Debido a que el momento presente es el único lugar en donde la gente puede actuar para hacer una diferencia en sus vidas, ACT enseña a los pacientes a acercarse al momento presente, aprendiendo a prestar atención, intencionalmente , justo donde están, y sin necesidad de juicio. En otras palabras, aprender a estar presente contrarresta la tendencia a evitar o retirarse, tanto de los pensamientos y sentimientos dolorosos como de las circunstancias vitales y contextos, algunos de los cuales pueden ser parte de las actividades que importan. La respiración consciente es un ejemplo de varios ejercicios comúnmente utilizados para fomentar el contacto con el momento presente.

Apego versus desapego con el yo conceptualizado

El apego al yo conceptualizado es una forma extrema de la fusión cognitiva, ya que implica la fusión con el propio concepto de sí mismo. Involucra las historias que las personas cuentan sobre sí mismas, que a su vez, ayudan a definir quiénes son como personas (por ejemplo, "yo estoy deprimido", o "Yo soy muy inteligente", o "Yo no soy digno de ser amado"). El riesgo que implica apegarse a nuestras narrativas personales es el estrechamiento de las opciones conductuales, en donde las acciones se dirigen a defender la narrativa o buscar formas de sostenerla (por ejemplo, ser la víctima, o estar roto, ser incapaz o inteligente). Aprender a desprenderse del yo conceptualizado consiste fundamentalmente en fomentar una perspectiva del yo como observador. Al igual que en mindfulness, se aprende a notar que las historias y narrativas son sólo eso - es decir, que no tienen por qué ser de confianza o creídas. Esta perspectiva del observador se desarrolla en ACT mediante el uso de ejercicios de atención consciente, metáforas y procesos experienciales (Eifert y Forsyth, 2005; Harris, 2009).

Confusión versus claridad en los valores

En ACT, los valores se definen como direcciones para la acción intencional, y pueden dar un nuevo significado, propósito y vitalidad a una serie de comportamientos (Forsyth & Eifert, 2008; Hayes, 2004). No son acerca de creencias o moralidad, sino más bien que dominios que abarcan acciones típicamente vinculadas con una buena calidad de vida (por ejemplo, la familia, las relaciones, la salud, el trabajo, la recreación, la espiritualidad, el medio ambiente / naturaleza, etc.) Actuar al servicio de los valores subyace todos los procesos de ACT (por ejemplo, la atención plena no es un fin en sí mismo, sino un medio para fomentar la acción guiada por valores). En cuanto a los objetivos pragmáticos, la acción guiada por valores es lo que los pacientes y los terapeutas trabajan para lograr, y todos los seres humanos son distintos en términos de los valores fundamentales que son importantes para ellos.

Dado que los valores proveen dirección a nuestras acciones, la falta de claridad en los valores hace que sea difícil para los pacientes actuar. Se sienten "estancados", y su comportamiento se vuelve habitual y automático y a menudo al servicio de sentirse mejor, y no de vivir mejor. A medida que los pacientes aprenden a dejar ir la lucha interna, se genera espacio para considerar sobre qué quieren que sean sus vidas, con los valores como una guía útil.

Como los valores son más parecidos a una dirección que a un destino de llegada, nunca se acaban, y en cambio, se trata de un proceso permanente y continuo (tal como “ir hacia el oeste”, se puede seguir y seguir y nunca llegar allí). Los problemas con valores incluyen la falta de claridad en los valores y el énfasis en las reglas, ya sea para evitar eventos privados desagradables y las situaciones que pueden ocasión ellos (Eifert y Forsyth, 2005; Hayes, 2004). Los valores son importantes también ya que a menudo ocasionan dolor. De hecho, dentro de ACT hay un dicho acerca de esto: en su dolor encontrarás tus valores y en tus valores encontrarás tu dolor. Por lo tanto, encontrar formas de moverse con el dolor inevitable de la vida para hacer lo que importa es fundamental para este trabajo y para la vida en general.

La inacción y la persistencia evitativa versus acción guiada por valores

La inacción con respecto a los valores se refiere a la tendencia de los individuos a estar tan centrados en evitar emociones dolorosas y fusionarse con el contenido doloroso que pierden el contacto con sus valores, con la acción eficaz, y el momento presente (Hayes, Luoma, Bond, Masuda, y Lillis, 2006; Luoma et al, 2007).. En cierto modo, este dominio se refiere a avanzar con renuencia, apretando los nudillos , o a no avanzar en absoluto. ACT enseña a los pacientes a actuar guiados por sus valores, así como el compromiso a actuar, lo cual que es diferente de la intención a actuar. Como no hay una términos medios en ACT en este respecto, los pacientes pueden elegir hacer algo o no hacerlo en absoluto(Forsyth & Eifert, 2008; Harris, 2009). Por lo tanto, ACT promueve el uso de objetivos concretos, que, a diferencia de los valores, se pueden lograr y completar. Los pacientes típicamente tienen metas a corto y largo plazo con el fin de medir su cambio de comportamiento. Técnicas de cambio de comportamiento comúnmente usadas en ACT son la exposición, la adquisición de habilidades, manejo de contingencias, y la activación conductual.

Considerando el modelo y la evidencia

Dando un paso atrás, cada uno de los seis dominios pertenecen a una red más amplia de relaciones entrelazadas, que ayudan a mantener la principal fuente de sufrimiento humano y de la psicopatología y apuntar a su mitigación exitosa. Por ejemplo, mindfulness y aceptación socavan la evitación y la fusión, al mismo tiempo que crean un espacio para avanzar y comprometerse con acciones que importan, incluso al enfrentarnos a los aspectos dolorosos de nuestra historia. Del mismo modo, para actuar de acuerdo a valores requiere ser consciente de ellos y presentes en el aquí y ahora, donde se puede actuar sobre ellos. El objetivo general, sin embargo, sigue siendo la flexibilidad psicológica, o ayudar a las personas dejar ir, estar en el momento presente, y cambiar y persistir en la conducta al servicio de los fines valiosos.

Hay un creciente cuerpo de investigación apoyando cada uno de los seis componentes del modelo ACT de psicopatología y cambio de comportamiento. En general, los investigadores han encontrado que el uso de objetivos de intervención de ACT (defusión, aceptación, el momento presente, yo como contexto, los valores y la acción comprometida) resulta en un menor reporte de malestar, el aumento de persistencia en las tareas y una mayor disposición a participar en tareas difíciles. Los componentes de cambio de comportamiento han sido examinados específicamente en estudios que han encontrado métodos dentro de ACT para ser útil, en comparación que los métodos de ACT son útiles(por ejemplo, la aceptación vs control). Además, los estudios mediacionales hasta la fecha han arrojado resultados consistentes a favor de los componentes del proceso de ACT en una amplia gama de problemas cuando se mide antes y al mismo tiempo con el resultado (ver Hayes et al., 2006, para un meta-análisis).

Además de examinar los componentes de ACT proceso en términos de su efecto en el cambio, la investigación también ha investigado los procesos de cambio en la ACT en varios estudios de resultados. Tanto estudios de eficacia como de efectividad han aplicado conceptos de ACT a muchas formas de sufrimiento humano. Este trabajo abarca las áreas de trastorno de ansiedad generalizada, trastorno obsesivo-compulsivo, trastornos comórbidos de ansiedad y depresión, la depresión, los trastornos relacionados con sustancias, el dolor crónico y la esquizofrenia. ACT también ha sido evaluado en una variedad de formatos diferentes, incluyendo terapia individual cara a cara, la terapia de grupo, formatos breves de taller/grupo, y sistemas de autoayuda. Hasta la fecha, se han registrado aproximadamente 20 + ensayos controlados aleatorios evaluando los resultados de ACT y a pesar de que los tamaños de muestra son relativamente pequeños, los resultados han sido en general favorables (Hayes et al, 2006;. www.contextualpsychology.org para actualizaciones adicionales de investigación).

Resumen

Mientras las terapias de conducta continúan cambiando cambiando, también lo hacen las oportunidades futuras para mejorar el tratamiento. ACT, una nueva terapia de conducta de tercera generación, demuestra tal progresión. El objetivo principal de ACT no es la reducción de los síntomas, sino más bien, ayudar a las personas a encontrar una manera de moverse con lo que duele y hacer lo que funciona, para crear y vivir una vida consecuente con lo que realmente les importa. Los estudios de eficacia y efectividad debe seguir evaluando las intervenciones objetivo de ACT a nivel de proceso y de resultado, ya que los seis componentes del modelo ACT pueden ser vistos como parte de un modelo interactivo del sufrimiento humano y lo que se necesita para promover la salud psicológica. La investigación sobre ACT ha dado resultados exitosos y prometedores para una amplia gama de problemas hasta ahora, pero todavía nos queda un largo camino por recorrer. Esperamos que esta breve recorrida genere la curiosidad de explorar esta nueva terapia, y tal vez incluso jugar un papel en su desarrollo en los próximos años.

 

Referencias

Eifert, G. H., & Forsyth, J. P. (2005). Acceptance and Commitment Therapy for anxiety disorders: A practitioner’s treatment guide to using mindfulness, acceptance, and value-based behavior change strategies. Oakland, CA: New Harbinger.
Forsyth, J. P., & Eifert, G. H. (2008). The mindfulness and acceptance workbook for anxiety: A guide to breaking free from anxiety, phobias & worry using Acceptance & Commitment Therapy. Oakland, CA: New Harbinger.
Forsyth, J. P., Eifert, G. H., & Barrios, V. (2006). Fear conditioning research as a clinical analog: what makes fear learning disordered? In M. G. Craske, D. Hermans, & D. Vansteenwegen (Eds.), Fear and learning: basic science to clinical application (pp. 133-153). Washington, D.C.: American Psychological Association.
Harris, R. (2009). ACT made simple.Oakland, CA: New Harbinger.
Hayes, S. C. (2004). Acceptance and Commitment Therapy, Relational Frame Theory, and the third wave of behavioral and cognitive therapies. Behavior Therapy, 35, 639-666.
Hayes, S. C. (2008). Climbing our hills: A beginning conversation on the comparison of acceptance and commitment therapy and traditional cognitive behavioral therapy. Clinical Psychology: Science & Practice, 5, 286-295.
Hayes, S. C., Barnes-Holmes, D., & Roche, B. (2001). Relational frame theory: A post Skinnerian account of human language and cognition. New York: Kluwer Academic/Plenum.
Hayes, S. C., Luoma, J. B., Bond, F. W., Masuda, A., & Lillis, J. (2006). Acceptance and Commitment Therapy: Model, processes, and outcomes. Behaviour Research and Therapy, 44, 1-25.
Hayes, S. C., Strosahl, K. D., & Wilson. K. G. (1999). Acceptance and Commitment Therapy: An experiential approach to behavior change. New York: Guilford.
Hayes, S. C., Wilson, K. G., Gifford, E. V., Follette, V. M., & Strosahl, K. (1996). Experiential avoidance and behavioral disorders: A functional dimensional approach to diagnosis and treatment. Journal of Consulting and Clinical Psychology, 64, 1152-1168.
Luoma, J.B., Hayes, S.C., & Walser, R. (2007). Learning ACT: An Acceptance and Commitment Therapy Skills-Training Manual for Therapists.Oakland, CA: New Harbinger and Context Press.
Purdon, C. (1999). Thought suppression and psychopathology. Behaviour Research andTherapy, 37, 1029-1055.

Fabian Maero

¿Es la autocompasión más importante que la autoestima?

¿Es la autocompasión más importante que la autoestima?

(Artículo de Steven Hayes, traducido para Psyciencia por Fabián Maero, http://www.psyciencia.com/2014/12/18/es-la-autocompasion-mas-importante-que-la-autoestima/)

Cada tanto revisamos algunos tópicos vinculados con Terapia de Aceptación y Compromiso y compasión. Hoy les traemos un artículo sobre el tema, escrito por Steven Hayes, uno de los co-creadores de Terapia de Aceptación y Compromiso, publicado en The Huffington Post y traducido por su seguro servidor.

¿Es la autocompasión más importante que la autoestima?

Por Steven C. Hayes

¿Es importante quererse a uno mismo?

Pareciera que eso depende de cómo lo hagas

Pocos conceptos en la psicología popular han recibido más atención a lo largo de las últimas décadas que el de autoestima y su importancia en el éxito en la vida y la salud mental a largo plazo. Por supuesto, gran parte de esta discusión se ha centrado en los jóvenes, y cómo las familias, padres, maestros, entrenadores y mentores pueden proporcionar un entorno psicológico adecuado para ayudarles a convertirse en adultos maduros, mentalmente estables.

Las investigaciones muestran que la baja autoestima correlaciona con peores resultados de salud mental en general1, mayor probabilidad de intentos de suicidio2, y dificultad en desarrollo de relaciones sociales saludables3. Las investigaciones también muestran que tratar de elevar la baja autoestima de manera artificial genera su propio conjunto de problemas, entre ellas la tendencia hacia el narcisismo, conductas antisociales4, y el evitar actividades desafiantes que puedan poner en peligro el concepto de sí mismo.5

Esta división en las investigaciones ha dado lugar a una división entre los psicólogos sobre qué tan importante es la autoestima, si es o no es útil ayudar a las personas a mejorar su autoestima, y cuáles son las mejores prácticas para lograr eso.

Por un lado, hay personas que creen que la mejora de la autoestima es de suma importancia. En el otro lado de la valla están los que se sienten todo el concepto de autoestima está sobrevalorado y que es más importante desarrollar percepciones realistas sobre uno mismo.

Pero ¿y si hubiéramos estado haciendo las preguntas equivocadas desde el principio? ¿Y si la discusión sobre la autoestima es como el proverbial dedo apuntando a la luna?

Nuevas investigaciones sugieren que este podría ser el caso, y que un nuevo concepto – la auto-compasión – podría ser mucho más importante que la autoestima cuando se trata de salud mental y éxito a largo plazo

Por qué el modelo de autoestima es erróneo

La raíz del problema con el modelo de la autoestima se reduce a algunas realidades fundamentales sobre el lenguaje y la cognición que Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT, pronunciado como una sola palabra) fue diseñada para abordar.

La forma clásica en que los psicólogos tratan problemas con la autoestima es por medio de hacer que los pacientes hagan un seguimiento de su diálogo interno – especialmente sus diálogos negativos con sí mismos – y luego emplear una serie de tácticas para contrarrestar los enunciados negativos por otros más positivos (o al menos más realistas). Otros intentan detener los pensamientos, distraerse de ellos, o calmarse a sí mismos.

Dicho francamente, estas técnicas no funcionan muy bien. La comunidad de investigación ACT ha demostrado esto una y otra vez. Hay muchas razones por las que técnicas como la distracción y detención del pensamiento tienden a no funcionar – demasiadas razones para detenernos en todos ellas aquí. A los efectos de nuestra discusión aquí, examinemos un aspecto de esta: luchar contra un pensamiento aumenta su credibilidad.

Imagínese una persona joven tiene el pensamiento, “hay algo que anda mal en mí.” La retórica clásica de la autoestima obliga a esta persona a tomar ese pensamiento seriamente. Después de todo probablemente ha aprendido que el tener una buena autoestima es importante y esencial para el éxito en la vida. Si lucha contra este pensamiento contrarrestándolo, sin embargo, eso significa confirmar ese pensamiento. Tener ese pensamiento ya es, en sí mismo, algo que está mal y que tiene que cambiar. Cada vez que lucha contra el mismo, el nudo se aprieta al confirmarse nuevamente ese pensamiento. Cuanto más se pelea con el pensamiento, más poder le da.

Este es un ejemplo clásico de por qué en ACT decimos: “Si no estás dispuesto a tenerlo, lo tenés.”

El simple hecho es que no siempre podemos evitar que los jóvenes experimenten inseguridad y baja autoestima. Demonios, ni siquiera podemos eliminar esos sentimientos en nosotros mismos. Todas las personas se sienten inadecuadas o imperfectas a veces. Y en un mundo en constante evolución, cada vez más complejo, simplemente no hay manera de que podamos proteger a nuestros jóvenes de los acontecimientos que amenazan su autoestima – eventos como el rechazo social, problemas familiares, fracasos personales, y otros.

Lo que podemos hacer es ayudar a los jóvenes a responder a las situaciones difíciles y a las dudas de sí mismos con auto-compasión. Y un par de interesantes estudios publicados recientemente muestran que esto puede ofrecer una manera más útil de avanzar, no sólo para los jóvenes, sino para todos nosotros.

¿Qué es la auto-compasión?

Antes de examinar los estudios, tomemos un momento para definir auto-compasión.

La Dra. Kirstin Neff, uno de los principales investigadores en esta área, define la auto-compasión como consistiendo de tres componentes clave en momentos de sufrimiento personal y el fracaso:

Tratarse a sí de uno mismo con gentileza
Reconocer las propias luchas como parte compartida de la experiencia humana.
Sostener los pensamientos y sentimientos dolorosos en una atención conciente (mindful awareness)
Dado este contexto, la negatividad o positividad de sus pensamientos no es lo importante. Es la forma de responder a esos pensamientos lo que importa. Volviendo al ejemplo anterior –“Hay algo mal en mí”– en lugar de luchar contra ese pensamiento o tratar de distraerse de él, podemos notar ese pensamiento sin apegarnos a él (volvernos concientes), entender que es común a todos los seres humanos y parte de nuestra experiencia compartida como personas, y luego tratarnos con gentileza en lugar de castigarnos por tenerlo.

¿Este enfoque realmente funciona mejor que simplemente mejorar la autoestima?

Parece que sí.

Un estudio longitudinal recién publicado que siguió a 2,448 estudiantes de noveno grado durante un año encontró que la baja autoestima tuvo poco efecto sobre la salud mental en aquellos que tenían niveles más altos de auto-compasión. Eso significa que incluso si tenían pensamientos negativos, esos pensamientos tuvieron un impacto mínimo en su sentido de bienestar a través del tiempo, en comparación con sus compañeros que no tenían esas habilidades de auto-compasión.6

Esto sugiere que enseñarle a los niños que tienen problemas de autoestima a ser más auto-compasivos puede tener más beneficios que simplemente tratar de mejorar su autoestima.

La pregunta es: ¿Cómo podemos hacer eso?

Resulta ser, es en esto exactamente en donde sobresale ACT.

El uso de ACT para aumentar la auto-compasión

Sabiendo que la mejora de la auto-compasión ha demostrado que no sólo mitiga los problemas de autoestima, sino también afecta a otras condiciones como el estrés traumático, uno de mis estudiantes, Jamie Yadavaia, decidió para su proyecto de doctorado investigar si podemos aumentar la auto-compasión utilizando ACT.7

Los resultados fueron prometedores.

Tomamos un grupo de 78 estudiantes de 18 años o más y los asignamos al azar en uno de dos grupos. El primer grupo fue puesto en una “condición lista de espera”, que básicamente significa que no recibieron tratamiento. Al otro grupo se le proporcionó seis horas de entrenamiento ACT.

Como habíamos anticipado, la intervención ACT condujo a un aumento sustancial de la auto-compasión comparado con el grupo control, después del tratamiento y dos meses después de la intervención. En este grupo la auto-compasión aumentó 106 por ciento – un tamaño del efecto comparable a tratamientos publicados anteriormente mucho más largos. No sólo eso, sino que el tratamiento ACT redujo el malestar psicológico general, la depresión, la ansiedad y el estrés.

En el corazón de todos estos cambios estuvo la flexibilidad psicológica, esta habilidad parece ser el factor mediador clave en todos estos ámbitos, lo cual tiene sentido. Después de todo, aprender a estar menos apegado a tus pensamientos, a mantenerlos en una atención conciente y responder a ellos con un repertorio más amplio de habilidades – como la auto-gentileza, por ejemplo – no sólo se ha planteado como una característica básica de la salud mental en la literatura de auto-compasión, sino que se ha demostrado una y otra vez en la investigación ACT como esencial para ello.

Tomados en conjunto estos estudios tienen una importante lección para todos nosotros.

Es hora de que abandonemos la idea de que tenemos que pensar bien de nosotros mismos en todo momento para ser maduros, exitosos, funcionales, y mentalmente sanos. De hecho, esta idea tóxica puede fomentar una especie de historia egocéntrica y narcisista historia basada que forzosamente nos va a explotar en las manos. En lugar de aumentar el contenido de la autoestima lo que tenemos que hacer es aumentar la auto-compasión como contexto de todo lo que hacemos. Eso desinfla las historias de sí mismo basadas en el ego, en tanto aceptamos humildemente nuestro lugar como uno entre los demás seres humanos, reconociendo con atención plena que todos dudamos de nosotros mismos, todos sufrimos, todos fallamos de vez en cuando, pero nada de eso significa que no podemos vivir una vida con significado, propósito y compasión por nosotros mismos y los demás.

Enseñemos eso a nuestros jóvenes, y les habremos proporcionado una habilidad real que pueden usar en el mundo real durante toda vida.

Referencias

1 Orth, U., Robins, R. W., & Meier, L. J. (2009). Disentangling the effects of low self-esteem and stressful events on depression: Findings from three longitudinal studies.Personality Processes and Individual Differences. 97(2), 307-321

2 Wichstrøm, L. (2000). Predictors of adolescent suicide attempts: A nationally representative longitudinal study of Norwegian adolescents. Journal of the American Academy of Child and Adolescent Psychiatry. 39(5), 603-610.

3 Marshall, S. L., Parker, P. D., Ciarrochi, J., & Heaven, P. C. L. (2014). Is self-esteem a cause or consequence of social support? A four year longitudinal study. Child Development. 85(3), 1275-1291.

4 Baumeister, R. F., Smart, L., & Boden, J. M. (1996). Relation of threatened egotism to violence and aggression: The dark side of self-esteem. Psychological Review. 1, 5-33.

5 Mueller, C. M., & Dweck, C. S. (1998). Praise for intelligence can undermine children’s motivation and performance. Journal of Personality and Social Psychology. 75(1), 33-52.

6 Mashall, S. et al. Self-compassion protects against the negative effects of low self-esteem : A longitudinal study in a large adolescent sample. Personality and Individual Differences. 74(2015): 116-121.

7 Yadavaia, J., Hayes, S., and Vilardaga, R. Using acceptance and commitment therapy to increase self-compassion. A randomized controlled trial. Journal of Contextual Behavioral Science. October 2015. 3(4): 248-257.

Fabian Maero